Lagrimas

Capítulo 29: Eileen

—La encontré— eso fue lo que dijo Kingsley esa noche al llegar a la casa.

Severus se paralizo, la idea de que estaba a punto de saber donde se había ocultaba su madre después de tantos años era aterradora, sabía que él le había pedido a su esposo que la busque, él necesitaba respuestas, necesitaba saber por que jamás le dijo quien era su padre, por que permitió todo el daño que Tobias Snape le había hecho.

El ritual en año nuevo le había dado a Severus la apariencia que le correspondía por nacimiento, mas esbelto, de porte mucho más sofisticado, Tom había dicho que se parecía mucho a él cuando era más joven. Tanto para Tom como para Severus había sido un gran shock saber que Eileen había recurrido a magia tan fuerte y peligrosa para cubrir su apariencia y relación sanguínea, era obvio para todos que ella era muy consciente de quien era su padre, y pese a los deseos de Severus de creer que su madre nunca se entero, la prueba estaba en él mismo, al notar que realmente llevaba puesto un glamour tan fuerte el mundo de Severus acabo de romperse por completo.

—Severus— dijo Tom acercándose a su hijo que estaba paralizado.

El pocionista no respondió.

—Hijo, no tienes que hacerlo, no necesitamos saber...—intento nuevamente.

—Necesito saber por qué...—dijo Severus.

—¿Estas seguro? —pregunto Killian.

—Necesito entender...

—Muy bien, iremos contigo entonces — dijeron Tom y Killian al mismo tiempo.

Kingsley por su parte se acerco a su esposo y lo beso suavemente, haciéndole saber que el también estaba allí y que no lo dejaría solo por nada del mundo. Severus tomo unas cuantas respiraciones profundas y calmo su corazón.

—¿Dónde esta?

—Esta en Èze, un pequeño pueblo en la costa de Francia.

Severus asintió. Sabía exactamente donde estaba su madre, en una de las propiedades Prince. Severus sintió como Tom tomaba su mano y trataba de calmarlo, él sabía que el mas perjudicado de todos seria Severus, pues era el que más había sufrido con la decisión de Eileen.

—Mañana es fin de semana, ya que Liam va a quedarse en la escuela nosotros cuatro podemos ir para allá y hablar con ella— propuso Kingsley.

—Tienes trabajo...

—Lo tome libre—responde con una sonrisa.

Severus beso a su esposo y le dedico una suave sonrisa pues el hombre estaba demasiado preocupado por él. Severus agradecía la consideración que tenia y que estuviera a su lado en momentos tan difíciles.

La mañana llego demasiado rápido, Severus había pasado gran parte de la noche despierto, completamente horrorizado con la idea de ver a su madre después de tanto tiempo, habían pasado más de dieciséis años desde la ultima vez que la vio.

Llegar a Francia fue un asunto sencillo, Killian había conseguido un traslador para los cuatro de ida y vuelta pero sin horario, eso le permitiría al pocionista regresar cuando quisiera a la casa, Tom había estado toda la mañana pendiente de su hijo pues se veía mucho más alterado que de costumbre.

—En el informe decía que la dirección es por aquí...— comento Kingsley mientras los cuatro caminaban por la calle.

—Es tres casas más allá, la de ventanas azules— dijo Severus.

—¿Hijo? —pregunto Tom.

—Es una de las casas Prince, no sabía que estaba ocupada o que ella estaba aquí...—respondió.