Gianna se encuentra en un periodo depresivo y está luchando para salir de ello, piensa que un nuevo trabajo le ayudará a poner un poco de orden en su vida, sin embargo ésta nueva etapa pondrá sus límites a prueba, sobre todo cuando Charles Leclerc s...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Me dieron el alta 48hs después del accidente, me habían recetado estar varios días en reposo, hasta que el golpe de las costillas baje su inflamación. Para lo único que salía de casa desde entonces era para hacerme chequeos y análisis. Por suerte todo indicaba que mi embarazo estaba avanzando con normalidad, eso me tranquilizaba. Obviamente la terapeuta tuvo que sacarme los antidepresivos, pero estaba buscando alguna terapia alternativa que pueda adaptarse, seguía mi dieta al pie de la letra, todavía no tenía una panza muy notoria, pero sí una pequeña hinchazón en la parte baja de mi abdomen que resaltaba cuando me ponía ropa pegada al cuerpo.
Aunque realmente quiero tener a este bebe, los miedos crecen cada día. En esta instancia lo que menos me preocupaba era hacerme cargo sola, pero iba a tener que enfrentar a mi familia, los medios y demás. Llevaba tres meses de embarazo y la panza pronto se iba a notar más, tenía que actuar rápido.
— ¿Entonces si lo vas a tener?—Antoine estaba sentado a los pies de la cama. — Si, lo voy a tener, este bebito no tiene la culpa de mis errores. — ¿Cuándo vas a hablar con el padre? — Voy a tenerlo sola. — Gianna, tienes que decirle, es el padre — Antoine, tiene 24 años y le queda mucho por madurar. No va a ser un buen ejemplo para mi hijo.
— Yo tenía la misma edad cuando te quedaste embarazada de Mia. — Toine era distinto, estábamos casados. — Y también nos faltaba madurar. Mucho a decir verdad. — Pero era tu esposa...y para él solamente fui... un capricho. — Esposa o capricho, ese bebe también es suyo, y por lo menos tiene el derecho de saber. Si decide hacerse cargo o no, será cosa de él. — Hace más de un mes que no sé nada de él, ni siquiera hizo por querer hablarme. — Es que ni siquiera le has dejado. — Está con alguien más.
La expresión del francés se volvió más seria, pero se acerca a mi y me rodea con un cálido abrazo, hundo mi cara en su pecho y dejo salir las lágrimas que estaba conteniendo.
— Gianna, yo se que sientes que todo esto es muy reciente y que pasaron muchas cosas en poco tiempo, pero tienes que ser fuerte por ese bebe. Él o ella te necesita, Mia te necesita y yo te necesito. — Te juro que trato de hacer las cosas bien, que quiero ser fuerte, pero siento que cuanto más me esfuerzo, la vida más me golpea aun más fuerte. — Y tú te paras y sigues, no cualquiera hace eso. —Ahora tengo que pararme y seguir sola.
Griezmann deja de abrazarme y toma mi cara entre sus manos, limpia mis lágrimas con sus pulgares y busca conectar nuestras miradas.
— No estás sola, yo estoy para ti, te voy a ayudar con Mia, te voy a llevar a tus controles, te prometo que no vas a estar sola. — ¿Sabes que sos la mejor persona del mundo verdad?
(...)
— Mia ¿puedes venir aquí?—la llamé
Escucho los pasos de la pequeña que corre por el pasillo hasta llegar a la habitación. Intenta subirse en la cama y Antoine le da un pequeño empujón para que logre hacerlo.
