𝐹𝑒𝑟𝑟𝑎𝑟𝑖'𝑠 𝐺𝑖𝑟𝑙 ➪ ᴄʜᴀʀʟᴇs ʟᴇᴄʟᴇʀᴄ ғɪᴄ

32

Jessica 

Mi cuerpo estaba inmóvil completamente, y mi cerebro tampoco podía reaccionar. Un estado de shock se había apoderado de mí. 

-¿Lucca lo sabe? ,¿sus hijos? -pregunté desesperadamente mientras sentía como el pánico me atrapaba y mi pulso y respiración crecía.

Mierda.

Charles.

¿Lo sabrá?

-Pero ella estaba bien, me dijo que estaba bien.. -dije como pude- Hace unos dias ella... No se ha podido ir. Es imposible. Me estáis mintiendo, no..

De repente noté como si mi cuerpo pesara más de lo habitual, por lo que simplemente dejé que el peso de mi cuerpo pudiera conmigo. No caí al suelo ya que Stewart, quien había estado viendo todo apareció sujetandome.

-¡Médicos! ¡Traer médicos! -le escuché gritar.

La única imagen que recuerdo fué ver a Daniel girarse aterrado a verme después de escuchar los gritos de Stewart e intentar acercarse sin éxito ya que lo mandaron subir al monoplaza. Después de eso, solo escuchaba voces distorsionadas y el sonido de una ambulancia.

Charles

La carrera estaba siendo desastrosa.

Mi estado mental me estaba jodiendo todo.

Ahora mismo estaba P16, un resultado pésimo.

Nadie en el equipo me estaba metiendo presión como lo hubiésen hecho si no supieran la razón de mi mala carrera. Frases de animo y apoyo de parte de mi equipo se ecuchaban de vez en cuando.

Pero no era capaz de escucharles.

Mi abuela se había muerto y yo no había estado con ella.

Ha muerto sola.

Intenté concentrarme en el coche que tenía a mi derecha intentado adelantarme. Kevin Magnussen, intentaba constantemente pasar pero a pesar de no estar en el mejor estado mental, me defendí lo mejor que pude.

Me coloqué delante suyo, inetntando con todas mis fuerzas que no pasase. Le mantuve ahí atrás durante un tiempo, hasta que el piloto danés intentó adelantarme haciendo chocar su rueda delantera con la mía trasera. 

Todo fué tan rápido que lo siguiente que recuerdo fué mi coche rodar en giros de 360º sin parar. Al menos hasta que mi coche chocó contra los muros.

Una oleada de calor inundó mi cuerpo entero. Los gritos de los aficionados aumentaron cuando una gran nube de humo salió de mi coche.

-Charles. -escuché a uno de mis ingenieros hablar- Charles, ¿estás bien?

-Sí, sí.. -dije como pude.

-Bien. -le escuché suspirar aliviado- Todo va a ir bien.

Pero no era cierto. Nada estaba bien.

Jessica

Abrí lentamente los ojos, intentando acostumbrarme a la luz blanca que chocaba contra mi cara. Miré a mis lados y ví a Silvia y a Carmen mirandome preocupadas.

-¡Jessie! -exclamó Silvia cuando me vió abrir los ojos. No pudo contenerse y se lanzó a mis brazos, seguida por Carmen.

-Estoy bien chicas. -dije cuando nos separamos- Eso creo.

-Menudo susto, Jess. -habló Carmen esta vez- Estaba viendo a George y de repente me avisan de que te habías desmayado. -suspiró recordandolo.

-¿Cuánto llevo así?

-Unos 10 minutos. -me informó Silvia, quien después giró su cabeza para ver las pantallas que mostraban las pantallas.- ¡Mierda!

Carmen y yo no podíamos verlas ya que la chica se había puesto en medio.

-¿Qué pasa? -preguntó mi amiga española.

-Charles acaba de estrellarse contra el muro. -me miró- Pero está bien, acaba de bajarse del coche enfadado.

No pensé, simplemente mi cuerpo actuó solo.

Me puse de pié y cogí mi bolso con mis cosas, con intenciones de salir de la habitación de hospital, ignorando las palabras de "¿Qué haces?" "Tienes que descansar" por parte de mis amigas.

Pero no me importaba, lo único que quería hacer era ir con mi chico y encargarme de saber si estaba bien.

Salí de la carpa médica bajo la mirada de algunos enfermeros, pero no me dijeron nada ya que sabían a donde iba. caminé hasta el paddock, donde habían enfocado a Charles minutos atrás, a si que debería estar por aquí. Busqué con la mirada el motorhome de Ferrari, hasta que a unos cuantos metros lo ví, y me encaminé hacia él.

Conozco demasiado a Charles, y sé que en momentos como este lo último que haría sería ir con su equipo. Él necesita tranquilidad.

Y como imaginé, ahí estaba él. Sentado en unos viejos neumáticos con la cara hundida en sus manos mientras lloraba desconsoladamente.

Como nunca antes le había visto.