Lagrimas

Capítulo 20: Juicio y acuerdos

        Severus se despertó sobresaltado, luego reconoció que la causa de eso era el despertador que no dejaba de sonar, él realmente odiaba cuando Kingsley colocaba la alarma tan lejos de la cama, era una manía que su esposo tenia pues le costaba despertar, y para él que prácticamente vivía con un reloj interno la cosa que sonaba fuera a metros de la cama era un sacrilegio. Mas dormido que despierto realizo un hechizo y apago el ruido.

     —¿Lo has roto?

     —Eso ni siquiera debería existir...

     —Eso, es lo que hace que llegue a tiempo al trabajo...

     —Ahora estoy aquí, no pongas esa cosa...

     —Serás mi despertador ahora...

     —¿Por qué no? Soy mucho mejor que esa cosa— dijo Severus mientras se giraba para besarlo.

     —No voy a discutir—contesto Kingsley cuando logro recuperar el aliento.

     Severus volvió a besar a su esposo, antes de apartarse y apartar las mantas de un manotazo.

     —¡Severus!

     —Vamos, debemos levantarnos...—Severus que ya estaba de pie tiro de los brazos de su esposo.

     —No estoy seguro de querer ir.

     —Eres el jefe de aurores, uno de los interrogadores del caso amor...

     —Lo se, pero la sola idea me revuelve el estómago, hemos tratado con mil cosas Sev, pero esto...

     Severus beso su frente.

     —No es fácil, pero hay que hacerlo.

     —¿vendrás?

     —Si, debo verlo en dos horas y estaré allí para el juicio.

     —¿Sabes que quiere?—pregunto el jefe de aurores mientras se acercaba a su esposo que estaba frente al espejo

     —Solo puedo imaginarme...—contesto mientras dejaba que su esposo lo ayudara con los botones de su camisa — ha estado muy misterioso estos días.

     —¿Crees que quiera ayudar? —Kingsley pregunto mientras dejaba que su esposo lo ayudara con su ropa obligatoria de jefe de auror.

     Ambos tenían esa pequeña rutina cuando estaban en casa juntos, debido a que pasaban demasiado tiempo separados, se aseguraban de compensarse y dedicarse todo el amor que pudieran, era la forma que tenían de decir que estaban ahí para el otro.

     Desayunaron como lo habían hecho todo el verano, en la mesa de la cocina, ambos tenían un deje de melancolía al no tener a su hijo con ellos pero se consolaban con las cartas que el niño les escribía diariamente.

     —Dice que Granger le esta dando problemas...

     —Si sigue así en la reunión podemos hablarlo con Madame Maxim...—sugirió Severus.

     —Si, no entiendo por que actúa así.

     —Dumbledore y Mcgonagall le dieron mucho margen para comportarse de esa forma...

     Kingsley negó con la cabeza y apuro su café para irse.

     —Te veo luego— beso castamente a su esposo— debe llegar hoy en la mañana el cuaderno para Liam.

     —Estaré pendiente, suerte.

     Severus observo a su esposo salir de la cocina para ir a través del flu al ministerio, sabía que el juicio de hoy seria uno de los más duros de todos, a pesar de que Sirius Black y Remus Lupin estaban encerrados y que su hijo estaba nuevamente con ellos, la búsqueda había destapado información inimaginable. Miro la hora y noto que solo le quedaban unos veinte minutos antes de partir.