Lagrimas

Capítulo 17 Primer juicio

          Era mediados de agosto, el verano ya había comenzado a acabarse, el frio poco a poco comenzaba a sentirse cada vez más, las chimeneas estaban encendidas calentando las habitaciones. Liam había comenzado a preparar todo para la escuela, su padre había dedicado varias horas al día a ayudarlo a ponerse al día con todo lo que no sabría para la nueva escuela, sus amigos se mantenían al día con el por carta, algo que lo había llenado de ilusión ya que no había recibido muchas cartas de sus amigos en sus veranos anteriores. Severus y Kingsley le habían prometido que el siguiente fin de semana irían los tres juntos a comprar las cosas para su nueva escuela e irían a un callejón francés, pese a los hechizos traductores que usaría, el francés era algo que sus abuelos también estaban enseñándole. Sus tíos solían pasar el rato con el volando en escoba o jugando al ajedrez.

     Era miércoles 16 de agosto, Liam se veía nervioso frente al espejo, llevaba puesta una túnica negra muy similar a la de su padre, Severus a su lado estaba ayudándolo a terminar de vestirse, ambos portaban en la manga derecha el escudo de la familia Prince.

     —No estes nervioso, solo nos sentaremos allí, y escucharemos, Lucius ya tomo tu declaración, la mía y la de tu padre, no hay nada más…

     —Lo se, es solo que hasta hace un mes era mi padrino y la persona con la que esperaba vivir y ahora…

     —Lo entiendo cariño, ¿Quieres quedarte?

     —No, es confuso, necesito estar ahí saber que no saldrá suelto…

     —No lo hará, ni Lucius ni tu padre lo dejaran.

     —Además, ahora cuento con el cuidado especial de todos los mortifagos ¿no es así? —bromeo el joven mientras tocaba la pequeña gema verde que colgaba de su cuello.

     —Eso también es verdad— contesto el pocionista besando su cabeza—. Estas listo. Bajemos.

     El juicio a Sirius Black estaba programado para durar todo el día, al siguiente Remus Lupin, los innefables esperaban usar algunas de sus respuestas para perseguir a Albus Dumbledore y lo que parecía ser un caso mucho más grande. Liam por su parte estaba aterrado, sabía que una vez que el día acabara todos sabrían su historia, sus padres y Lucius le habían explicado las consecuencias y el beneficio de que esto ocurriera, y aunque odiaba el hecho de estar tan expuesto a todos sabía que nada mejor que dar a conocer su historia.

     Se trasladaron al ministerio a través de una red privada de flu, la cual era especial, estaba abierta directamente a la zona del juicio, lo que les ayudaría a llegar sin problemas y sobre todo a evitar ser interceptados por personas indeseadas. Liam había tomado la mano de su padre, al principio se había sentido cohibido, tenia dieciséis años, pero luego sus amigos le hicieron ver lo afortunado que era al tener a dos padres cariñosos y perdió parte del miedo al contacto, sabía que eso dos hombres no le harían daño, podrían ser de temer y letales, pero jamás lo herirían.

     —Todo estará bien— susurro Severus cuando sintió al niño tensarse.

     Liam asintió mientras se dejaba conducir por los asientos hacia la zona de los demandantes. El joven observo desde la seguridad de estar sentado junto a sus padres como la sala se llenaba, había espectadores, periodistas, también estaban allí Alastror Moody, Tonks, los mayores Weasley junto a su padre, el que no parecía verse por ningún lado era Albus Dumbledore. Kinsgley les había contado que Amalia junto a Kilian estaban trabajando en atraparlo. Cuando la sala se hubo llenado el ministro Fudge y el jefe brujo, el mago Greengrass dieron pie al comienzo del juicio.

     —Gracias a todos por venir. Daremos comienzo al Juicio de Remus Jhon Lupin, Mago y licántropo. tráiganlo por favor.

     Los aurores entraron arrastrando al hombre lobo por la sala, Lupin había perdido toda dignidad al caminar y unos cuantos días en las celdas de contención de Azkaban habían convertido al hombre en una miseria.