Capítulo 10 Familia

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                El silencio reinaba en la sala, el recuerdo del pensadero era considerablemente perturbador, ninguno tenia muy claro cómo actuar o procesar dicha situación. Killian fue el primero en reaccionar saco el recuerdo del pensadero y volvió a colocarlo en el pequeño frasco en el que James Potter lo había enviado.

     ―Con eso puedo abrir una caza más fuerte contra Black― murmuro Kingsley.

     ―Eso harás, y te sugiero ser honesto respecto a la procedencia del niño...

     ―Si señor.

     Severus aun no había dicho una palabra, ambos hombres sabían que haber visto a quien alguna vez fue su mejor amiga actuar de esa forma había terminado por acabar con él.

     ― ¿Por qué entonces no pudo matarlo?

     ―Es probable que Lily, bajo las ordenes de Dumbledore se haya sacrificado, y a eso puedes sumarle que es tu hijo Severus, heredero de uno de los fundadores hay salvaguardas mágicas.

     El pocionista asintió y salió de la oficina.

     ―Perdónalo.

     ―No te preocupes, hare una copia del recuerdo y me lo llevare junto con una copia de la carta, los equipos se pondrán a trabajar, avísame cuando haya dado los primeros pasos y vere de colocar alguien en Hogwarts...

     ― ¿Crees que no volverá?

     ― ¿volverías?

     Kingsley negó en respuesta.

     ―Descansa.

     Y con esas palabras el jefe de los inefables salió por el Flú azul como si nada, instantes después no había llamas en la chimenea y todo había quedado a oscuras. Kingsley soltó un suspiro mientras salía de la oficina y se encaminaba a la habitación de su hijo donde sabía que estaba su esposo, perder a Liam había sido difícil para ambos, casi les había costado el matrimonio, habían tenido miles de peleas, habían dormido en cuartos separados, habían gritado y llorado, habían llegado al punto de perderse por completo para el segundo aniversario de su secuestro, fue esa noche en que Kingsley había encontrado a su esposo abrazando el pequeño hipogrifo sentado en el suelo en el cuarto de su hijo, ambos se dieron cuenta entonces que no podían perderse, que se acababan con su matrimonio nunca volverían a estar en pie. Se habían prometido esa noche mientras se acurrucaban en el suelo de la habitación del niño que seguirían luchando, que jamás se rendirían ni con ellos ni con su hijo. No todo había sido fácil, pero ambos habían logrado llevar juntos el dolor. Kingsley sabía que su esposo estaba en el cuarto de su hijo, y no iba a dejarlo solo.

     Al entrar a la habitación el jefe de aurores vio al pocionista, mortifago y espía acostado con su hijo en brazos, era evidente que Liam se había despertado y ahora se hallaba acurrucado en los brazos de su padre con una sonrisa, evidentemente Severus no era el único que necesitaba un abrazo, el pocionista estaba pasando una mano por el cabello de su hijo, acunándolo mientras dormía, Kingsley se acerco a la cama bajo la atenta mirada de ojos negros, con cuidado se quito las botas y la chaqueta, luego se acostó al otro lado de su hijo, Liam sonrio al sentir el abrazo cálido de sus dos padres.

     ―Buenas noches― murmuro bajito antes de cerrar los ojos y volver a dormir profundamente.

     La mañana siguiente encontró a ambos adultos acurrucados alrededor de su hijo, Severus fue el primero en despertar, dedico un momento a observar a su familia aun dormida y luego se levantó arropándolos en el proceso.

     ― ¿Sev...? ― pregunto Kingsley.

     ―Duerme, aun es temprano.

     Severus beso sus labios de forma casta y salió de la habitación, momentos después se encontraba con las manos envueltas en su taza de café y con un cuaderno abierto frente a él. Solía dedicar esos momentos en las mañanas a trabajar en sus investigaciones personales, era, después de todo, fin de semana y su esposo podía dormir hasta más tarde. Ese además seria un día donde recibirían a varias personas pues debían de informar que habían recuperado al pequeño Liam. Sabía que Tina y Henry debían ser informados pronto, ambos habían sufrido tanto como ellos con la perdida del pequeño y él por privado que fuera no se sentía cómodo ocultándolo, también debía contactar a sus cuñados y quizás Killian ya le había hecho el favor de informar a sus amigos de los equipos inefables y se ahorraría unos cuantos contactos.

LagrimasWhere stories live. Discover now