17

976 49 16
                                    

Antes de poder contestar, Carmen apareció por detrás mío.

-¿Charles? -preguntó con el ceño fruncido.

Silvia al escuchar el nombre rápidamente vino corriendo hacia la puerta principal, y al ver que efectivamente, se trataba de quién ella pensaba, no pudo controlarse.

-¡Cuñadooo! -le saludó alegremente la francesa- Cuánto tiempo, ¿qué tal?

Charles pareció sorprendido al verla.

-¿Aún sigues con mi hermano? -preguntó como si eso fuese el mayor logro- Creía que ya te habías hartado de él.

Yo me guardé una carcajada.

-Depende del día. -rió.

-Charles. -le llamé- ¿Qué querías?

Carmen al ver cómo Charles se ponía un poco más nervioso después de yo formular esa pregunta, se marchó junto a Silvia al salón.

Adoro a estas chicas.

-Bueno, había pensado en invitarte a comer a algún restaurante antes de ir a la fiesta del yate, ¿te apetece?

-Claro. -sonreí- Dime a qué hora.

A él se le escapó una sonrisa de medio lado y me miró divertido.

-Si puede ser ahora mejor. He reservado en media hora.

-¿Dabas por hecho que iría? -levanté las cejas.

-Algo así.

-Eres otro caso, Leclerc. -negué riendo mientras él se acercaba a mi y me depositaba un beso en la frente.

Cuando llegamos al salón, las chicas se quedaron mirándonos. No sabía que era lo que tanto miraban hasta que noté la mano del monegasco en mi cintura.

Él, al darse cuenta de la dirección de mi mirada, quitó rápidamente su mano y carraspeó incómodo.

-Jessica y yo nos vamos a comer. -informó para romper el silencio.

-Podeis quedaros aquí si queréis. -ofrecí.

-No hace falta, yo tengo que irme ya con George a prepararme. -dijo Carmen mientras se levantaba del sofá y se ponía el bolso.

-Sí, y yo tengo que elegirle la ropa a Arthur. -rodó los ojos- Es como un niño pequeño.

-Bien, pues entonces nos vemos allá, chicas. -me despedí de ellas con dos besos y un abrazo.

Las acompañé hasta la puerta y me despedí de nuevo de ellas para luego volver al salón junto a Charles.

-¿Por qué no te despides así conmigo? -preguntó de golpe.

-¿Así cómo?

-Con un beso y un abrazo.

Eso me recordó a las niñas con las que nos habíamos encontrado esta mañana, que habían dicho que le diese un beso a Charles de su parte.

-Pues sabes que, -me atreví - ¿sabes lo que me dijeron antes unas niñas que me pidieron un autógrafo en el centro comercial?

-La verdad es que no.

-Me dijeron que te diese un saludo de su parte.

-¿Y por qué no l.. -le corté.

-Con un beso.

El monegasco se quedó mirándome con las cejas levantadas después de mis palabras. Se mantuvo unos pocos segundos así, pero luego rápidamente cambió su gesto a uno más relajado, para finalmente convertirlo en uno pícaro.

𝐹𝑒𝑟𝑟𝑎𝑟𝑖'𝑠 𝐺𝑖𝑟𝑙 ➪  ᴄʜᴀʀʟᴇs ʟᴇᴄʟᴇʀᴄ ғɪᴄWhere stories live. Discover now