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Tal vez


Jisung fue criado con los mejores maestros de todo el reino y posiblemente también de otros, tomando los rubros de los números, letras, deporte, arte, entre otros. Debía ser perfecto en todo y sí que lo era, sin embargo los reyes, sus padres, se enfocaron con demasía en trabajar su cerebro y habilidades que nunca les importó tomarse el tiempo para saber sobre sus sentimientos, sobre sus preocupaciones, lo que su corazón quería expresar.

Y en este momento no sabía a quién recurrir, a quién contarle sobre esa angustia que parecía ahogarlo, por momentos que lo hacía rodar por sus sabanas sin poder pegar un jodido ojo y otras querer llorar de frustración, ni siquiera el té lograba calmar sus jodidos nervios.

¿La razón?

Tenía nombre y apellido.

Lee Min Ho.

Una semana había pasado y no podía verlo, ya no iba a verlo, no se escabullían juntos, parecía que quería evitarlo a toda costa y dolía, le dolía tanto que parecía que en cualquier momento del día se podría a llorar porque lo extrañaba. Aunque fuera ligeramente su culpa, no soportaba el hecho que Minho siguiera huyendo. Ya no tenía razón de terminar rápidamente sus clases, antes mantenía un momento de plática con sus maestros para no sentirse tan solo después de cada clase, eso era lo que hacía antes de conocerlo y le aterraba pensar que se podría repetir.

No era como si detestaba a sus maestros, la mayoría de ellos eran muy amigables y se preocupaban por su bienestar, pero no era lo mismo, la sensación, los sentimientos, las risas, era diferente.

No, no lo deseaba, quería verlo...necesitaba hacerlo, quería saber porqué su corazón se aceleraba tanto al tenerlo cerca o simplemente al mirarlo, como sentía miles de cosquillas por todo su cuerpo y una sonrisa se instalaba en su rostro.

–Minho tonto...

Jisung susurró antes de encogerse un poco más detrás de los barriles de vino, se encontraba escondido más de una hora en las despensa detrás de la gran cocina del palacio, era la única forma de verlo.

Sus ojos se empezaban a cerrar antes de escuchar la puerta de abrirse de manera brusca, se enderezó un poco pero no lo suficiente para ser descubierto, se alertó y empezó a rezar al cielo para que fuera Minho quién había entrado cargando cualquier cosa.

Pero su suerte no estaba de su parte, ni mucho menos cuando soltó un sonoro suspiro y sus piernas doloridas por el tiempo en cuclillas lo traicionaron.

Perdió al estabilidad y cayó al suelo empujando algunas cajas y barriles, su traje de seda fina se llenó de polvo, estaba seguro que lo regañarían por ensuciarse de esa manera, él debía estar y ser impecable, no importa bajo que circunstancias, pero esta ocasión tal vez valdría la pena.

Se levantó rápidamente sacudiéndose con dolor el polvo que lo envolvía.

–Ma-majestad.

Los dos servidores se inclinaron rápidamente temiendo que verlo a los ojos les cobre un castigo.

Jisung suponía que eran nuevos, las personas que servían a su familia normalmente podían actuar más que respetuosos frente a él cuando se encontraban sus padres, sin embargo sabían muy bien que no tenían que comportarse de esa manera cuando se trataba de él solamente, lo tachaban de un destello de luz en el fondo del mar, ese girasol al rededor de tanta hierba mala.

–Oh, no tienen que...

Sus palabras prefirieron quedarse en su garganta al fijarse en la persona que se asomó en la entrada pareciendo alertado.

In Another Life-Minsung (StrayKids) [ TERMINADA]Where stories live. Discover now