Capítulo 26

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Oker fue a buscar a Kyle a la escuela, pero en su mente había demasiadas cosas.

Un caos que se había desatado en el momento en el que el alfa había abandonado el apartamento.

Era la primera vez que él ofrecía sus feromonas paternales a alguien que no fuera su hijo. Y lo hizo con un alfa indefenso entre sus brazos, un alfa que lloraba recordando, ahora lo sabía, a su propio padre.

Él le recordaba a su padre, y ahora todo parecía tener sentido, pero un sentido que le hizo desinflarse en el momento en el que el alfa se fue de su propia casa.

Se agarró a la misma encimera en la que habían estado desayunando, aunque en realidad había sido más un almuerzo temprano.

Se sintió un estúpido, había visto algo en lo que a ambos le había estado sucediendo todo ese tiempo, y lo había entendido mal.

El alfa no estaba interesado en él, no de un modo romántico, ni siquiera sexual. Era un alfa con un trauma, con un pasado, y vio en él a otra persona.

Sintió como se sonrojaba, se sentía ridículo por haber tenido ese tipo de sentimientos por él.

Recogió todo lo más rápido que pudo, y se encaminó a la escuela de Kyle para recogerle, quizás iba tan metido en sus pensamientos que no lo vio venir.
Se acercó demasiado, quizás, no se había dado cuenta, pero otros padres le estaban mirando reprobatoriamente.

Lo peor fue que algunos alfas presentes olisquearon el ambiente.

Oker no vio a Kyle ni a Buddy, aún no habían salido.

—¿Estás solo, quieres compañía? —preguntó un alfa que se le acercó.

Oker miró al suelo, se había confiado, de nuevo se había confiado.

—Venga, te pagaré, ¿cuánto? —Y en su voz había una lujuria pegajosa.

Todos los estaban mirando con cara de desagrado profundo.

Oker comenzó a temblar, pero las feromonas que sintió le resultaron familiares, y el ambiente cambió.

—¿Algún problema? —escuchó una voz realmente conocida, cuando alzó los ojos vio a Olson, uno de los alfas con los que Milo había hecho muy buenas migas en la asociación.

—¿Es tuyo? —preguntó el otro alfa molesto.

El gruñido de Olson hizo todo el resto, era un alfa enorme y de aspecto fiero, pero Oker lo conocía con su hija y con su pareja, y era un alfa muy amable.

En ese momento, si no lo hubiera conocido tenía claro que él mismo se hubiera asustado mucho.

—Lo siento —farfulló el otro alfa retirándose, y dejándolos solos.

Hasta que sintió como un cuerpo pequeño se abrazaba a él.

Kyle había salido corriendo hacia ellos, y Oker abrazó y sonrió a su hijo.

—Gracias —dijo Oker, realmente nunca se había sentido completamente bien alrededor de un alfa. Pero Olson tenía ese modo de hacerlos sentir bien que usaba en omegas maltratados por otros alfas para ayudarles a regularse.

—No hay de qué, nunca te había visto por aquí.

La hija del alfa llegó también a ellos, y los niños se pusieron a jugar a algo que ni ellos entendían, pero a Oker no se le escapaba como el resto de padres recogía a sus cachorros y aún así los miraban.

—Suelo evitar las aglomeraciones —dijo Oker sintiéndose un poco culpable.

—Podemos esperarlos juntos, mi hija es un par de años mayor, pero no me importa llegar un poco antes para esperar contigo.

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