Capitulo 1: Tierras desconocidas

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[Año 1260]

No sabia cuanto tiempo había pasado desde que abandono su antiguo pueblo, atacado, quemado, asesinados y esclavizados por esos malditos seres sin honor que se hacían llamar "Caídos" pero si de algo tenia seguro es que entrenaría hasta por fin volver a encontrarse con aquellos que lo condenaron a esto. Mis padres me pusieron a remar un pequeño barco mientras me pedían por favor que no mirase hacia atrás, lo ultimo que tuve de ellos es una katana que forjaron con todo el esmero y esfuerzo para que el algún día liderase al gran ejercito de su gran tierra, pero gracias al gran ataque sufrido a si hogar ese dia jamas llegaría.

Cuando la niebla se apodero de los mares y cubrió toda vista a mi tierra natal me senti con un enorme por pavor y miedo, sintiendo que mis padres lo habían dejado para siempre pero al ver la hoja afilada vio una pequeñas manchas de sangres separadas. Una mas pequeña que la otra pero entendí de alguna manera que aunque tal vez mis padres habrían muerto ya, ellos estarían conmigo por el resto de mi vida.

Tenía 14 años en ese momento y sin darme cuenta llegué por primera vez a tierra mientras dormía plácidamente en mi bote abrazándose al arma entregada por sus padres con gran apego, al despertar después de tanto navegar había llegado a una isla la cual parecía no poseer ningún tipo de civilización a la vista y me establecí rápidamente en la playa de esta. El lugar parecía muy tranquilo pero por el momento decidí únicamente quedarme como un pesquero en la playa, meti mi bote a las arenas de playa y dandolo vuelta lo arrastre hasta una de las entradas del bosque, le hizo una aberturaque usaría como entrada para tener una base temporal.

Durante mi primer mes en la isla pescaba lo justo y necesario de comida que venia del mar pero me daba cuenta de que pronto necesitaría otra fuente de alimentos a la que recurrir, la monotonía de comer pescado todos los dias me daba aburrimiento. Por primera vez me adentre al bosque en busca de frutas o algún pequeño animal al que cazar. Hubo bastante suerte acerca de las frutas e incluso unos pocos vegetales, sin embargo con los animales no apareció ninguno pero igualmente lo considero un éxito de expedición.

Sin embargo mientras volvía a tierra me encontré con algo que llamo mi atención bastante y era un gran pilar negro que era iluminado por el radiante sol que lo lleno de curiosidad, al intentar acercarme choqué un muro invisible. No entendía bien qué era lo que tenía enfrente en aquel entonces, como era esto posible eso  pero decidi que por el momento que no sea mi curiosidad no sea lo que lo lleve a una muerte desconocida.

Después de unos días de eso, comencé mi arduo entrenamiento con la espada y a su vez también uno para mejorar su cuerpo flaco y débil para intimidar a los enemigos que tendría en un futuro con su sola presencia física. 

'Tras pasado 4 meses mas, el joven Issei ya había sacado algo de musculo pero donde mas se concentraba era en su dominio de la katana sin embargo se sentía limitado al estar simplemente solo y sin nadie con quien practicar en esta isla. Un día sin embargo eso cambiaria cuando mientras buscaba nuevamente algo de carne, localizo a su primer presa viva, era un imponente y majestuoso ser de 1.60 metros de alto y 4 de ancho, con su gran melena que le llegaba hasta sus patas trasera de color dorado y a la vista del joven era una criatura bella pero entendía algo muy sencillo, tarde o temprano el iba a ser cazado por el cazador si no actuaba a tiempo'

...

Miraba desde un árbol a la gran criatura dormir entre las malezas tranquilamente mientras me preparaba para iniciar el ataque en contra de esta presa pero antes de hacerlo decidí estudiarla un poco, primeramente había hecho un repaso mental de todo lo que había sobre el comportamiento de este animal.

La primera vez quise simplemente medir su fuerza, al lanzar una roca contra un árbol detrás de el al instante el árbol fue partido en dos al instante a una velocidad aterradora que casi me hizo replantearme dejarlo simplemente en paz y con suerte me dejaría también a el tranquilo pero rápidamente ignore ese pensamiento por completo y seguí adelante.

Issei: La espada infinitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora