16. CONSCIENCIA.

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Minho revoleó las aspirinas con fuerza, haciendo que estas se cayesen por su cuarto, y suspiró enfadado.

Odiaba tener que ser así con Jeongin, más tenía sus motivos para comportarse de esa manera. 

Claro que, como toda persona acostumbrada a drogarse, el mayor era consciente de que le había robado un beso. Pero, por supuesto, se había dado cuenta mucho más tarde que se había equivocado.

Lee no era un chico de pensar demasiado las cosas. Y, en aquel entonces, con semejante adrenalina y dopamina en el cuerpo, razonó que, de algún modo, unir sus labios con los de su hermanastro menor era una buena idea.

Lamentablemente, la interacción con Jeongin en aquel momento lo tomó por sorpresa, dándose cuenta que, en realidad, le había gustado hacer eso. 

Se sentía extraño, y Minho pensó que probablemente estaba empezando a perder la cordura, más se había quedado con ganas de volver a hacerlo. Tenía ganas de besar a Jeongin una vez más, y se odiaba por ello.

Porque, quién era Jeongin para él? 

Apenas sí sabían lo básico el uno del otro por lo poco que interactuaban y, como a Jeongin le pasaba, Minho solía sentirse atraído en su mayoría por mujeres.

Por eso, el mayor se preguntaba, por qué de repente, la persona con quién convivía hacía años le parecía, de alguna manera, atractiva?

[...]

A la mañana siguiente, el mayor se despertó temprano y salió de la casa para poder ir a dar una vuelta, caminando. Sin embargo, dicha vuelta se convirtió en un paseo de más de dos horas por alrededor de la ciudad, queriendo evitar cualquier tipo de interacción con el más chico.

El aire en aquel entonces todavía era cálido, más no caluroso, dado que el verano estaba finalizando.

La gente aún parecía alegre por la temporada, más ciertas personas ya volvían a sus rutinas, vistiendo con uniformes de trabajo.

Minho tenía poco tiempo antes de empezar la vida adulta que sus padres tanto habían anhelado para él. Sólo que el mayor se sentía un poco perdido en cómo empezar a hacerla.

Si bien sus notas no eran las mejores, sabía que podía entrar a cualquier universidad pública decente. Pero en realidad, Lee no sabía todavía lo que quería para él.

Era consciente también de que drogarse era un pasatiempo vicioso y autodestructivo, pero le era difícil y hasta imposible imaginarse una vida sin dichos vicios. Según él, ya era demasiado tarde como para cambiarlo.

Por eso, intentaba no estresarse, o al menos no preocuparse demasiado hasta que dicha responsabilidad eventualmente llegara. Y creía que lo estaba haciendo bien.

Hasta que Jeongin apareció en su rutina.

Desde que sus padres los dejaron solos a ambos, Lee había intentado evitar a Yang lo más que podía. Pero el menor siempre se le terminaba acercando.

Tanto, que aquella noche en que no respondía, Minho se preocupó demasiado por él.

El castaño no disfrutaba estar pendiente de otros, pero había desarrollado inconscientemente una cierta preocupación cuando se trataba de Jeongin.

Cómo era más chico que él, y en cierto modo, inexperto en demasiadas cosas, Minho no quería que le pasase nada malo, y mucho menos, que hiciese cosas de las cuáles luego se pudiese arrepentir.

Aunque sabía que el menor no era como él, no quería que lo terminase siendo.

Sólo que cuando se encontró besando sus labios brevemente, el mayor comenzó a creer que dicha preocupación que tenía en el otro, se había intensificado demasiado.

Era amor?

No...  Claro que no.

Minho negaba con su cabeza, intentando descifrar por qué sus sentimientos eran tan complicados, y por qué no podía dejar de pensar en Jeongin desde la noche anterior.

Sin embargo, se percató que lo mejor sería fingir demencia y hacer como si nada hubiese pasado.

Después de todo, si ya era bizarro querer besar a su hermanastro porque sí, Minho creyó que lo sería aún más decírselo de frente, cara a cara.

[...]

Al hacerse la tarde, Jeongin se encontró en el patio trasero de su casa, junto con Felix y Jisung, quiénes habían traído cosas para cenar.

El peli negro no había podido dejar de pensar en dónde podría estar Minho, ya que desde que se había levantado, el mayor había estado fuera de su casa.

No obstante, como sabía que probablemente las cosas estarían raras entre ambos, Jeongin optó por invitar a sus amigos, a fin de que pudiese distraerse del mayor, aunque sea por un rato.

"Así que hoy tenemos que felicitar a Innie." Jisung aplaudió fuertemente, sonriendo victorioso.

"De qué hablas?"

"Hyunyeong le dijo a sus amigas, y ellas a nosotros que ayer estuviste en su casa." Felix agregó, arqueando una ceja, alegre.

Jeongin se puso tenso. Qué diablos sabía el resto acerca de ellos dos?

"Ah... Sí." de todos modos, intentó seguirles la corriente.

Aunque no hubiesen tenido sexo, el peli negro creyó que sería mejor que fingiese haberlo hecho, para que lo dejasen de molestar respecto al tema de una vez por todas.

"Brindemos, por Innie! " Jisung alzó su lata de cerveza, e hizo que los otros dos chocasen las suyas, para luego poder beber de estas.

Jeongin, de repente, quiso que ambos se fueran.

El tema le estresaba muchísimo, y el hecho de que este le recordase a lo que Minho había hecho luego, le molestaba aún más.

Yang quiso olvidarse de lo que había pasado, así que volvió a tomar una vez más.

𝐈 𝐇𝐀𝐓𝐄 𝐘𝐎𝐔, 𝐇𝐘𝐔𝐍𝐆 | 𝐦𝐢𝐧𝐣𝐞𝐨𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora