O13

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  Felix sintió como el sol atravesaba la ventana y le daba directamente en los ojos, no pudo evitar soltar un gemido de molestia y tratar de volver acurrucarse en los brazos del mayor.

Espera.

Al darse cuenta en la posición en la que estaba abrió los ojos rápidamente y se encontró cara a cara con el apuesto rostro de Hyunjin. También se fijó en como el brazo del mayor estaba abrazando cómodamente su cintura. El rojo no tardó en subir a sus mejillas y comenzó a sentir vergüenza.

¿Que pensaría Hyunjin después de esto? ¿Le odiaría? ¿Le dejaría de hablar? ¿Pensaría que es un rarito y se alejaría para siempre? ¿Por qué se siente tan bien estar con Hyunjin?

Sus estúpidas preguntas se despejaron de su mente al notar cómo el mayor se movía, despertándose.
Feliz volvió a cerrar sus ojos para hacerse el dormido mientras rezaba que Hyunjin no se diera cuenta de su actuación.

Después de un rato intenso en el que el mayor no hizo más movimientos notó como Hwang se levantaba de la cama y después de unos segundos escuchó unos pasos alejarse, supuso que estaría yendo a la ducha.

Cuándo escuchó la puerta cerrarse y el sonido del agua caer pudo volver a abrir los ojos y soltó un largo suspiro de relajación.

“Creo que esos fueron los minutos más intensos de mi vida”

Miró el reloj, ya más tranquilo. Eran las 10:12 de la mañana, en su opinión se habían despertado bastante temprano para ser un domingo y todo por ese estúpido sol que le dio por asomarse por la ventana ahora.

“Con lo bien que se estaba con Hyunjin...”

Felix puso los ojos en blanco al darse cuenta de sus propios pensamientos, ¿que le estaba pasando ese día?

Se levantó de la cama y empezó a preparar sus cosas para la ducha también, tratando de despejar su mente. Sobretodo trataba de borrar la imagen de Hyunjin durmiendo, con sus pelo negro despeinado y cayendo con sorprendente elegancia por su frente. También notó que las pestañas del mayor eran largas y bonitas.
Pero lo que más le ponía nervioso eran los gruesos y brillantes labios del mayor, que se encontraban entreabiertos.

¿Como podía despertar tranquilo si eso es lo primero que ve al abrir los ojos?

–Oh, Felix. Te despertaste. –al escuchar la voz de Hyunjin el menor se giró y el sonrojo se volvió más intenso. ¿Que un Hyunjin con el pelo despeinado ya era asesino? Imagínate uno con el pelo mojado, porque eso era lo que estaba viendo ahora Yongbok.

–Eh... S-si... –Felix sonreía nervioso y agarró sus cosas para ir a la ducha. –Perdón por pedirte dormir juntos... Debió ser incómodo.

–No te preocupes, fue bastante cómodo. –Hyunjin sonrió mientras se sentaba en la cama con tranquilidad. –Te he dejado todo listo para que puedas ir cómodo a la ducha, mientras ordenaré la habitación.

–Muchas gracias, no hace falta que ordenes nada... Tu eres el invitado. –ahora Felix estaba sonrojado no solo por las vistas, también por la grandiosa amabilidad de Hyunjin.

–No te preocupes. Mientras te duchas no tengo nada mejor que hacer. –Hyunjin hizo un gesto para que Felix fuese ya a la ducha tranquilo. Este le sonrió con ternura y gratitud para luego dirigirse a la ducha con un pequeño sonrojo en sus mejillas.

Entró al baño y tras cerrar la puerta no pudo evitar soltar un largo suspiro de alivio. Pero... ¿De que estaba aliviado? Es más, ¿por qué se había puesto nervioso?

Ya había pensado antes —muchas veces— que Hyunjin era extremadamente atractivo. Admitía haberse quedado mirándole pensando en lo guapo que era, no solo de cara y cuerpo, apesar de su actitud fría al principio Felix había conseguido ganarse la amistad del mayor rápido, descubriendo la verdadera personalidad de Hyunjin. Hwang era alguien muy agradable y amable, también era gracioso y dramático. Sentía como se preocupaba por los demás y eso a Felix le parecía adorable.

la casa de los indeseados || hyunlixWhere stories live. Discover now