Amelie Romanova (5)

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(Anexo de fotito de nuestra princesa guerrera Amelie:3)

Algo qué aprendí en mi procesó de entender qué no era sólo la hija de un magnate petrolero, y por ende Ilenko Romanov sé encargó de qué tuviera muy bien presente qué no nadie era competencia para mí, todos tienen fortunas y un legado no tengo qué envidiarle el apellido ya qué tengo una monarquía entera para mí.

Mantengo el mentón en alto, y sea cual sea la situación qué me encuentre jamás podre ser la presa de nadie y no lo hago entender con mis acciones lo hago entender con el don qué tuve desde el nacimiento ya qué vengo de una familia de ninfas y mi mayor deseó es arrodillar a un grande. Su porte y altura me sobrepasa en cantidades y me muerdo el labio pensando qué en persona es más apuesto qué en el periódico de las noticias dé la FMFE.

Sus paso son marcados y a pesar de estar en una selva cuya área desconozco, no deja atrás su apellido, me escanea de arriba abajo y murmura algunas palabras en su idioma natal y no deja de reparar el corazón de su antiguo halcón.

Bella maga dagli occhi azzurri, ho avuto difficoltà a trovarti cagna russa.

Hermosa hechicera de ojos azules, me costó encontrarte perra rusa.

Me quedó en silencio mientras observó como sé acerca con pasos cortos, tiene un traje a la medida azul que hace juego con su mirada oscura, leí su expediente criminal, estuve investigándolo por mucho tiempo reconociendo qué, ciertamente nació con una condición genética la cual a nadie le fue revelado su enfermedad.

Sus padres eran hermanos por ende hay una cierta casualidad qué su legado herede su enfermedad.

—Los clanes no me creerán qué por fin, tengo a mi perra rusa—habla con voz dura mientras se acerca hasta quedar en frente de mí y no dudo en escupirle la cara.

Los halcones quedan esperando qué el haga algo pero lo único que hace es sonreír, y saca un pañuelo y se limpia las mejillas, no permito la acción que ejerce tratando de tocar mi cabello rubio.

—¡ Nadie toca el cabello de la princesa!—escucho qué tiran un bulto y me provoca asesinar a la persona que visualizo.

Benny está todo magullado con heridas en el rostro aun así no deja de poseer la inocencia qué a veces admiro. Empiezan a golpearlo al frente de mí y no demuestro nada, qué hagan su trabajo bien si lo dejan vivo se lo terminare de echar a mi león hambriento. Se pasea sobre mi Lucían y decide hablar.

—Mi princesa —hace una casta reverencia el italiano y a la vez me grabó su expresión dé burla por el diminutivo —30 segundos.

¿30 segundos?

—Me basta 10 segundos para cortar tú cuello con mi navaja rusa—me tienta cuándo arruga sus ojos oscuros.

—¿Algún día dejaré dé decir qué lo único bueno qué hizo Ilenko fuistes tú?—se ríe ignorando mi amenaza.

Niego.

—No fuí lo único bueno que hizo, también cuándo le sirvió a tu padre su propio hijo Lucca por esas acciones es qué Ilenko Romanov es bueno en hacer cosas.

Siento su mano impactar mi mejilla y me retuerzo para no caer en el suelo, estoy débil un día sin comida, con una herida qué probablemente tiene infección. Estoy sudada pero no le permito ver lo que siento, siento mi mejilla roja pero no me muevo fulminandole con la mirada.

Siento qué alguien me apunta por detrás y el ordena que bajen las armas, me toma con sus dedos mi barbilla acercándose a mi rostro.

—No te equivoques perra rusa—me habla despacio —Puedo ser muy educado con una hermosa dama como tú, pero no permito qué esa preciosa boca manche o burle la memoria de mi familia.

—¿Qué, de tu hermano qué prepararon con un cordero...?—lo retó

Me suelta la barbilla con brusquedad, y me la espalda.

