Cap. 01

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Mi terapeuta no dejaba de mirarme en silencio, anotar cosas en su estúpida libreta y tener pequeñas intervenciones cuando lo creía necesario. Estas dos últimas horas me recordaron a la primera sesión, cuando mi cabeza carburaba a mil por hora y necesitaba buscar una salida de mis pensamientos suicidas, había pasado tan solo una semana del incidente y mi apariencia era la de un ente, podría asegurar que era cualquier cosa, menos una persona. Y a decir verdad, tampoco me sentía viva. 

Recuerdo que su primera pregunta "¿cómo te encuentras?"  y con el sarcasmo más notorio le respondí "lamentablemente viva".

En ese momento me sentía un fracaso, estaba completamente rota; y como suele pasar, todo empezó con una mala racha, soy asesora de imagen y trabajaba para una importante agencia a la cual empezaron a destrozar en redes y en cuestión de cuatro meses se fue a bancarrota, hubo que hacer un recorte de presupuestos y como mi esposo es un "futbolista millonario", decidieron despedirme, Antoine no estaba cómodo en su nuevo equipo y unos meses después perdí el embarazo donde traería a nuestro segundo hijo, los medios estaban encima de nuestra familia, mi matrimonio se estaba yendo al carajo. Mi vida se estaba yendo al carajo.

Una noche no soportaba más a la voz que taladraba mi cabeza, mi marido y mi hija habían salido por el cumpleaños de uno de los compañeros de Antoine, llevaba semanas sin salir de casa, había perdido la cuenta de los días que llevaba sin lavarme los dientes o peinarme o ponerme algo que no sea un pijama, ni siquiera recordaba la última vez que había comido, lo último que recuerdo de esa noche, es haberme tomado casi un frasco entero de pastillas para dormir y meterme a la piscina.

Había pasado ese último mes pensando en la forma de acabar con mi vida, las pastillas parecían una buena opción, aunque no me convencían del todo, sin embargo sabía que si me ahogaba no había vuelta atrás y con las últimas fuerzas que me quedaban llegué a la piscina. 

A los tres días me desperté en una habitación del hospital, había tanta luz que me enceguecía. El rostro de Mia fue lo primero que vi, sus ojos tristes estaban fijos en mí, tomó mi cara entre sus manitas y sentí como mis mejillas se humedecían, Antoine dejó un suave beso en mi frente y luego los médicos los apartaron de mí.

Hoy hace exactamente 7 meses y 16 días desde que intente suicidarme, o el incidente, así es como mi terapeuta eligió llamarlo. Todo este tiempo trabajé para mejorar, por Mia, no puedo permitirme fallarle, ella es lo mejor que me pasó en la vida.

— ¿Estás segura que quieres hacerlo?— la psicóloga finalmente habla y me saca de mis pensamientos.

— Si, creo que me haría bien, necesito pensar y distraerme.

VOLTAJE ⚡ - Charles Leclerc | Antoine Griezmann Where stories live. Discover now