Capítulo 4

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Oker volvió a su casa muy cansado, no había parado ni un momento, y en realidad no sabía qué iba a hacer al día siguiente cuando había limpiado todo ese día.

La llamada le había dejado completamente enojado, pero en el fondo agradeció poder darle de comer a Kyle, él estaba muerto de hambre, pero no se atrevió a tomar nada. De algún modo, ese alfa lo sabría y le atacaría con eso, en ningún momento le había dicho que él también pudiera comer su comida.

Suspiró, al día siguiente tendría que volver a llevar a Kyle, y algo para comer para los dos.

Tomó un plato que Lea le había dejado, y se quedó con los hijos de ella, le había dejado una nota diciéndole que la habían cogido en un restaurante y que volvería tarde.

Oker se encargó de acostar a los niños, e hizo una lista mental de las cosas que tendría que preguntarle al Alfa, por ejemplo, su nombre, cuánto iba a pagarle, cuándo y si podría comprar productos de limpieza.

Se durmió soñando con sus ojos duros y su tono hiriente. Solo se alegraba de tener que tratar con él pocos minutos.

Al día siguiente buscaría en las ofertas de trabajo para los omegas, quizás pudiera encontrar algún sitio donde le aceptaran.

El despertador sonó a las 5, había dejado preparado unos platos tanto para él como para Kyle, le tomó un par de juguetes más, y lo subió de nuevo dormido al coche.

Miró el depósito de gasolina calculando que para final de semana no tendría más.

El tráfico a esa hora era bastante fluido, y fue dejando atrás la zona suburbana en la que él vivía para llegar al centro de la ciudad aún sumergido en la oscuridad de la noche y sus farolas.

Aparcó y miró la hora, había llegado a las 6, lo que podía suponer media hora con el alfa. Tomó aire, y valor, con su hijo en sus brazos volvió a llamar y volvió a abrirse.

El mismo camino, y las mismas sensaciones, aunque ya sabía que realmente iba a trabajar limpiando.

El alfa le esperaba dentro de la casa, con la puerta abierta.

—Llegas pronto —le amonestó, Oker pensaba que hiciera lo que hiciera el alfa le despreciaría igualmente—. Y has vuelto a traerle.

—Mañana esperaré en el coche, e intentaré organizarme con mi compañera, pero de momento no tengo donde dejarle.

—El sofá no es un lugar para que un niño duerma tantas horas.

Como supuso, el alfa notó el aroma de Kyle.

—Puedes dejarle en una de las camas de invitados, y dale de comer, ¿has traído comida para él?

Oker asintió, y eso pareció tranquilizar al Alfa.

—Yo quería preguntarle algunas cosas, Alfa.

El gruñido del alfa, le recordó que no quería que le llamara así, algo que Oker no comprendía, era el modo correcto para un omega de dirigirse a un Alfa.

—Lo siento.

—¿Sabes decir algo más que lo siento?—Oker se encogió porque era su estúpida y maldita naturaleza, intentar protegerse ante un alfa enfadado.

Iba a volver a decir lo siento cuando se mordió los labios.

—¿Qué quieres preguntarme?

—Yo quería saber cuántos días quiere que trabaje para usted.

—De momento de lunes a viernes.

Oker casi sonrió, eso le dejaba dos días libres.

—Y, ¿cuánto... cuánto va a pagarme?

OmegaWhere stories live. Discover now