Capítulo 38

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Ivory tenía abrazado a Oker, debía reconocer que abusaba de esos abrazos, pero el omega se lo permitía siempre. Y estaba cansado de luchar contra su naturaleza.

Mientras más cerca, mejor.

Desde el día que había aparecido el padre de Oker, este no se había marchado de su casa.

Sabía que en parte era por la seguridad que Ivory le ofrecía, pero también la cita que habían tenido en la asociación les había ayudado.

Les habían hablado de ir al ritmo al que más cómodo se sintieran, al parecer el de ellos era estar siempre juntos. Ivory no podía estar más que contento por ello, pero no quería que una gran motivación de su omega fuera el temor a lo que hubiera fuera.

Lo quería a salvo, lo quería dueño de poder decidir, pero aquello aún era una utopía, y más con su maldita familia reaparecida.

Ese era su otro tema pendiente, había encontrado un hilo, pero aún necesitaba algo más.

Como una broma del destino, su empresa cubría algunos servicios de asesoría para las empresas Montgomery, pero no había encontrado ningún hilo del que poder ahorcar a Macon.

Y ese era su tema pendiente, quería arruinarlo, sabía por qué había hecho lo que le había hecho a Oker, de un modo retorcido y asqueroso había puesto a Montgomery contra la pared con un chantaje que ellos no estaban dispuestos a exponer públicamente.

Ese tema le hacía rechinar los dientes, recordaba al omega que le había mirado al salir de la asociación, uno que le había dicho a Oker que llevaba años buscándole.

Alguien con los recursos que tenían los Montgomery los hubieran encontrado, o eso era lo que él se decía cuando veía dormir a su omega.

¿Qué vida podría haber tenido si solo hubiera recibido la ayuda que tanto había necesitado?

Por otro lado, él nunca lo hubiera conocido y el pensamiento le hacía sentir extremadamente egoísta.

No se imaginaba una vida ya sin Oker, sin Kyle, lo eran todo para él.

Y por eso quería darles algo, algo más que su amor y protección, quería permitirle a Oker poder pisar a quien lo destruyó.

Pero necesitaba algo que aún no tenía, dejó la cama donde Oker dormía, el omega se quejó por no contar con sus brazos a su alrededor pero siguió durmiendo.

Ivory sonrió, pero salió de la habitación.

Con pasos ligueros llegó hasta la habitación de Kyle, su cachorro dormía plácidamente con la tranquilidad con la que lo hacían los niños.

Salió de allí y se dirigió al lugar donde sabía que había guardada una tarjeta blanca que Oker había dejado olvidada.

La tomó entre sus dedos, un teléfono y un nombre, Selle Montgomery. No quería recurrir a él, pero se le acaban las opciones y sería su modo de probar de que verdaderamente era sincero en su ofrecimiento de ayuda.

No quería hablar a escondidas con él, no quería hacerle eso a Oker, tratarlo como un omega que no podía tomar decisiones.

—¿Qué ocurre, no puedes dormir? —le escuchó somnoliento a su espalda. Ivory se giró con la tarjeta en sus manos y Oker frunció el ceño.

—Necesito hablar con él.

—¿Con mi padre? —dijo el omega sin comprender.

Ivory se sentó en el sofá y le tendió una mano para que le acompañara. Oker lo hizo, su movimiento fue directo a su regazo e Ivory se sentía tan orgulloso de que el omega ya no dudara en tomar el sitio que a él tanto le gustaba.

OmegaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant