O31

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Cada uno de los edificios de la ciudad parecía estar al borde de caer en picado, lo que acababan de destruir no era nada especial comparado con lo que se encontraban en el resto de la ciudad. Lo más incómodo era el silencio, no se escuchaba nada a excepción de sus pasos y respiraciones agitadas. Cada pequeño objeto que el viento movía les hacía ponerse alerta.  Felix unió su mano con la de Hyunjin, apretando con fuerza para asegurarse de que el mayor no desapareciera. Cada movimiento de sus alrededores se sentía como un posible ataque y, aunque debería sentirse aliviado por el, el silencio solo hacia que creciera un nudo en su garganta.

Habían ganado, o al menos debería sentirse como una pequeña victoria, pero en lo único que podía pensar era en la pérdida del brazo de Seoho y el ojo de Sowon, las heridas del resto de sus compañeros y la falta de la presencia de Jimin. Hace tan poco tiempo estaba en la casa, formando relaciones fuertes y adaptándose a un nuevo lugar donde pertenecería, donde podría intentar llenar el hueco que sería el no poder ver a su familia, pero está de nuevo en las calles, ahora vacías y destrozadas, sabiendo que sus seres más preciados habían sido humillados y asesinados y que las nuevas relaciones que estaba formando podrían desaparecer en cualquier momento.

¿Que es una victoria en una guerra?

¿Se puede sentir como una victoria el derrotar al enemigo? La mayoría de sus enemigos siquiera tienen consciencia propia, solo siguen las órdenes de un líder tirano y carecen de consciencia propia en su gran mayoría, o están tan aterrorizados que no se la pueden permitir.

Entonces, Felix solo se puede preguntar que es de verdad ganar o perder, que es ser bueno o malo. ¿Quien era él para dictar que es una buena acción o que es una mala acción? Si hace unos días le preguntaras si un asesino era buena persona te respondería con un no rotundo, pero ahora él también era un asesino. Aunque no lo haya hecho por mal si no que por su propia protección y seguridad, ¿no sería un criminal? ¿No sería un asesino? ¿Que lo hace a él mejor que quienes mataran a su familia?

¿Que lo hace diferente de Jiyong, el presidente?

Ambos solo siguen lo que creen que es correcto, ¿no?

La respuesta a todas las preguntas dejó de importar en el momento que sintió como Hyunjin soltaba su mano. El corazón le comenzó a latir con fuerza y el miedo le llenó desde los pies hasta la cabeza, pero antes de que pudiera decir nada Hwang posó su brazo sobre sus hombros y lo acercó a su cuerpo, abrazándolo. Felix dejó salir un suspiro que siquiera sabía que estaba aguantando y se dejó guiar por Hyunjin, quien acercó su boca a su oído:

—Sea lo que sea que estés pensando déjalo,— la voz de Hyunjin apenas se podía escuchar —céntrate en mí.—

Felix quería responder, pero las palabras no salían de su boca. Se pegó todo lo que pudo a Hyunjin y asintió con la cabeza. Bajó su mirada a los pies, no se sentía capaz de volver a mirar los alrededores por lo que se centró en mirar como sus pies caminaban a la par que los de Hwang mientras se dejaba guiar.

—Descansaremos en este edificio, en el búnker. — la voz de Chaerin regresó al pecoso a la realidad, dándose cuenta que ya habían llegado a su destino. Era otro edificio igual de desgastado que el resto, pero había una pequeña puerta que les guiaba hacia abajo. Las escaleras estaban llenas de polvo, la pintura de las paredes estaba cayéndose y pequeñas plantas comenzaron a crecer. Las plantas le hicieron sentir seguro, si pasaba algo sabía que las podría usar para defenderse.

Chaerin logró abrir la puerta que se encontraba al fondo, hizo un ruido que provocó que girara su cabeza y comenzara a preocuparse. ¿Y si el enemigo les escucha? No estaban preparados para defenderse, la mayoría estaban agotados, hambrientos y heridos de alguna forma. Era imposible que pudieran superar otra pelea más, necesitaban tiempo para reponer fuerzas, aunque fueran solo unas horas...

la casa de los indeseados || hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora