Cap. 02

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Eran las once de la noche y acababan de traer el postre

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Eran las once de la noche y acababan de traer el postre.

Hacía mucho que no salimos solos y eso era por mi postura de que Mia aun es muy pequeña y no estoy de acuerdo en dejar la crianza de mi hija en manos de una niñera, como lo hacen la mayoría de las esposas de los futbolistas, por suerte Antoine también coincide en ello, sus padres eran muy ausentes, y debido a su privilegiada posición económica, contaba con hasta 3 niñeras a la semana que se ocupaban de él y sus hermanos. Siempre me dijo que cuando se vino a España y tuvo que compartir pensión con varios uruguayos se sintió realmente en casa y quiso que su hogar también  tuviera esa calidez.

Antoine hizo señas para que trajeran la cuenta, pero en cuanto el mesero se acercó le dijo (mientras me señalaba sutilmente) que la señorita que lo acompañaba se había adelantado.

— ¿En qué momento pagaste?—me miro confundido.
— Cuando te dije que iba al baño.
— ¿Y cómo me permite compensarle Sra Giovenale de Griezmann por tan grata invitación?
— Podríamos caminar un rato, la noche está hermosa.

Nos retiramos del lugar controlando que no haya periodistas cerca, desde que empecé a salir de mi deprimente cueva, los paparazzi estuvieron muy pesados, no puedo salir a hacer las compras del super sin que algún perfil fandom de instagram analice mi outfit, lo cual no me viene mal ya que soy estilista, pero a veces quisiera pasar un poco más desapercibida.

Antoine entrelaza nuestras manos y comenzamos a andar despacio, luego de avanzar unos minutos siento que es el momento justo para largarle la bomba que hace semanas traigo escondida.

— Amor—llamo su atención y él detiene el paso—Necesito hablar de algo

Su cara se muestra confundida y me hace una seña con la cabeza para que continúe hablando, él se apoya en la baranda y yo entrelazo mis dedos con su mano libre.

— ¿Te acordás que hace unos meses te dije que iba a buscar un nuevo laburo?

— Si, también la terapeuta apoyó esa decisión, fue cuando volviste a diseñar— Sus ojos azules se clavan en los míos y las facciones de su rostro ahora se muestran más dulces.

— Bueno apareció una propuesta.

— ¡Eso es genial! ¿Qué clase propuesta es?

— ¿Viste la salida con mis amigas?

— Si, cuando te fuiste a Ibiza con Mia—asiento con la cabeza y sonrío levemente

— Isabella hace poco fue designada como community manager de un deportista, al parecer su CM anterior y estilista renunciaron al mismo tiempo, cuando estábamos en Ibiza ella recibió la noticia de que había conseguido el trabajo, pero que el puesto de asesor de imagen seguía vacante, ella les paso mi curriculum , y días después me pidieron que mande unas propuestas, les llamó la atención que tenía experiencia con futbolistas como vos, Olivier, Theo, Karim.

— Eso es increíble amor, ¿Quién es el afortunado futbolista? ¿Alguien de aquí, del Barca?, ¿del Madrid?...

— Esa es la cuestión—suspiré e hice una pausa silenciosa— Es un piloto de fórmula 1, vive en Mónaco, su equipo quiere ponerme a prueba un par de semanas y ver si estoy a la altura de las circunstancias.

— ¿Cuándo tendrías que irte?—su mano acaricia la mía y se inclina juntando nuestras frentes.

 — En dos semanas.

— ¿Y serían solo dos semanas de prueba?

— Así es, quizás solo una. 

— Podría hablar con el equipo y ver la posibilidad de acompañarte, por lo menos una semana. Mónaco puede ser muy caótico para ti y necesitas estar tranquila. 

— Lo sé, lo sé, pero quiero hacer esto sola. Además estarían mis abuelos, sabes que adoran a Mia y no será un problema para ellos. 

— ¿Te vas... te vas a llevar a Mia?— Asentí.

Antoine soltó un suspiro pesado y me abrazó con fuerza, mis manos tomaron su rostro y uní nuestros labios con un ligero beso. Un escalofrío me hace temblar por lo que mi esposo sugiere que es momento de volver a casa y no protesto. 

Al llegar, Mia aun seguía despierta, nos despedimos de la niñera. Ahora Anto y yo teníamos la difícil tarea de dormir a nuestra hija. 

— Te dije que las niñeras no sirven de mucho—le dije mientras me quitaba los zapatos.

Luego de una hora, por fin habíamos dado la tarea por finalizada y podíamos ir a nuestro cuarto.

Abrí la puerta muy despacio, tratando de no hacer ruido, una vez adentro comienzo a batallar para desatar el nudo de mi mono, las manos de Antoine acarician mi nuca y se encargan de desatar las tiras. La prenda comienza a deslizarse por mi cuerpo hasta llegar al suelo.

— Amor—Antoine coloca sus manos en mi cadera y apoya su mentón en mi hombro.

— ¿Qué pasó?—pregunto mientras trato de ponerme el pijama.

—Estaba pensando, que vamos a estar dos semanas separados.

— Si, pero van a pasar rápido. 

 — Pero podríamos empezar a despedirnos desde hoy—deposita besos por todo mi cuello deteniéndose detrás de la oreja, sabe perfectamente que ese es mi punto débil.

—Antoine para, Mia puede despertarse.

—Entonces, voy a tener que taparte la boca—coloca su mano suavemente sobre mis labios. 

VOLTAJE ⚡ - Charles Leclerc | Antoine Griezmann Where stories live. Discover now