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Jessica

Estaba empezando a sentir cosas por Charles Leclerc. De eso estaba segura.

No sé qué tipo de cosas, pero las sentía.

La forma en la que sus ojos preocupados me miraban con empatía cuando le contaba todos los problemas que tuve con Mateo en España me hicieron darme cuenta de que le importaba. Yo le importaba.
Sé que puede parecer una tontería, pero realmente nunca he sentido esto. La verdadera sensación de sentirte importante para alguien es realmente bonito.

Yo lo sentí hoy.

En esta noche de estrellas y luna llena en mi apartamento de Montecarlo junto a Charles. El chico que me había hecho sonreír de nuevo. Me había hecho brillar otra vez.
Huí de España porque noté que me perdía, que yo misma estaba dejando de ser yo por culpa de personas externas, y de verdad que no permitiría eso.
Necesitaba ser libre de una jodida vez, y no puedo estar más agradecida de haber tomado la decisión de escapar a Inglaterra. No puedo estar más agradecida de que se estropease el motor de mi coche.
No puedo estar más agradecida de tantas cosas...

Ni siquiera sé si las merezco.

Pero solo me queda dar las gracias.
A todos los pilotos que en pocos días se han convertido en mi familia, y a Charles.

Sobretodo a Charles.

El monegasco que me ha ayudado a empezar de cero con gente que de verdad me quiere.

El mismo chico que tengo ahora mismo besando mis labios.

De un momento a otro, yo misma había tenido el impulso de lanzarme a él. Rodeé su cuello con mis brazos, y simplemente dejé que mis emociones se apoderaran de mi cuerpo. Sin importarme si tal vez mañana me arrepentiría de lo que hacía.
Simplemente me daba igual.

Ahora mismo solamente éramos Charles ,yo y la luna.

A los pocos segundos, cuando Charles reaccionó, colocó delicadamente una de sus manos en mi mejilla para profundizar el beso. Un beso cargado de amor y cariño que, claramente el monegasco quería hacerme saber.
Después, este puso su otra mano en mi cintura, pegándome un poco más a él, haciéndome sonreír entre el beso.

Estaba siendo mágico. En realidad todo con él lo era.

Aquí me di cuenta que el silencio de la noche nos unía más que cualquier palabra.

Cuando nos separamos, él me miró con esos ojos verdes brillantes, que a pesar de que era de noche se hacían notar. Los miré durante unos segundos que parecieron horas, y luego dije.

-Vamos dentro. -le dije tomándole de la mano y llevándolo conmigo con el resto.

Cuando llegamos ellos ya habían terminado la película. Y los vimos sentados en círculo en el suelo.

-No me parece buena idea. -dijo George algo inseguro.

-¡Oh, vamos, George! No seas gallina y vamos a jugar. -dijo Max.

-Hola. -dije cuando Charles y yo llegamos con el resto.

-Empezaba a creer que os había tragado la noche. -dijo Blanca cuando nos vio llegar.

-Literalmente, ya me estaba preocupando. -añadió Carmen de acuerdo a lo que había dicho la Sainz.

-¿A qué jugáis? -preguntó Charles cuando se dió cuenta de cómo estaban sentados.

-Yo nunca nunca. -dijo Pierre- Sentaros o empezamos sin vosotros.

Le hicimos caso y nos sentamos, esta vez yo entre Charles y Lando, con Daniel enfrente mío.

-¿Quién empieza? -preguntó  Lando.

-Tú por preguntar. -rió Max.

-Oye eso no es justo. -dijo cruzándose de brazos. Lando era como un niño pequeño.

-Lo siento, mate. Te toca. -añadió Carlos mientras subía los hombros.

-Os odio a todos.

Lando metió la mano en el bote de cristal lleno de papelitos, donde intuyo que estarían las frases.

-Yo nunca he perdido la parte de abajo de mi bañador mientras estaba en la playa. -leyó mientras se ponía rojo.

Después, él y Charles bebieron.

-¿Charles? -preguntó riendo Carlos.

-Es verdad, yo lo vi. -añadió mientras reía Pierre- Estábamos de vacaciones en Florida y un cangrejo le robó el bañador.

Todos soltamos unas risas mientras el piloto de Ferrari escondía su cara entre sus manos claramente avergonzado.

-Sigo yo. -dijo Blanca, metió la mano en el bote y sonrió pícaramente al ver lo que había escrito- Se viene lo bueno.

Todos nos miramos entre todos, con miedo de saber lo que había escrito.

-Yo nunca me he sacado fotos desnudo.

Todos levantaron las cejas de asombro. Vi a Daniel llevarse la bebida a los labios mientras todos le miraban con los ojos abiertos.

-¿Daniel? Que pervertido, amigo. -dijo riendo George.

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo cuando sentí la mano de Charles colocarse sobre mí muslo.
Miré al monegasco, pero el solamente tenía la mandíbula tensa y miraba al frente.

El australiano iba a meter la mano en el bote para sacar otro papel creyendo que nadie más bebería, pero se detuvo cuando yo llevé el pequeño vaso a mi boca.

Todos me miraron con los ojos abiertos. Charles no se quedó corto.

Y apretó mi muslo con su mano. Poniéndome la piel de gallina.

Cuando tragué el fuerte líquido, dejé el vaso sobre el suelo y lo volví a llenar.

-La inocente y pequeña Jessica no parece tan inocente, eh. -bromeó Max mientas reía junto al resto.

-¿Cuándo? -preguntó directamente Daniel.

-Hace unos años, a un compañero de mi instituto. -dije simple.

Las preguntas siguieron, hasta el punto en el que todos ibamos un poco sobrados de alcohol.

La pregunta de Max era la siguiente. Y yo no lo sabía, pero esa pregunta iba a hacerme crear un montón de dudas y preguntas.

-Yo nunca he deseado a alguien de esta sala. -soltó.

George y Carmen lógicamente bebieron. No nos sorprendió mucho a nadie.

Yo dudé durante un segundo, y Daniel lo notó. Aunque sorprendió a todos llevándose su vaso a la boca bebiéndose todo el líquido del tirón.

¿Me atraía Charles? No lo sabía. Probablemente sí.

Todas mis dudas desaparecieron cuando giré mi rostro y vi a Charles bebiendo de su vaso mientras me miraba con sus ojos verdes fijamente.

Y bebí.

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𝐹𝑒𝑟𝑟𝑎𝑟𝑖'𝑠 𝐺𝑖𝑟𝑙 ➪  ᴄʜᴀʀʟᴇs ʟᴇᴄʟᴇʀᴄ ғɪᴄTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang