Fanfic Pecados Placenteros

Milenka Morgan James (4)

Me examina dé pies a cabeza y le alzó el mentón haciéndole saber qué no me acojona y en ningún momento dejo de sostener la maleta. Baja el arma y me dedica una sonrisa dé amargura.

—Eres el asqueroso retrató de Christopher Morgan y por los momentos lo qué te mantendrá con vida es el hecho qué vengas de mi princippesa.

Le escupo en la cara y la atención de sus halcones se fija en mí, si muero esperó qué pongan en mi lápida "Le escupió la cara a el líder de la mafia"

—Ya ahora tendrás parte dé el ADN qué odias tanto...— le digo y mi frase queda paralizada cuándo Ali y varios hombres entran apuntando con Amélie y Owen.

La preocupación emerge en mí y no sopesó la idea qué me los toquen lidio con el dolor qué me apresa al ver a Owen cómo detalla a Antoni como observa su verdadero verdugo. No quería qué esto pasará ni qué estuviera en mis planes, Antoni quiere encontrar mi talón de aquiles y no se lo permito ver.

Me mantengo rígida maldiciendo en todos los idiomas posibles, la presencia de Owen y Amélie pone en riesgo lo qué tenía planeado.

Dejo de ser el foco de Antoni y sé da la vuelta y posa la mirada turbia y oscura en mi hermano qué trata de sostenerle la mirada y falla en algunos momentos. Owen tiene las manos atadas al igual qué Amélie y pienso alguna manera dé sacarlos de está mierda «Ellos no deberían estar aquí » no sé porque carajos me persiguieron. Tengo un nudo en la garganta y avanzó un paso cuándo veo las intenciones dé acercarse a Owen más de la cuenta.

—Vuelve a avanzar un paso más hacia él y no dudaré en arrancarte la tráquea con mis uñas.—le advierto y abre los ojos y se entre carcajada y me convenzo qué no puede haber una sonrisa tan maquiavélica cómo la de él.

—¿Tan mal té dejo mi veneno qué no puedes defenderte sin qué tú preciosa y letal hermana té respalde?—Amelie forcejea con el halcón que le sostiene, y Owen halza el mentón.—Christopher debe estar indignado por dejarte pisotear el apellido Morgan querido Owen, no sé que empeño tuvo su madre en que nacieron pero déjame decirte qué fuistes un desperdicio.

Silencio Owen no dice nada mientras yo me pongo de todos los colores posibles y lo observó qué detalla al líder de la mafia con cautela y explaya sus ojos en todo el lugar. Me señala el objetivo y asiento en respuesta.

—Todo el drama es qué no superas qué mi papá té halla masacrado a tu hijo lucca— hace una pausa y esa sonrisa típica dé los Romanov se hace presenté —¿Cómo estuvo ese festín? Esperó qué te hallaz comido tu creación porque me encargaré de inyectarte el Hacoc en el culo.

Se le burla y sólo se escucha la cachetada qué impacta contra la mejilla de Amélie y muevo un pasó y todos me apuntan la veo y me asíente en respuesta.

—Vuelves a hablar dé mi legado y haré qué Ilenko se trague al suyo. No sopesó no toleró, no concibo. De la única bonita ninfa que recibo insultos por los momentos es —me señala y no se aguanto la obsesión qué tiene este hombre con mi madre— de ella, porque es una bella creación dé mi ninfa, tu solo eres la hija dé un mafioso dé mierda ruso y dé una hechizera.

—Soy Amélie la hija dé el dios y la mujer más poderosa dé Rusia.—da inició a la contienda cuando se voltea con el halcón.

Lo patea y aprovecho la distracción cuándo desarmó a un halcón y le tuerzo el cuello, Antoni sé me trata de ir encima y lo evado tenía el tiro que debía ir en su cien pero no me apresuré y disparó a la bomba dé gas qué estaba abajo de las mesas dé el laboratorio. Una bomba eminente qué sirve de distracción mi cuerpo cae al suelo y no visualizo nada solo humo y muertes. No sé quién está vivo o quién no, tengo la maleta conmigo y es lo qué me interesa.