𓍯 ᑲᥱs᥆s 𝗍rᥲ᥎іᥱs᥆

01

─No quiero casarme.

Todo a mi alrededor se vuelve oscuro, y tan solo esas tres palabras hacen eco en mi mente, ¿Qué ha dicho?

─¿Señorita Kim?

El padre parpadea confundido y mis padres que se encuentran en primera fila se levantan para tratar de asimilar lo que YoonWa ha dicho.

Trago en seco tomando la mano de mi futura esposa pero ella se aparta negando con la cabeza. ─Lo siento JiMin, no puedo...

─¿Q-qué estás?─ pregunto confundido, con un nudo en la garganta que siento que me asfixia.

Ella toma entre sus manos las puntas del fino vestido blanco y sin decirme nada más sale corriendo de la iglesia, los tacones de sus zapatillas haciendo eco en todo el lugar y de inmediato los murmullos de los invitados llegan hasta mis oídos. Mis pies no se mueven, quiero salir detrás de ella pero el nudo en mi garganta finalmente se rompe haciéndome caer de rodillas al suelo, y de inmediato los brazos de mi hermano mayor se encuentran a mi alrededor.

En cuestión de segundos la mujer que he amado desde hacía cuatro años desaparece de mi vida como si nada, la promesa que nos juramos cuando le propuse matrimonio de estar juntos para toda la vida se ha desvanecido como humo en el aire reduciéndose a absolutamente nada.

─Oh dios mío─ mi madre se acerca colocando su mano sobre mi hombro.
─Qué escándalo nos hará pasar esa niña indecisa.

Me alejo tragandome el dolor que siento. ─No puedo quedarme aquí.

─Pero...─ mi hermano intenta detenerme sin éxito porque salgo corriendo de la iglesia.

No quiero oír las palabras de lastima que tienen para mí, las palabras de suprema vergüenza de mi madre, el silencio de mi padre y el abandono de mi primer amor.

¿Qué hice mal?, ¿Ella no estaba enamorada tanto como lo decía?, ¿Porqué aceptó casarse conmigo?

Con coraje pido otra copa, no paro de llorar mientras mi garganta se asfixia de tanto alcohol, quizás había otro hombre en su vida, ─¡Dame otro!─ exclamo hacia el bartender.

─No deberías beber tanto.

Volteo encontrándome con un muchacho de cabellos rubios supongo ya que muy pocos se asoman por el gorro azul que posee, él sonríe dulcemente. ─Te he estado observando desde hace un rato.

─No deberías meterte en los asuntos de otras personas─ le respondo molesto, no me interesa que opina un desconocido sobre lo que hago.

Él ríe ligeramente negando con la cabeza. ─Soy muy curioso y también observativo─ dice colocando su barbilla sobre su mano.

─¿Y qué?, ¿Acaso no estás aquí para emborracharte también?─ le pregunto dándole una mirada rápida.

─No, de hecho me gusta beber pero no en exceso─ él acaricia el borde de mi copa y en la yema de su dedo una gota de alcohol se impregna, con lentitud el muchacho lo chupa. Ese movimiento me hace tragar en seco, algo incómodo y acalorado.

Seguramente el alcohol.

─¿Y a qué más vienes a un bar si no a beber?─ pregunto intentando mandar lejos estos raros pensamientos, yo mismo me siento tan extraño.

─A cazar chicos lindos─ responde con una profunda voz que cala cada parte de mi cuerpo. Un cosquilleo recorriendo me con angustia y nerviosismo. ─Y tú eres muy atractivo, desde que te vi entrar supe que quería que me follaras.

─N-no se cómo hacerlo─ balbuceo nervioso, con mis manos aferradas a las sábanas y la mente en blanco.

Él jadea tomando entre sus manos mi miembro y con dificultad se penetra a si mismo, trago en seco al sentirme extrañamente excitado al sentir como soy atrapado en esas calientes paredes. ─E-entró─ dice con una sonrisa, el sudor cayendo por su sonrojado rostro.

«se siente genial»

─Joder...─ él se aferra a mi abdomen moviéndose con dificultad, dando brincos sobre mí, mi longitud entrando y saliendo. Mi mente llenándose de todo esto que es tan fuera de lo común para un aburrido ejecutivo como yo.

Un atractivo chico sobre mí.
Yo dentro suyo como si conociera cada parte suya.

¿Él está acostumbrado a hacer estas cosas con cualquier persona que le guste? Simplemente... ¿va y hace lo mismo que hizo conmigo?, Seducirme con esa coqueta sonrisa y luego enredarme con ese cuerpo lujurioso para terminar teniendo sexo.

¿Enredarme?

No, él hizo la proposición pero pude negarme. Simplemente deseaba llenar mi mente de algo más que no fuera el ser abandonado el día de la boda.

─P-puedes ser salvaje─ menciona entre jadeos, mi mano viaja hacia el lóbulo de su oreja que sostiene un arete de candado.

Y ahí, el yo calmado que intentaba mantener siempre decide darle paso al yo que jamás salía. Un JiMin salvaje, apasionado, que siempre deseó compartir intimidad con la mujer que amaba pero jamás paso.

Con fuerza tomo de la cintura al chico, saliendo con brusquedad arrancándole un grito desesperado para luego tumbarlo sobre el colchón, levantando sus piernas y entrando de nuevo, justo como él lo hizo antes. Sus manos aferradas a mi espalda, mi sudor cayendo gota por gota y embistiendo lo con tanto éxtasis que podría llegar y hacerlo llegar al orgasmo en cualquier momento.

Esa noche sostuve el cuerpo de un hombre con tanto fervor y deseo olvidando por completo el porque llegué a ese bar.

─V-voy a...─ él gime desesperado eyaculando sobre su propio abdomen y manchando me incluso a mí.

Sonrío acariciando los mechones mojados que se pegan a su frente y él sonríe dulcemente, con calma dejo caer mi rostro sobre su pecho, siempre quise un lugar cálido al cual acudir cuando más lo necesitara.

Me despierto colocando mi mano sobre la parte vacía de la cama, recién el sol comenzó a salir ví como él se marcho, no dije nada, lo que pasó entre nosotros solamente fue de una noche pero aún así me sigo preguntando por su nombre.

Suspiro profundamente encendiendo mi celular de nuevo, hay demasiadas llamadas perdidas, mensajes pendientes de mi familia y amigos. Con suavidad juego con el anillo de compromiso de mi dedo, cierro mi mano en un puño incapaz de deshacerme de este objeto.

Y no sé cuando podré hacerlo.

Por ahora, es momento de volver a mi realidad y lo que me espera en ella.