Ultimo día

35 4 3
                                    

No podía afirmar que todo el verano había dormido correctamente, o al menos haber tenido una mejora en el habito del sueño, a pesar de descansar y relajarse, o el intento de eso.

Todas las noches, la mayoría sin exagerar, habían sido un poco complicadas; el agotamiento mental lo tenía, y buscó el físico muchas veces al comenzar a practicar algunos deportes en el exterior, o simplemente jugar a altas horas de la noche en aquella consola de videojuegos, pero a pesar de todo esto, algo no le permitía cerrar sus parpados y permanecer inconsciente en su totalidad, ignorando todo lo que pudiera estar sucediendo en el mundo que habitaba.
Muchas veces se hizo la ignorante, al preguntarse sin encontrar una respuesta del porque no simplemente podía descansar como Dios manda.

Siempre fue una tarea fácil y sencilla para ella, incluso cuando era el momento o lugar menos indicado, lograba conciliar una siesta, claro que, no siempre llegaba a ser una reparadora, y justo estos días de calor insoportable, y los más frescos también, ella simplemente no podía dejar su vista a oscuras y callar sus pensamientos constantes. Cerrar sus parpados era lo más difícil que había intentado en su vida, aparte de confesar sus sentimientos, claro.

Su cama se había convertido en el objeto más incómodo del mundo desde el inicio de sus vacaciones, igualmente el pequeño sofá de su habitación, dejándola con la opción de dormir en el suelo, pero por supuesto, no era una mujer de las cavernas como para intentar quedarse allí toda la noche, tomándolo como una solución ante su problema. No era la opción correcta.

Y cada vez que la luna salía y las estrellas eran visibles, a su mente llegaban múltiples recuerdos y escenarios fantasiosos, mezclándose entre ellos, impidiendo reconocer cuál imagen era real y cuál un simple y problemático producto de su imaginación.

Esta noche no era distinta a las últimas, incluso, puede jurar que es aún peor.

Se sentía, además de confundida, nerviosa al saber que en cuanto el sol saliera, se convertiría en su último día de vacaciones, en otras palabras; el ultimo día en el que podría mantener una distancia razonable con Jinsoul, porque estaba segura de que, una vez en el mismo espacio y tiempo, sería una tortura más grande verla y no intentar acercarse.

Sus esfuerzos por mantener una distancia eran persistentes, pero eso no significaba que tenía éxito en eliminar sus sentimientos o sus deseos de simplemente volver a hablar con la mayor, aunque fuera por algunos segundos.

El recuerdo de la invitación de Yerim llegó a su mente como un balde lleno de agua fría, cayendo sobre su cabeza y escurriéndose por la espalda. Un escalofrío y la piel erizada. Lo intentaba olvidar también, pero como todo en estos días, llegaba cuando estaba más vulnerable.

Ahora tenía que sumar una cosa más a sus preocupaciones, y en cuanto el sol hiciera acto de presencia, no solo sería su último día de vacaciones, también sería el posible día donde se encontraría con Jeong después de tiempo.

¿Será que Jiwoo la obliga a acercarse?
Incluso podría ser Yerim quien lo hiciera, y entre tantas personas, podría ser que hasta Sooyoung fuera la antagonista de ese día, acorralando a ambas, después de todo, era más cercana a la pelinegra que a ella.
Seguro que lo sabe todo.

Las sabanas de su cama estaban arrugadas y fuera de su lugar habitual. Las almohadas colgaban de la orilla y ella se apoyaba directamente de la superficie plana del colchón.
El calor de la noche era soportable, pero su piel sudaba mares, gotas imparables resbalando por su frente y cuello, sintiendo incomodidad en su totalidad. Se movía perezosamente, buscando su lugar correcto y la mejor posición, pero como ya sabía, no habría éxito en ninguno de sus intentos.
Cerraba sus ojos, y cuando sentía que podía descansar finalmente, una ola de preocupación se impactaba en su conciencia, despertando de nuevo.

𝐀𝐥𝐛𝐚 •𝒍𝒊𝒑𝒔𝒐𝒖𝒍•Where stories live. Discover now