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Una luz anaranjada se colaba por el gran ventanal del ático de Charles en Monte Carlo, haciéndome abrir los ojos.

Había dormido genial, por narices tengo que preguntarle a Charles donde ha comprado este colchón.

Es una necesidad.

Me levanté de la gran cama de sábanas blancas y me miré al espejo de cuerpo entero que se encontraba en la esquina del cuarto.
No tenía mala cara, pero sin duda el pelo lo tenía hecho un desastre.

Me lo cepillé y me hice un moño para estar más cómoda, y después fuí hacia el salón, en el que se encontraba Charles viendo las noticias mañaneras.

-"Tal y como lo estáis viendo, damas y caballeros. El mismísimo Charles Leclerc, el piloto de Fórmula 1 ha sido visto ayer junto a una bella jóven paseando por las calles de Monte Carlo. Los fanáticos que le pidieron fotos al piloto pudieron darse cuenta de la presencia de la chica que, según dicen, es de ojos marrones. -informó la perdiosta- Hasta hay algunos testigos que aseguran haber visto a ambos entrar al lujoso apartamento de Mónaco en el que reside el piloto. ¿Será este el nuevo romance de Charles Lecl-

El rostro de la mujer que se encontraba en la pantalla desapareció completamente cuando el monegasco apagó la televisión y luego soltó un suspiro.
Yo fuí acercándome al sofá y me dejé caer a su lado.
En cuanto me vió, preguntó:

-¿Lo has oído?

-Sí.

Charles soltó otro largo suspiro y colocó sus codos en las rodillas, tapándose la cara.

-Lo siento muchísimo. A veces la prensa se inventa toda esta mierda y no puedo hacer nada. Enserio que lo siento. -dijo algo desesperado.

-Oye no te preocupes, es normal que hagan estas cosas. Ya verás que en dos días encontrarán otro chisme más interesante y se olvidarán de todo esto. -dije mientras acariciaba su espalda para intentar tranquilizarlo.

-Pero esque no es sólo eso, Jess. -levantó la cabeza y me miró- Se suponía que tú estabas huyendo de tu familia y no les habías dicho a donde ibas. Y ahora por mi culpa, probablemente hayan visto las noticias y sabrán donde estás.

Oh mierda.

No había caído en eso. Estos días habían sido tan agotadores que hasta se me había olvidado el motivo por el que ya no estaba en España.
Aunque que iba a hacer. Me he hecho amiga de pilotos de Fórmula 1, estaba claro que tarde o temprano los medios iban a notar mi presencia.
Además, mi familia no vendría hasta Mónaco solo para tocarme las narices. Probablemente estén hasta más felices desde que me fuí.

-No puedes culparte, Charles. Tarde o temprano iban a saber que existo. Además no va a venir hasta aquí mi familia. A si que no te agobies, ¿vale?

Al no recibir respuesta del monegasco insistí.

-¿Vale?

-Vale. -suspiró- Solamente que me daba miedo el hecho de que hayas tenido que irte de tu país por ellos, y que por mi culpa estés más expuesta a que sepan dónde estás y te vuelvan a hacer daño. -confesó con los ojos llenos de verdad y miedo.

-No va a pasar eso. Estoy segura.

-Eso espero. -dijo mientras caminaba hacia la cocina- Por cierto, esta mañana he recibido un mensaje del vendedor de tu apartamento. Dice que esta tarde te dará las llaves. Todo va bastante rápido. -rió.

-¿Ya? -pregunté sorprendida, él asintió- Madre mía, si que ha sido rápido.

-Parece ser que sí. Va a ser raro no verte por aquí, ya me he acostumbrado a tu presencia por mi casa. -sonrió intentando ocultar la tristeza que su expresión facial contenía, pero no pudo.

𝐹𝑒𝑟𝑟𝑎𝑟𝑖'𝑠 𝐺𝑖𝑟𝑙 ➪  ᴄʜᴀʀʟᴇs ʟᴇᴄʟᴇʀᴄ ғɪᴄDonde viven las historias. Descúbrelo ahora