Desconocido 1

795 38 12
                                    

«Las Ninfas de ojos azules....»

Mujeres cuya belleza son capaces de doblegar a los propios dioses, muchas veces escuché esa historia dé pequeño podría quedar loco con lo que hoy en día se qué son ciertas. La veo en la cámara y no puedo creer cuanto creció, aún recuerdo cuando muchas veces mi padre me contaba esa historia.

Escuchó el sonido de la trompeta que anuncia qué debo despertarme, y me tardó en suspirar el día largo que hoy será

—¿Dey?—alguien toca mi puerta .

—Voy.

Me pongo una camiseta rápidamente y recibo a la persona qué aparece con una chaqueta dé la milicia, y un café que reposa sobre el living de mí cocina. Owen Morgan me recibe el buenos días, y siempre me mantengo firmé de qué es una persona muy carismática muy diferente a su hermana.

—¿Cómo va esa resaca?—me pregunta —Buen inicio de semana tuvimos todos

—Bien—me rio—me duele un poco la cabeza pero nada que una buena Aspirina no resuelva.

Me sonríe dándome los buenos días y desaparece de mi alcoba. Me aseo y hago todo lo que tengo que hacer me detengo cuando cierro mi puerta y emprendo el trote en las afueras dé el comandó. Saludando alegremente a todo el qué se me cruze.

Mi estómago sé encuentra afectado por la resaca de el fin de semana, fuimos a un bar a pasar el rato todos los hijos de la antigua élite que muchas veces persiguió la mafia italiana.

Me encuentro a Abby trotando junto a Maggi me da una tierna sonrisa y veo las intenciones de venir a saludarme pero el entrenador encargando la reprende me alejo dé la situación buscando mi objetivo y la encuentro sentada hablando con un par de chicas dé el comando.

Veo sus expresiones y alardea sobre qué en vacaciones irá con su familia a una excursión en el jet privado de su padre, qué asegura que muy pronto será de ella. Milenka Morgan no le hizo justicia a lo James, podría decir que lo único que tiene de su madre es el cabello, y varias facciónes de su rostro. Porque lo demás es el vivo retrato de el mismísimo Christopher Morgan.

Su forma pedante de responder, lo grosera y altanera qué puede llegar hacer en algunas situaciones, muchas veces a Sido castigada por desobediencia pero se muestra cómo es y a firma que nadie va a cambiar su forma de ser. Eso no quita lo apegada qué es con los suyos y lo demuestra cuando aparece su hermano mellizo y se une a la conversación.

Lo codea y empieza a jugarse con él, este muestra signos de fastidio pero ella no se inmuta en parar, observó sus ojos grises y creo qué son los más atractivos que he visto.

Es muy buena en todo, en la próxima conmemoración estoy seguro qué dos medallas más tienen ya su nombre y apellido, ya se rumorea en el comando y es más que claro. Voy hacía mi lugar de prácticas y me pongo en el asiento contrario dónde se qué se va a sentar.

—Ese mi asiento —murmura atrás dé mí.

—Perdo...n—tartamudeo.

—Tranquilo—se jacta sonriente—Te dejaré sentarte por hoy en mi asiento.

Su aroma almendrado es delicioso la observó y tiene un top deportivo y unos pequeños shorts que resaltan sus piernas esbeltas. Esperamos la llegada de nuestra tutora dé artes de la defensa personal. Saca su teléfono y empieza a tomarse fotos, y diría qué en alguna hasta salí yo observándola.

Me pongo nervioso cuando confirmó lo qué pensé y en una foto salgo yo observándola de reojo. Y se ríe en su puesto y me la enseña.

—¿Me estabas observando?—me pregunta con el tono pícaro.

Fanfic Pecados PlacenterosWhere stories live. Discover now