29. Eres solo mío

957 38 32
                                    

(GunilXJungsu) +21

Advertencia:
contenido violento,
sádico, asesinato.

Jamás olvidaré el día en que lo conocí. Tan guapo, tan atractivo, tan musculoso.

Desde ese día, decidí que él sería solo mío y de nadie más.

Goo Gunil era el chico más amable y atractivo de la preparatoria. Todos lo adoraban, era popular y sobre todo especial. No había día en que no estuviera rodeado de todo tipo de hipócritas y sucios bastardos tocándolo y riendo con él.

Gunil era la clase de persona con quién puedes contar y siempre te apoyará. No importa si no sabe quién eres, si tú le pides ayuda él estará ahí para ti.

Recuerdo también el día en que sus amigos estaban molestándome. Me empujaban, me escupían y me llenaban el cabello de diferentes sustancias.

¿Por qué?
No lo sé, ellos siempre habían sido unos malditos.

En realidad yo estaba acostumbrado a ese trato. No era nada nuevo para mí. Toda mi vida he sido un maldito raro y no los culpo porque mirarme menos, yo también lo haría consideran las cosas que he hecho.

Pero fue Gunil quién los apartó de mi e incluso golpeó a un par de ellos.

—¿Qué demonios están haciendo? Déjenlo en paz –y tras otro par de insultos, finalmente se fueron.

Gunil se acercó a mi y me ayudó a levantarme.

—¿Estás bien? ¿Te lastimaron mucho?

Me quedé paralizado. Mi mayor crush me estaba ayudando ¡Estaba preocupado por mi! No lo podía creer.

Al no obtener respuesta de mi parte, me condujo a los baños para limpiarme el rostro y el cabello sin dejar de mirarme con preocupación.

—De verdad lo siento, suelen ser unos idiotas. Debí haber llegado antes.

Entonces me animé a hablar.

—Gracias por ayudarme, Gunil.

Y Gunil me sonrió. Por primera vez, desde hacía años, me sonrió. Solo a mi. No había nadie más en el baño.

Esa sonrisa era para mí.

—No tienes que agradecerme, am... ¿Cómo te llamas?

—Jungsu.

—Que nombre tan genial, suena como un nombre artístico –parpadee y me rei, aunque no entendí la broma – ¿Tocas algún instrumento?

Me di cuenta que miraba las hojas que sobresalían de mi mochila y me tensé, pero le sonreí.

—Piano y teclado.

Y su rostro se iluminó como si de él emanara un fuerte rayo de luz.

—¡Yo toco la batería! –exclamó –Sería genial formar una banda ¿No crees?

Mi suerte no se podría poner mejor.

—Tengo un amigo que canta increíble. Ah y otro que toca la guitarra eléctrica.

XDINARY TALESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora