Capítulo 20

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Oker vistió a Kyle con las ropas que Milo le había regalado, había sido poco agradable con el omega.

No insistió en preguntar nada más sobre su pasado, puso su mano sobre la suya cuando quiso indagar y retiró su pregunta.

Milo no era como sus antiguos amigos, para bien o para mal. Y le había hecho regalos a su hijo que en ese día le salvaban de tener que vestirlo con sus viejas ropas, quería que en su primer día causara la mejor impresión posible.

El omega le había dado su teléfono, pero Oker nunca le había llamado.

Se le notaba muy solo, y las dos veces que había visto a su alfa, este no se comportaba a su alrededor, como había visto que un alfa lo hacía con un omega con el que se había vinculado.

Incluso sus padres, que eran extremadamente formales, orbitaban el uno al rededor del otro. Su padre alfa tocaba a su padre omega siempre que tenía ocasión.

El alfa de Milo si podía ni le miraba.

Quizás pudiera llamarle para darle las gracias y  para hablar.

No se había encontrado nunca a personas de su pasado, pero dudaba de que si lo hiciera hubieran reaccionado como Milo. No solo no lo miró con asco y desprecio, sino que lo trató bien a él y a su hijo.

Quizás estaba muy contento mientras miraba a su hijo luciendo una gran sonrisa, quizás no todo tuviera que ir mal.

Cuando llegaron a la casa del alfa, él ya los estaba esperando.

Oker no pudo evitar mirarlo para saber de qué humor estaría esa mañana. No podía olvidar el momento que ambos habían vivido la tarde antes.

Nunca había usado sus feromonas contra nadie, un omega no podía hacer algo así sin que hubiera consecuencias, era algo que le habían inculcado desde pequeño.

Pero ese alfa le había hecho una promesa, nadie le haría daño a su cachorro.

Y Oker le creyó, pero no tenía porque extenderse a sí mismo, sobre todo después de pasada la emoción inicial.

Pero el alfa, solo le miraba, no había ceño fruncido ni sonrisa en sus labios. Solo su mirada oscura, como si le viera por primera vez y le estuviera analizando.

Necesitaba con urgencia un corte de pelo, pero todos  los días una vez llegaba a casa se le olvidaba pedírselo a Lea.

No es como si pudiera ir a uno de esos centros de belleza que frecuentaba en su otra vida.

—Mira —dijo Kyle al alfa, con esa naturalidad que el niño tenía con él.

Los ojos oscuros del alfa abandonaron al padre para posarse sobre el hijo, que le mostraba sus cosas nuevas.

El alfa sonrió, y a Oker se le calentó el corazón.

—Tengo algo para ti —le dijo al niño y este abrió mucho los ojos.

El alfa apareció con una mochila infantil de los dibujos animados de moda en ese momento.

Kyle comenzó a saltar emocionado, y Oker no pudo evitar reírse.

Eso sí se llevó la mirada del alfa, y Oker bajó la suya.

—Puedo quedarme para acompañaros el primer día —dijo el alfa mirándole directamente.

Oker vaciló, por un lado sería estupendo, junto a Ivory nadie le molestaría, o eso pensaba. Ir acompañado de un alfa que los cubriera con sus feromonas era una gran ventaja.

Pero había algo en el hecho de poder hacerlo él por su hijo, de ese primer día poder tener ese momento entre ellos.

—Gracias, pero no quiero abusar de su tiempo, señor.

OmegaWhere stories live. Discover now