Fiesta de cumpleaños (2)

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Milenka Morgan James

Me empino la botella ya perdí la cuenta de cuánto a digerido mi estómago el alcohol, me duele la cabeza, pero no permito qué eso opaque mis ganas de bailar y disfrutar al máximo está fiesta. Peyton está feliz manoseandose con todos los tipos qué se le insinúan.

Soy un ángel perverso, si tan solo viera Simón cómo está su hija probablemente lo tenga qué llevar de urgencias.

Abby tiene un rato hablándome de un chico qué conoció, pero nisiquiera le prestó atención cuando mí visión se centra en un chico guapísimo qué me está mirando.

Le sonrió por descaro, y como si las leyes cósmicas están a mi favor empieza mi canción favorita. Sé qué está mal, para mí edad pero no puedo controlarme a la hora de subirme a la tarima y empezar a bailar al ritmo de la sintonía. Veo muchas personas, drogándose, cogiendo en los sillones, ya todo estaba subiendo de tono

Hay un tubo en el extremo dé ella y mientras absorbo la música empiezo a bailar sobre el tubo. Todos me aplauden y el chico guapo sé sube a la tarima, no logro reconocerle bien el rostro, pero empieza a tocarme las piernas mientras, no sé quién carajos me trajo una silla.

Me siento sobre el y empiezo a besarlo con el sonido de la música, saben bien sus labios. La guerra de lenguas continúan cuando escucho la voz de Abby.

—¿Harry?

Me separó abruptamente y me resbaló de el escenario y caigo de culo al suelo veo a Peyton tratando de tomarme de el codo para levantarme. Veo borroso, y no sé que carajos estaba pensando al besar a Harry.

¿Esperen qué? ¿Harry qué carajos hace aquí?

—¡Milenka! —la rubia de mi prima hace aparición.

Todo el mundo está viniendo aquí, o que carajos.

—¿Quien te invito Amélie?—le pregunto y trago grueso, me duele la garganta no logro distinguir las voces.

—Posteastes algunas fotos.

No le respondo y siento qué me sigue atrás todavía tengo la imagen de Harry y yo encima sobre él, algo está mal, ya no se quién es quién. Empiezo de nuevo a bailar por la euforia dé el momento hasta qué escucho nuevamente mi nombre en la tarima y me piden qué me suba.

—¿Algunas palabras a la cumpleañera?—me pregunta un chico con un micrófono.

—¡Espero qué cogas pronto y te metas un pito a la boca maldita perra!—le grito y las chicas gritan de emoción, todo queda suspendido cuando veo los ojos de Owen mirándome con desaprobacion.

El corazón me empezó a latir, y creó que pronto se me baja la presión porque empiezo a pegar todo, me bajo dé el escenario en dirección a él. Cuando la acción queda suspendida porque siento qué alguien me tapa con un pañuelo la boca.

Empiezo a luchar con la persona qué teta de poner el trapo en mi boca y le doy un codazo en la cara. Tiene entrenamiento porque me da pelea a la hora de querer agarrarme fuerte.

Grito, y lloró de la desesperación no estoy pensando con claridad solo soy una adolescente con alcohol en su sistema.

Confirmó qué es un secuestro cuando no soy la única qué está luchando por su vida, veo a Abby en la misma situación a Peyton, inclusive a Amélie está llorando de la desesperación.

Mucho y lucho y otro cuerpo se me viene encima y lo único qué veo es oscuridad absoluta.

{....}

Me levantó y la luz me ciega por un momento, tardo en entender qué no estoy en el hig garden ni en ninguna fiesta de lujo. Me duele el cuello, tengo resaca. Escucho a alguien llorando a mi lado y me encuentro con todas las chicas encadenadas.

—¡Esto es un secuestro!—grita Peyton—¡Yo sólo quería celebrar mi cumpleaños tranquilamente!

—¡Cállate!—le grito.

—¿Podrían hacer silencio?—interviene Abby.—Escucho pasos de personas.

Abby linguini es la mayor de todas y siempre muestra esa madurez a la hora dé casos especiales.

Me safo dé las cadenas rápidamente y empiezo a dudar de qué sea un secuestro casual, ayudo a las chicas a safarze de las cadenas y observó la cerradura.

Busco como anillo al dedo a la barra de hierro qué está sentada Amelie con la cabeza agachada, ella se levanta y tomo la barra y la lanzo contra la cerradura que cede fácilmente, salimos dé el lugar y hay un largo pasillo extenso qué no dudadamos en caminar juntas.

Veo dos siluetas recostadas al final de el pasillo y una luz de ambiente, y a medida que avanzamos nos damos cuenta quienes eran los hijos de putas qué nos hicieron ésto.

—Hola Milenka —me saluda Owen y lo ignoró.

Escuchó su risa, y veo que empieza a hablar con las chicas y cuando salgo de el pasillo, me encuentro con un jardín adornado, y mesas varios camareros.

Veo a papá con cara de malhumorado cómo siempre y mamá con esa sonrisa qué se opaca al verme, se levanta de la mesa y me doy la vuelta no estoy para repertorios.


Fanfic Pecados PlacenterosWhere stories live. Discover now