Amélie Romanova (12)

224 18 11
                                    

Milenka Morgan James

Todo empezó con un pinchazo en el antebrazo no sé dónde está papá ni mamá creerán qué vine por mi cuenta pues la rebeldía siempre fué la opción qué tomé, yo sólo quería unas vacaciones tranquilas en medio dé la nada.

¿Owen estará bien sin mi?

Se me viene en la mente en sin sabor dé un recuerdo vago de los cuatro en una tienda de helados escucho gritos de la hermana dé mi madre. No sé qué sucede ¿Estoy amarrada?

-¡Déjala infeliz!-emma lucha en los brazos de un auto negra.

No veo Amélie por ningúna parte pero por lo qué veo estoy en una jaula parecida a las rusas con un montón de gente observando.

Visualizo qué Lucían entra con una jeringa y veo el líquido que trae en sus manos y lo pose en una pequeña mesa cerca. En la mesa hay objetos de torturas cómo cadenas de acero, con púas, botellas de vidrio, y muchas cosas más.

Trago grueso y me quitan las esposas y no dejo de mirarle mal.

-¿Trayendo todo lo que te voy a rellenar en el culo ?-le suelto y se ríe.

-No.

Es lo único qué dice.

Entra Amélie y veo qué tiene un aspecto cansado, ojeras aunque su cabello este sucio no me canso de decir que es el puto sol en persona, esa carisma en sus ojos es muy parecida a la de la hermana dé mi madre. hago contacto visual con ella y veo que me susurra un perdóname.

Traen una pequeña jaula y La tía Emma pareciera que vio un fantasma. La jaula costa de barrotes de acero y una pequeña puerta que la someten a entrar. Recuerdo la historia dé la princesa qué fue sometida y su madre la salvó.

-Tu -me señala se encuentra en la esquina -Las reglas son las siguientes...

-No-me niego y no lo dejo hablar.-Tus reglas metelas por el culo-le suelto y me niego.

No soy esa bestia... Las veces qué mamá me contaba la historia qué tuvo que pasar mi tía a manos dé Thomas Morgan y la tía de Ilenko... Trago fuerte y me vuelvo a negar.

-¡PORQUE TIENES QUÉ METER A MI MADRE EN TODA TU MIERDA!-explota la rubia nuevamente y saca la pistola y le apunta en la cabeza viéndome-Dispara imbécil las reglas de la mafia son claras, si sacas el arma es porque vas a disparar.

Lucían me examina y trato de mostrame gélida pero no puedo con los sozollos de Emma y la presión de los gritos de los hombres.

-Sabes qué no me tiembla el pulso de disparar -Me dice-Todo lo qué está en la mesa lo vas a utilizar con ella tu objetivo es su madre, y para llegar a ella tienes qué pasar sobre ella.

-¡No! ¡No! Milenka Morgan -me grita-Prefiero qué me clave una bala a lo qué está diciendo ese...

-No le vas a disparar -le suelto-Amelie no merece morir de esas forma, más bien presiento qué tienes una forma más adecuada a lo qué es.

En la milicia me enseñaron muchas veces a como indentificar a un psicópata ihnato a un psicótico en preparación, diría que el apellido Mascherano ningúno está cuerdo de la cabeza totalmente. Estudié cada uno dé ellos y el talón de Aquiles de Lucían es ser el máximo jerarca, nadie a su alrededor debe ser más qué el, y Amélie es su competencia.

-Tienes razón -baja el arma - No puedo obligarte nisiquiera por la vida de ellas dos, se ve qué eres digno retrato dé tú padre y pensar qué por un momento pensé qué era su hijo, y resulte ser el hijo de mi tío -se ríe -Eres lo bastante egoísta como para preferir a tu hermano por la cabeza de todos los James y Morgan ¿Cierto? No lo traje pero debí hacerlo.

-Habla lo que quieras pero no haré lo que pides.-me mantengo firmé

-Lo se y por eso traje algo que ayudará a que me hagas de ley mis palabras.

Toma la jeringa y veo el miedo en los ojos de ambas, a la hora de que camina hacía mi, muchas veces ví a todas las víctimas de el hacoc en cómo morían y como se convertían en adictas. El mayor ejemplo fue mi madre, nunca mostré miedo en eso como Christopher.

Crecí con la frase de que si no demuestra lo que sientes nadie podrá joderte pero era obviamente lo qué estaba apunto de hacer, ¿Someterme a alguien? ¿Dónde estás mamá? Voy hacer una maldita adicta sin solución y capaz me tenga que pegar un tiro al final, soy fuerte lo soy.

Pero no quiero que nadie vea en lo que me voy a convertir.

Se planta al frente de mi y me hunde al suelo tratando de qué arrodille y me niego.

-Nisiquiera en tu estado más deplorable te arrodillas -me dice.

Escucho el llanto de ambas , emma pide que le inyecten la jeringa y Amélie no para de maldecir a todo el apellido. Nadie les hace caso, toda la atención esta enfocada en lo que Lucían Mascherano tiene en las manos.

-¿Seguro que quieres volver adicta a la hija de el ministro?-me burlo -Capaz y me vuelva más hija de perra de lo que soy.

Lucían es un tipo sin preámbulos y lo demuestra a la hora de preparar la jeringa de el liquido semi-amarillento, me prepara el antebrazo a la vez que me grabó en la mente los ojos de mi padre diciéndome qué soy fuerte.

Siento un pequeño pinchazo y giro cuando veo que acaba toda la jeringa en mi sistema.













Ay

Fanfic Pecados PlacenterosOnde as histórias ganham vida. Descobre agora