Capítulo 21

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Ivory no fue a su oficina una vez salió de su apartamento.

Había cubierto a ese omega con su olor, lo había pegado a su cuello, había sentido su rostro y su respiración en un punto al que nunca había dejado acercarse a nadie.

Y se volcó en él, tuvo que hacer acopio de todo su autocontrol para retirarse. Sus instintos pedían más, pero Ivory casi nunca hacía caso a sus instintos. Los instintos de un alfa los llevaban a cometer auténticas locuras.

Pero permaneció en su coche durante una hora, hasta que vio al omega y a su cachorro salir del edificio.

Se veían demasiado pequeños, demasiado desprotegidos. Otra vez sus malditos instintos molestando, pero los siguió en el coche.

La escuela estaba ridículamente cerca, hasta ese momento, no había prestado atención a ese tipo de cosas.

Casi no conocía su barrio, no es como si realizara muchas actividades allí.

Pero se dio cuenta de la cantidad de cachorros y padres que andaban hasta la escuela y otros que llegaban como él en coche.

No pudo apartar sus ojos de ellos, y cuando el omega de la escuela tomó la mano del pequeño alfa, Oker se vio mucho más vulnerable.

Estuvo a punto de salir a por él, acompañarlo a su casa de nuevo. Pero el omega era rápido y anduvo realmente veloz hasta desaparecer tras la puerta de su apartamento.

Apretó el volante, todo le decía que subiera y comprobara que estaba bien. Necesitaba olerlo y volver a apestarlo de él.

Pero no lo hizo, condujo hasta su puesto de trabajo sin mirar atrás.

Y por primera vez, cuando llegó ya había más compañeros trabajando.

¿Qué había quedado de ser el primero en llegar y el último en irse?

Parecía una realidad bastante más lejana de lo que en realidad era.

Cuando llamó a la puerta de su jefe, el hombre se sorprendió.

—Voy a tomar la jornada flexible —informó.

El alfa sonrió y asintió, ya se la había propuesto con anterioridad. Era como aceptar públicamente que Ivory tenía un omega.

Aquella jornada permitía conciliar a los trabajadores con sus responsabilidades familiares. Ivory no tenía familia, pero al menos, hasta que estuviera seguro de que Oker y Kyle estaban bien, vigilaría sus salidas y entradas.

Ellos no tenían por qué saberlo.

Su teléfono sonó horas después con la alarma que había programado.

Recorrió el camino de vuelta y esperó a que el omega saliera de su apartamento.

Miraba hacia todos lados nervioso, pero no se paró hasta que llegó a las inmediaciones de la escuela.

No lo vio acercarse, los niños salían para ser recibidos por sus padres.

Ivory pudo ver a Kyle tomado de la mano de aquel omega irrespetuoso. Y a lo lejos a Oker. ¿Qué estaba esperando?

El niño parecía inquietarse, él mismo lo estaba haciendo.

Hasta que no quedó ningún niño ni ningún padre, y entonces Oker se hizo presente. Kyle salió corriendo hasta él, completamente contento y ambos se abrazaron.

Pero esa fue la llave que abrió la cerradura de los recuerdos que Ivory había tratado de mantener ocultos.

Una puerta a un enorme muro para protegerlo de su pasado. Uno en el que nunca pensaba, uno que a fuerza de obviarlo hasta parecía que nunca existió.

OmegaWhere stories live. Discover now