O15

4.5K 673 554
                                    

Felix no podía dormir.

Sentía en su pecho una presión que le mantenía despierto. Un gran presentimiento, una corazonada que le susurraba al oído que algo iba mal. Que algo iba a ir muy mal.

Aplastó su rostro contra la almohada y suspiró con frustración. Odiaba sentirse así, odiaba no entenderse a sí mismo. ¿Por qué su mente le decía esas cosas?

Suponía que era el estrés. Que te digan que quieren matarte daba miedo. Sentir como si una pistola apuntara a su nuca todo el rato, que con solo apretar el gatillo diría adiós.

Pero por mucho miedo que tuviese sabía que sus problemas de dormir no se relacionaban con la muerte. Aquel susurro que le hacia presentir qué cosas malas pasarían no se refería a su muerte. Era otra cosa.

Una advertencia que no solo le incumbía a él.

Se sentó en su cama y miró a su compañero de habitación. Jisung, al contrario que él, se encontraba profundamente dormido. No iba a molestarlo por sus problemas, todos ya tenían suficientes como para poner aún más peso con sus estúpidas predicciones sin sentido.

Miró a la puerta de la habitación, que si habría le llevaría al oscuro pasillo.

¿Por qué sentía tentación de abrirla y cruzarla?

Sentía una curiosidad sin sentido. No sabía por qué pero su cabeza le empujaba a salir, como si la respuesta a una pregunta que ni siquiera había logrado plantearse estuviera ahí. Esperando con una tacita de té para liberar su mente.

¿Estúpido, no?

A veces comentemos estupideces, y Felix sentía con todo su ser que debía cometer aquella estupidez.

Se levantó con fingida firmeza y se dirigió a la salida de su dormitorio. Abriendo la puerta con delicadeza para no despertar a su compañero, que no tenía culpa de su absurda curiosidad.

Al salir miró primero a la derecha, en dirección al comedor. No se veía nada por la oscuridad.
Giró su cabeza hacia la izquierda, ¿por qué estaba la entrada alumbrada? Se veía el pequeño destello de luz en el fondo del profundo corredor.

-¿Felix? -el nombrado dio un pequeño salto del susto, se giró bruscamente para ver quien estaba a sus espaldas. Se relajó en seguida al ver que era el profesor Taemin. -¿Que haces despierto tan tarde?

-Eh... No podía dormir. Y se sentía extraño, como si mi cabeza me dijese que no debía dormir. -Felix habló mientras miraba al mayor, quien asintió repetidas veces con su cabeza.

-Me pasaba lo mismo, por eso decidí salir también. ¿Tienes clarividencia? Yo si, por eso me preocupé al sentir esa negatividad. Pero no vi nada claro.

-¿Clarividencia...? No lo había pensado... -Felix pensó en momentos donde pudo haber dado indicios a la habilidad. ¿La pesadilla...? No, era mejor pensar que eso fue solo producto de su imaginación. -Creo que esta es la primera vez que me ha pasado.

-Bueno, de todas formas vamos a mirar. Tal vez logramos calmarnos. -Taemin sacó su teléfono y comenzó a escribir algo, Felix no quería ser grosero pero no pudo evitar preguntar:

-¿A quién escribe?

-A Chaerin. Seguramente se despierte con el sonido del mensaje, tiene sueño ligero. Es mejor avisarla de estas cosas, mi clarividencia suele ser propensa a cumplirse. Esperemos que este no sea el caso, los malos presentimientos son malos.

Ambos caminaron lentamente por el pasillo, en completo silencio. Trataban de escuchar algún sonido extraño o delatador pero lo único que se oía era el sonido de sus pies al caminar.

la casa de los indeseados || hyunlixWhere stories live. Discover now