24

744 36 37
                                    

Daniel y yo estábamos de camino a un sitio en el que le harían unas cuantas entrevistas y, quizá, también harían algunos vídeos que más tarde subirían a Internet.

Según él me había dicho, no iría él solo, sino también el resto de pilotos. Con suerte a lo mejor me encontraría a alguna de las chicas.

Y con menos suerte tal vez me encontraría con él.

No hace falta decir su nombre para que sepáis de quién hablo.

Cuando llegamos, Daniel bajó del coche primero y luego me abrió la puerta para después tomarme de la mano, ya que el coche estaba rodeado de paparazzis sacándonos fotos.

-Porfavor...

Daniel sin soltarme, iba apartando como podía a los molestos paparazzis que nos impedían el camino de llegar al lugar de las entrevistas.

De forma inevitable, un individuo que, intuyo, sería algún fanático, me agarró del brazo fuertemente.

-¿Qué haces por aquí? ¿Estás buscando fama? ¿A qué te dedicas? -me preguntaba el hombre mientras me agarraba con demasiada fuerza en el brazo izquierdo.

Eso seguramente dejaría marca.

-¡¿Amigo, qué cojones te pasa?! -Daniel llegó y apartó al hombre de mí- No te vuelvas a acercar.

Las cámaras habían grabado todo, por lo que es probable que ese hombre reciba una denuncia más tarde.

Cuando por fin llegamos al recinto y todos los paparazzis quedaron atrás, respiramos hondo.

Daniel tomó delicadamente, teniendo cuidado de no hacerme daño, mi brazo. Le dió un repaso, notando claramente la gran zona roja que me había causado el agarre de ese hombre.

-Te juro que voy a denunciar a ese gilipollas. -murmuró fijando su vista en mis ojos después de ver las condiciones en las que estaba mi brazo.

-No te preocupes. -le tranquilicé- Estoy segura que solo va a quedarse en un hematoma.

-Eso espero. Aunque la voy a poner igualmente.

Tomados de la mano, que por cierto, esto ya se había convertido en costumbre, llegamos hasta una puerta en la que ponía "Daniel Ricciardo", a si que intuí que sería aquí. Y así fué.

-Es aquí. -me miró- No creo que tarde mucho con las entrevistas, pero si veo que son aburridas pongo una escusa y nos largamos a ver pelis y a comer chocolate. ¿Te parece? -me guiñó el ojo, yo solté una risita.

-Vas a conseguir que te despidan, no te saltes nada, anda.

-A mí todos me adoran, no van a despedirme. -murmuró con aires de superioridad.

-Ajá. Entra ya, tonto. -le empuje hacia la puerta.

-Voy. Adiós. -cuando estaba a punto de coger el pomo para entrar a la sala, el australiano se giró y me dió un rápido beso, yo reí por la sorpresa- Ahora sí, adiós.

Y dicho esto, desapareció por la puerta.

Estuve una media hora esperando, pero al darme cuenta que iba a tardar bastante rato más me levanté y fuí a echar un vistazo al lugar.


Charles

Mi entrevista acababa de terminar, y Sebastian y yo estábamos de camino a la cafetería. Los periodistas que minutos atrás habían estado entrevistándonos, simplemente se habían dedicado a hacernos preguntas incómodas sobre nuestra vida privada. Mencionándome varias veces sobre "aquella jóven con la que se me había visto repetidas veces".

Cada vez que eso ocurría, Seb cambiaba de tema o hacía algún tipo de broma; salvándome de la situación.

Desde esa llamada que tuve con Jessica, no he vuelto a hablar con ella. Soy demasiado consciente de que me pasé muchísimo, y está en todo su derecho a no volverme a hablar si es lo que ella quiere.

Porque fuí un idiota y lo reconozco. Aunque mi orgullo jamás me dejaría decirlo en voz alta. Y tal vez por culpa de ello estoy en estas condiciones con ella.

-Dime, ¿qué ha pasado? -preguntó de repente el alemán, que hasta ahora se había mantenido en silencio.

-¿A qué te refieres?

Mi amigo me miró con la ceja levantada. Claramente ya sabía a que se refería, pero no me apetecía hablar del tema.

-Mira, chaval. -empezó- Si no te apetece hablar sobre ello, no te preocupes. Pero soy bastante más viejo que tú y tengo más experiencia con las mujeres. Un consejito de vez en cuando no mata a nadie.

Mientras tomábamos un café en una de las mesas de la cafetería, le conté la discusión que habia tenido con Jessica y los motivos.

Aunque para mi sorpresa, su reacción no fué la que esperaba; una sonrisa apareció en su rostro y luego una carcajada salió de su garganta.

-¿Qué se supone que es gracioso? -pregunté un poco enfadado, tenía la sensación de que le estaba haciendo gracia lo que le estaba contando.

-Ay, Leclerc... -murmuró- Tú lo que estás no es preocupado.

No entiendo.

-¿Qué?

-Estás enamorado. Esa muchachita te tiene loco, y por eso estás así de desesperado por intentar arreglar las cosas con ella. Y por esa misma razón también reaccionaste así cuando se fué de la fiesta con Daniel. Pero no te preocupes, chaval. Esto nos ha pasado a todos.

A medida que el alemán hablaba, yo intentaba asimilar lo que me iba diciendo. ¿Yo estaba enamorado?

-¿Y qué tengo que hacer? -pregunté como un niño pequeño.

-Eso es algo que deberías de saber tú, Charles.

-¿Y cuándo?

-Cuando llegue el momento indicado. -me contestó Sebastian mientras se levantaba de la silla.

-¿Y cómo voy a saber cuándo es el mom... -me callé cuando vi a Sebastian señalarme con un movimiento de cabeza a algo detrás de mí.

Me giré sobre mi silla para poder ver qué era lo que mi amigo señalaba.

A unos metros de nosotros, Jessica estaba de espaldas esperando apoyada en la barra su pedido.

Abrí los ojos con sorpresa y volví a sentarme correctamente, para evitar que me viese mirándola. Buscándole con la mirada, pedí ayuda a Sebastian. Pero, para mi sorpresa, ya no estaba en la mesa.

Merde.



------------------------------------------------------

Hola!! aquí os dejo otro capítulo más ;)

Antes de nada, me gustaría agardecer (de nuevo) todo el apoyo que está recibiendo el fanfic. Sois los mejores.

¿Qué opináis de momento?

Amamos a Seb, ¿a que sí?

Nos vemos en la siguiente actualización, adiós <3

𝐹𝑒𝑟𝑟𝑎𝑟𝑖'𝑠 𝐺𝑖𝑟𝑙 ➪  ᴄʜᴀʀʟᴇs ʟᴇᴄʟᴇʀᴄ ғɪᴄWhere stories live. Discover now