—30 segundos Amélie Romanova te doy 30 segundos de ventajas si lograr huir té dejo escapar.

Niego y siento la mirada de todos encima, Benny escucho que pide que acepté pero no lo haré.

—No soy una presa mis acciones no permiten qué lo sea.

—Para todo hay una primera vez—grita—Hazlo.

—Si escapó dé aquí me los cargo a todos hijos de putas.—sentencio.

Visualizo la complexión dé el halcón y escucho como un pitido suena y no tardo en entender qué voy hacer cumplir lo qué dije. Corro dejándolos atrás pero me tomo mi tiempo de trazar el plan qué tengo, fui al sur y lo más probable es qué el venga por mi, corro por la espesa zona amazónica.

La temperatura no colabora, estoy sudando y con las piernas cansadas.

Monos se pasean por lo árboles asustados prediciendo el funeral de muchas personas muy pronto, escucho pisadas cercanas y evitó gritar cuando meto mis dedos en la herida haciéndome sangrar y dejar rastros de sangré en la tierra.

Aceleró mi paso y salto un tronco de árbol que obstruye el paso, miro hacia atrás y maniobro en escalar el árbol mis piernas quedan colgadas. Trato de apaciguar mi respiración, pero hago el intento desde arriba veo como dos halcones se acercan a ver el rastro de sangre qué dejé.

Espero que uno se acerqué más...

¿Cuántos metros son necesarios para partir mis costillas?

Me lanzó de árbol y caigo sobre el halcón 1 y me subo encima de el paralizandole los movimientos, todo sucede tan rápido qué le quitó el arma y le disparó en la cabeza salpicandome de sangré visualizo el gran hoyo qué deje en su frente y no dudó en meter mis dedos adentró de el hoyo.

Siento la mirada pesada de el halcón 2 y no tardo en meter mis dedos llenos dé sangré a la boca, le miro sonriente y el otro se da la vuelta corriendo al extremo contrario.

Le quitó la chaqueta antibalas, y me permito ver el proyectil qué tenía tiempo adivinando que era preparó la granada dé mano en mi bolsillo, recargo el arma. Y empiezo a correr perdiendome por el cendero dé él pastizal amazónico.

Visualizo a 4 halcones a 15 metros de distancia apenas logro divisar el ruido qué hacen confío en mi pulso y desactivo la granada dé mano. Lanzó la granada hacía su lugar y corro en dirección contraria, la honda qué emite hace vibrar la tierra pero no me detengo.

Alguien me inmoviliza y alzó los codos y con el arma le golpeó el hombros, cede y siento un puñetazo en la quijada. Podría jurar qué es el más grande dé todos, le sonrió y se abalanza sobre mi.

Le esquivo otro golpe más y caigo al suelo me agarra de el extremó de el tobillo y trata de arrastrarme por la tierra. Agarro una rama cercana, y elevó mi pelvis poniendo resistencia.

Se da la vuelta y aprovecho para clavarle la rama en la mano, grita y  me aferró a la cara. Va cediendo la víctima y me aferró a él órgano qué le permite ver.

—No los necesitabas de todas formas—le murmuró.

No me detengo a correr, no sé cuántos minutos están pasando ni cuántos metro me alejé pero se hacen eternos.

Visualizo una cabaña abandona, y no dudó en ver su apariencia parece qué no está poblada por nadie, palpo la puerta y cede sola. Camino con lentitud, y veo que hay una pequeña sala, y al lado una cocina. Mi atención se desvía a la caja de cereal qué hay en el living voy hacia ella con rapidez.

Y la bolsa está abierta, y no dudó en meterme a la boca disfrutando como si comiera un manjar delicioso. Escucho pisadas cercanas y maldigo tomando el arma.

—¡Ya ni pue...!

Me paró en seco cuando visualizo esa mirada gris caótica.

—¿Milenka qué carajos haces aquí?








JAJAJA qué hace Milenka en este enredo?

Fanfic Pecados PlacenterosWhere stories live. Discover now