Tiempo

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La humedad en el ambiente era peculiar, y parecía indicar que un evento climático muy deseado por la mayoría de las personas estaba próximo a suceder.
La mañana era de un color blanco bastante iluminado, con pizcas de nubes grisáceas que se esparcían por las orillas del cielo. El sol un poco ausente bajaba la temperatura de la ciudad, y obligaba a los habitantes de ésta a usar ropa bastante abrigadora.

El invierno, amado y odiado por tantos, había llegado finalmente en este año, de manera casi instantánea para muchos.
Los días eran más cortos que antes, la luz solar se tenía que aprovechar al máximo, y las ganas de dormir en tu cama eran más persistentes que nunca.

Jungeun caminaba por la acera, dirigiéndose hacia la escuela, como todos los días hacía. Sus pasos eran lentos, bastante firmes para no caer por culpa del pavimento ligeramente escarchado de hielo, y con felicidad tomaba el sendero rutinario. Los auriculares en sus oídos reproducían las canciones que más le gustaban en éste tipo de días helados, y se sentía bastante cómoda a pesar de las dificultades que daban los días de invierno para los peatones.

El viento helado apareció de pronto, golpeando contra el rostro descubierto de Jungeun, y se maldijo internamente por no tomar la bufanda que su padre le había ofrecido la noche anterior, previendo el clima de esta mañana.
Sentía como de alguna manera, la baja temperatura quemaba en sus pómulos, y esperaba que la crema facial que usaba normalmente pudiera proteger lo necesario su piel para no tener algún tipo de lesión.

Paso a paso, deseaba llegar lo antes posible al instituto, o al menos, que un autobús pudiera pasar en esos momentos y que éste tuviera cupo para ella. Pero ambas opciones parecían muy lejanas todavía.
Eran casi las siete de la mañana, a tiempo para su horario de entrada y no tenía planeado basilar en ningún momento, siquiera para descansar un momento y calentar su rostro con las manos.

Como forma de ignorar las condiciones en las que estaba, su mente decidió centrarse en pensamientos diversos que pudieran mantener los sentidos un poco ausentes, y así, sobrellevar las consecuencias de su impaciencia para ser llevada hasta su destino por sus padres.

Entonces, recordó momentos del verano que parecía muy lejano ahora, a pesar de haber transcurrido tan solo unos cuantos meses.

Las múltiples sensaciones del calor intenso podían parecer una pesadilla en ocasiones, pero justo aquí, en una avenida poco transitada con el viento contra ti, parecía ser más bien la gloria. Desde la posibilidad de sofocarse en tu habitación en la madrugada al despertar en medio de una ola de calor repentina, hasta el ardor en la piel por estar un tiempo considerable bajo el sol sin un tipo de sombra, eran cosas que en este camino deseaba experimentar.

Luego, se concentró más en otras cosas específicas, alejando las experiencias que más bien otorgaba las condiciones climáticas, y en su mente llegaban recuerdos amigables.
Pensar así, en ese tipo de escenarios que sí existieron, le hacía sentir una melancolía extraña, que había adquirido desde hace una temporada, al parecer, comenzaba a ver las cosas de forma distinta, sobre todo el tiempo que pasaba sin intentar detenerse a preguntar cómo te encontrabas.

¿Podría decirse que estaba creciendo? El hecho de entender más cosas, tener otras perspectivas e incluso imaginar futuros más comunes y acertados a la realidad, de alguna manera, para la castaña, significaba que estaba madurando, como muchos llegan a decir.

Tal vez solo se trata de las nuevas experiencias que ha acumulado, sobre todo de forma personal. Jungeun quién solía ser reservada en muchas cosas, incluso con quien era más cercana, ahora lograba confesar más sentimientos y opiniones que antes, liberando cargas que sostenía todos los días sobre sus hombros, obligándola a levantarse con pesadez cada vez.

𝐀𝐥𝐛𝐚 •𝒍𝒊𝒑𝒔𝒐𝒖𝒍•Where stories live. Discover now