La próxima vez

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¿Alguna vez las palabras sobraron para ti?
Estar con alguien tan cercano, que puedas pasar horas sin necesidad de conversar, tan solo compartiendo juntos el espacio y tiempo, respirando el mismo aire y sintiendo el mismo calor.
Tener la comodidad para permanecer así, sin pensar realmente en otra cosa.

Tenían asuntos pendientes.
Las palabras se acumulaban, una tras otra en sus pensamientos y lenguas. Una de ellas incluso había planeado un discurso, ensayado en su memoria, frente al espejo y de camino a la escuela, mientras que la otra, solamente necesitaba el momento perfecto para descargar todo, como su corazón le indicara.
Aun así, con esfuerzo, se dedicaron oraciones simples y rutinarias, justo lo que gente común se diría. "¿Cómo estás?" y "Voy mejorando" fue el inicio. Terminó cuando sus voces hablaron sobre descansar y escuchar un poco de música juntas, en lo que la lluvia se detiene o la comida estuviera lista, lo que sucediera primero

Acostadas en la cama, una al lado de la otra, compartiendo auriculares desde el celular de la mayor. Le mostraba su lista de reproducción de las canciones que repetía una y otra vez, siendo la que Jungeun le mostró hace dos semanas una de las nuevas ingresadas.
Ninguna de las dos tenía idea de cuánto necesitaban un momento así, entre las dos. Después de tantos días sufriendo sus propios autosabotajes, jamás se imaginarían que su primer encuentro sería algo parecido a esto, pero estaban bastante agradecidas de tener esta paz juntas, el corazón se sentía cálido y la sensación de que todo estaría bien era muy agradable.

—Debiste ver a todos hoy, fue un caos. La lluvia nos sorprendió. —Jungeun intentó romper el silencio, al menos unos segundos, quería escuchar a la mayor.
Las dos intentaron verse, girando sus rostros hacia la unión en sus hombros, sonriendo al instante.
—Dímelo a mí, estoy así por eso —limpió su nariz pasando el dorso de su mano, cubierto por la manga de la sudadera —nunca había detestado tanto que lloviera. —.
—Aun no entiendo como terminaste así, ¿qué tiene que ver la lluvia? —Cuestionó divertida.
—Bueno... una historia rara, pero, ¿tú cómo llegaste hasta aquí? —se removió un poco en su lugar —¿te trajeron? —.

Jungeun sonrió, recordando su trayecto hasta la casa de la pelinegra, y cómo fue que la habían ayudado a base de mentiras.

—Sooyoung unnie me trajo hasta acá —seguía mirando a su amiga, viendo cada una de sus expresiones —ella quería entregarte una calificación, así que dijo que podíamos venir juntas. —Una risa, luego Jinsoul seguía confundida. —En cuanto tu papá abrió la puerta, se fue diciendo que ella solo me estaba trayendo. —.
—¿Sooyoung? ¿Te dijo algo... raro? —La voz de la mayor parecía genuinamente preocupada, no entendía por qué. —Si es así, no le hagas caso. —.

Jungeun continuó, emitiendo un sonido con sus labios cerrados, recordando algo que le pudiera parecer fuera de lo "normal."
Y la verdad es que sí existían algunas cosas que encajaban con la pregunta, pero eso era algo que Jinsoul no podía saber, no aún.
Sus intenciones aquí eran hablar por fin de todo, aunque conocer el estado de la mayor era importante también. En cuanto la vio con ojos llorosos y escuchó su voz rasposa y adolorida, decidió que lo mejor era solamente acompañarla, como en otras ocasiones pudo ser.
¿Realmente era por eso, o era ella acobardándose?

—No me dijo nada raro, en realidad... hablamos de Jiwoo, ahora sé que le gusta. —.
—Eso era bastante obvio, Jungie. —Respondió con una sonrisa.

Claro, puede ser.
Entonces, ¿por qué ellas estaban en el limbo si para el resto era también algo obvio?
La vida podía ser bastante compleja en ocasiones.
O tal vez, solo eran ellas mismas quienes lo hacen complicado.

—¿Sueles anticipar las intenciones de otros? —Su impulso la obligó a preguntar antes de acobardarse. —Para mí... casi siempre es difícil darme cuenta. —Agregó para no parecer tan ansiosa, o que seguramente, su pregunta tenía otros propósitos.

𝐀𝐥𝐛𝐚 •𝒍𝒊𝒑𝒔𝒐𝒖𝒍•Where stories live. Discover now