In Another Life-Minsung (StrayKids) [ TERMINADA]

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Talón de Aquiles

La vida está llena de eventos desorganizados e inesperados, pasos desconocidos pero gran esperados, expectativas que nadie sabe quién creó, palabras que les tuvimos que dar significados y reglas que lamentablemente nos sentimos obligados a sonreír.

Chris no tenía planeado esto, nunca lo hizo.

Ni un segundo antes, ni un segundo después.

No cuando decidió abrirle las puertas de su vida a Jisung desde muy pequeño y la música los embriagó por completo.

No cuando vio a los ojos por primera vez al hermano mayor de su mejor amigo.

No cuando escuchó lo lamentable que era que los Lee no tengan una heredera pero heredero.

No cuando conoció al mejor amigo de su hermano menor.

Muchas veces actuar en automático era más fácil que detenerse, mirar atrás y pensar.

Su mente corría una maratón cada segundo de su existencia, de lo que estaba mal, de lo que estaba bien, de lo que debía hacer y de lo que quería hacer.

Tantos mecanismos de defensas que tuvo que crear para poder vivir en paz consigo mismo, la mayoría falló, pero hubieron algunos pocos que lo sostenían de la mano todo el tiempo.

La música, su vida giraba al rededor de tal magnifico elixir, sentía que podía vivir únicamente de las letras y melodías, sin embargo, sabía que nada era otorgado de manera gratuita.

Él tenía deberes que cumplir, pero no mentiría, no se victimizaría y diría que era un castigo, porque la idea había estado implantada en su cerebro por muchos años.

Entonces las opciones eran fáciles y seguras, hacerse cargo de la empresa familiar junto a su hermano menor y ambos perseguirían el arte de todas maneras.

Simple, la suerte parecía estar sonriéndoles, y tal consuelo se les regalaba al conocer al heredero de la empresa amiga.

Ser tan perfecto y angelical con demonios al rededor.

Impecable encanto junto a una pizca de honestidad intachable, sonrisa sincera y actos amables, silencios cómodos y sutiles toques.

Todos sabían que no existían palabras exactas para describir a Lee Min Ho.

Tampoco imaginaba que alguien pudiera descifrarlo por completo.

Sin embargo, la oportunidad de poner un anillo en su dedo se encontraba en bandeja de plata frente de a él apenas compartieron su primer beso escondidos en su habitación.

No era tan estupido para dejar ir aquel majestuoso hombre.

No podía.

Tan fácil que se sentía estar a su lado.

Y la costumbre fue su primera daga de muchas.

Minho le daba la vida que siempre quiso, la que quería, la calma y sentido de realización que cualquiera desearía.

Tan domestico que se sentía, sus miradas se entendían, las interminables noches riendo por lo más insignificante, la dedicación que Minho le colocaba a cada platillo que le cocinaba, cada canción de amor que Chan componía.

Era fácil, Chan no quería pensar en una opción alternativa más que seguir el futuro predicho y amar a Minho como él lo hacía.

Sus padres les daban palmadas en la espalda por tal relación tan perfecta, aunque de unos estupidos se tratara. Pero, ¿qué más quisieran ellos?