013

323 44 10
                                    

─Es una trampa que sólo hayas venido a la biblioteca para pedirme una cita─ YoonGi termina de cerrar y niega con la cabeza. ─Eres astuto.

Sonrío jugando con las llaves de mi auto y de inmediato corro a abrirle la puerta. ─Si venía directamente no ibas a poder negarte.

Él me mira fijamente y sonríe. ─Por mensaje tampoco lo hubiera hecho, de todas maneras quería salir a despejar mi mente.

Estando dentro del auto, me adelanto ayudándolo a colocarse el cinturón, él no se niega así que sonrío en mis adentros, «aunque sean detalles pequeños, quiero ser recordado en la mente de este hombre».

─¿Pasa algo?─ le pregunto mirando hacia el volante.

─No, para nada─ YoonGi suspira profundamente dejando caer su cabeza en el asiento. ─¿Te molesta si en el trayecto a donde sea que me lleves, duermo un poco?

Niego con la cabeza cerrando las ventanas y enciendo el aire acondicionado. ─Por supuesto que no, te despertaré en cuanto lleguemos.

─Bien...─ murmura en respuesta y de inmediato se queda dormido, no lo sé muy bien pero si no está durmiendo bien es porque debe estar pasando algo.

Casi una hora después llegamos hasta la playa, ya ha caído la noche y casi no hay personas. Con suavidad lo muevo por el brazo y un somnoliento YoonGi abre los ojos torpemente.

─¿Ya llegamos profesor?─ pregunta tallando se los ojitos y tal acto me hace sentir complacido, desde que conozco a YoonGi he pensado que verlo despertar es uno de los placeres que quiero conservar por mucho tiempo.

─Así es, mira─ bajo las ventanas dejándolo apreciar lo hermoso del mar nocturno.

De inmediato YoonGi sale del auto observando el mar con una mirada tan calmada que incluso me reconforta a mi mismo. ─Es precioso, hace mucho tiempo no venía por aquí.

─¿Quieres quitarte los tenis?─ mi pregunta hace que YoonGi de un pequeño brinco, como si lo hubiese sacado de sus pensamientos. ─Digo, si gustas.

Él sonríe ligeramente acercándose para recargarse de mi hombro.
─¿Cómo supiste que amo el amor?

─No lo supe─ me encojo de hombros mirándolo con ternura. ─Sólo lo supuse. Me arriesgué demasiado ya que podrías odiarlo también.

YoonGi ríe levemente y como dije se quita los tenis caminando más cerca de la orilla, una vez las olas golpean sus pies extiende su mano hacia mí. ─Ven aquí profesor.

Algo inseguro me quito también los zapatos, la traviesa arena comienza a meterse por los dedos de mis pies y aunque nunca me ha gustado esa sensación podría jurar que ahora no me molesta, YoonGi se ve tan contento que lo demás pasa a segundo término. A paso lento llego hasta donde él se encuentra y el agua fría golpea mis pies, hago un gesto de incomodidad pero después de unos segundos me acostumbro.

─Está tan helada─ me quejo mirándolo, él me devuelve la mirada con un gesto que tomaría como burlesco. ─¿Acaso a ti no te molesta?

─No, es tan relajante que no importa si se congelan mis pies─ sonríe dulcemente y caminos de vuelta hacia atrás, un poco más lejos de la orilla.

Juntos no sentamos sobre la arena y él se deja caer recostando se, su mirada fija en la noche estrellada. En cambio yo, fijo mi mirada en él. ─YoonGi.

─¿Hmm?─ murmura enterrando sus manos en la arena.

─¿Puedo preguntar cosas sobre ti?─ le pregunto sin dejar de mirarlo, tengo que aprovechar estos dos meses al máximo para conocerlo. Rápidamente logro tener su confundida mirada sobre mí, apenado aclaro la garganta. ─Quiero decir, es inusual el como empezamos está relación.

─Tienes razón─ él asiente mirándome coquetamente. ─No es normal que conozca tus puntos más sensibles en la intimidad y no tu color favorito.

Mi rostro queda rojo y caliente ante sus sinceras palabras. ─No necesitabas ser tan sincero...

YoonGi se carcajea colocando su mano en su abdomen y eso me hace sentir nuevamente avergonzado, nunca logro verme genial frente a él.

─Me gusta esa timidez tuya que muestras frente a mí, me pregunto si eres así con todos─ él se levanta sentándose más cerca de mí y me mira curioso, parpadeo confundido cuando me recorre con la mirada.
─¿Dónde está?

─¿Cómo?─ me miro a mi mismo preguntándome qué miraba.

─Tu anillo, profesor─ él eleva las cejas señalando mi dedo. ─¿Te has desecho de el?

─No, no es tan fácil tirarlo. Fue difícil decidir no llevarlo puesto─ suspiro profundo, tomé la decisión de no llevarlo más en mi mano pero no fui capaz de deshacerme del anillo. ─Lo siento.

De pronto la mano de YoonGi se coloca sobre la mía y me dedica una de esas pocas sonrisas que he podido ver en él: sincera y pura.

─No necesitas disculparte conmigo, se que sigues enamorado de esa chica y no te estoy reprochando nada─sus largos e inusuales pero hermosos dedos se entrelazan con los míos.
─Además no estamos en algo serio, se que no estás enamorado de mí y yo tampoco lo estoy de ti.

«yo tampoco lo estoy de ti». Lo sé, se perfectamente que esto es como una prueba pero me gusta. Min YoonGi me gusta y aunque no esté enamorado no quiero dejarlo ir.

─Mi color favorito es el rosa y también el azul.

Levanto la mirada sorprendido cuando la voz de YoonGi se hace presente, está vez su mirada es un poco vaga pero sonríe. ─¿Y el tuyo?

─Es el blanco─ respondo de inmediato, la promesa de los dos meses siguen en pie y no puedo dejar que los días pasen sin siquiera intentarlo. ─YoonGi...

YoonGi suelta mi mano tirándose de nuevo en la arena. ─No digas nada JiMin, solo disfrutemos de esta noche y de las que vengan.

─Me gustas de verdad, y se que no es lo mismo que estar enamorado pero en realidad me gustas─ le hago saber, es imposible no decir nada. No quiero que malinterprete mi razón de por la cuál estoy con él.

─Solo... deja de hablar, profesor─ murmura cerrando los ojos así que me quedo callado, el sonido de las olas siendo lo único que nos rodee.

Y aunque moría de ganas por tomar de nuevo su mano no lo hice, no puedo permitirme tener contacto físico a menos que sea él quien lo inicié. Y me dí cuenta de que realmente quería saber más sobre el pasado que lo perseguía.

𓍯  ᑲᥱs᥆s 𝗍rᥲ᥎іᥱs᥆Where stories live. Discover now