Pasillos

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Jueves por la mañana.
El verano se sentía en la piel con el pasar de los días, brisas cálidas que te llenaban los pulmones de oxigeno fresco. Una buena época para un adolescente promedio, el fin de semana ya estaba a la vuelta de la esquina y todos emanaban felicidad por ese hecho.

Kim Jungeun se encontraba recostada en su pupitre, parecía que no había tenido una buena noche, podría ser por todos los proyectos finales que se acumularon por ser la última unidad del semestre, aunque, también el mérito del sueño se lo puede llevar el hecho de que la clase de cálculo se daba en las primeras horas del día, es una mala combinación.

—Y recuerden chicos. —Habló el profesor mientras limpiaba sus anteojos —. Se aproxima el examen que definirá su calificación de la última unidad, es importante que estudien bien aquellos que llevan un promedio bajo, será su oportunidad para mejorar.-

El sonido de la campana dio el aviso de que la clase había terminado por fin. Pronto el aula se llenó del ruido de sillas siendo ligeramente arrastradas y los cierres de bolsos y mochilas, entre más segundos pasaban, el lugar se quedaba sin gente dentro, la castaña parecía haberse quedado profundamente dormida, pues a pesar de todo el ruido que se había generado, ella seguía recostada en su lugar sin siquiera haber guardado sus cosas.

—Jungeun-ah. —Una voz tranquila se dirigía a la chica dormida, al notar que ésta no hacia ningún sonido de respuesta, comenzó a mover un poco su brazo. —Ya terminó la clase, tenemos que irnos rápido, sigue biología y la maestra Park se molestará mucho si llegamos tarde de nuevo. —Con un tono más elevado fue que la dueña de la voz dio el aviso.
Jungeun de manera alarmada levantó su cabeza, la luz del día chocó contra su visión de una manera muy agresiva.
Con los ojos entrecerrados intentó adaptarse a la iluminación mientras se daba cuenta de que ya el salón estaba por terminar de vaciarse.
Dirigió su vista a la izquierda y pudo ver a la persona que la despertó de su sueño. Kim Jiwoo, una de sus amigas más cercanas de la preparatoria. Con un poco de preocupación fue que Jiwoo miraba a la castaña, esperando a que por fin se levantara del asiento.
—Ah... Jiwoo, lo lamento tanto. —Poco a poco fue guardando sus cosas en su mochila para después colgarla sobre su hombro. Se puso completamente de pie quedando a un lado de su amiga, mirándola directamente le dedicó una sonrisa aún perezosa —. Vamos entonces.

Los pasillos estaban llenos de adolescentes alegres, la temperatura estaba algo elevada por toda la euforia del momento, pasar entre tanta gente generaba un poco de incomodidad para la mayor y decidió apresurarse. Tomó de la muñeca a su amiga y la dirigió rápidamente entre la multitud, de vez en cuando le lanzaba una mirada de alerta para saber si se encontraba bien hasta que llegaron al casillero de ésta.

—Jiwoo, iré por mis cosas, nos vemos en el salón. —La mayor soltó la muñeca contraria suavemente y arregló el flequillo de su amiga antes de irse y escabullirse entre la gente. Observó cómo Jungeun de pronto desaparecía entre la multitud, escapó una pequeña risa de sus labios debido al cambio de humor que sufrió la castaña al estar rodeada de tanta gente.

Llegó en cuestión de segundos, ágilmente abrió la rejilla y comenzó a dejar los libros de las primeras clases que ya había tenido y los intercambiaba por los materiales de las siguientes, acomodó un poco el desorden que generó dentro del casillero y revisó su rostro en el espejo que tenía para cualquier emergencia, estaba lista para irse.
—¿¡Jinsoul!? —Cubrió su boca con su mano libre tratando de ahogar aquel grito de sorpresa que dio al ver a la pelinegra frente a ella.

Rápidamente inspeccionó como de costumbre el rostro contrario, era adicta a aquella imagen y no podía evitarlo. Cabello suave y brillante que llegaba un poco debajo de los hombros.
Llevaba puesta una camiseta blanca simple de mangas cortas, pantalones de un tono claro de mezclilla y sus típicos Converse negros. Se maldijo internamente por observarla de esa manera poco discreta.

𝐀𝐥𝐛𝐚 •𝒍𝒊𝒑𝒔𝒐𝒖𝒍•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora