La katana, el mas preciado recuerdo de su amada familia que el recuerda hace siglos murió y el lleva varado aquí en esta isla llena de grandes peligros pero el día que salga de ahí definitivamente, todo lo conocido temblara ante su gran filo.
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CC...
Ambas jóvenes demonios se encontraban durmiendo tranquilamente, era una noche calmada en el santuario con una luna llena alumbrando el lugar.
Issei estaba mirando al propio astro apuntándole con su arma y se mantenía en silencio, sin soledad fue interrumpida al escuchar unos pasos.
-¿Por que estas despierto a esta hora? -la Miko preguntó, cargando consigo su almohada mientras bostezo.
-... Lo siento, Miko-sama es solo que-
-Tranquilo, no fue tu culpa que Sona recibiera tal daño -se sentó al lado del castaño- no debes tomártelo a pecho, ella no te culpa por su error
-... *suspiro*... la iglesia, ¿que opinas de todo esto?
-Para serte sincera Issei, no encuentro algún motivo el porqué los seguidores de dios entrarían a territorio demonio... -mirando a la luna- pero según tu reporte, sin duda alguna debe ser esa monja la que esta detrás de todo esto. Los caídos no respetan los acuerdos impuestos por los líderes de su propia facción con otras.
-... ¿tengo permitido matarla?
-No, su sentencia será dicha cuando sea enjuiciada -mirando seriamente al castaño- esa medida, solo la puedes llevar a cabo si ella se resiste... -sonrió al ver la cara de decepción de Issei- pero, sus camaradas son de 0 importancia
-Eh bueno yo... -parecía avergonza de mostrar su decepción ante la Sacerdotisa.
-Jeje, eres un buen inquilino Issei -dijo la Miko, acercándose al árbol de sakura más grande enfrente de ellos.
De repente, una luz rosada imbuyo a la pequeña zorra y empezó a crecer mostrando una figura humana. El brillo desapareció en un parpadeo y mostró el cabello rosado de la persona, vistiendo un traje de Miko, y mostrando un rostro hermoso y cautivador sonriente.
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-¿Miko-sama?...
La mujer sonriente se acercó al castaño, sentándose a su lado.
-Supongo que te debo respuestas por mentir -invocando un pequeño círculo mágico del cual salió un papel arrojado, al abrirlo mostró que era el póster de Serafall- ¿Es linda verdad?
-... no puedo decir que no lo es
-Jeje me gusta tu sinceridad... sus padres no lo eran tanto, sus lenguas eran hábiles por encima de todo para mentirles a todos. La realidad era que ella sí llegó a ser una Idol sabes?... su carrera corta pero brillante fue borrada, pero el asesinato se perpetró esa misma noche en la cena familiar. Un vasallo del infinito disfrazado de un sirviente, asesino al amado de mi señora
