Capitulo 27: Nekomata

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Issei miraba el techo de su habitación, había pasado ya tres meses desde que volvió a tierras civilizadas y su vida no podía haber ido mas para arriba como nunca, amaba estas tierras donde no era atacado cada dia por un monstruo diferente sin ningún motivo aparente mas que ser comida.

Lo máximo que llegaba a enfrentarse eran demonios callejeros, débiles y cobardes así que prácticamente no había ningúna amenaza haciendo que se aburriera a veces de la monotonía de sus días pero a le vez se sentía agradecido. Nunca más tendría que estar al borde de la muerte a cada rato.

Paseaba por las calles de la ciudad con un rumbo fijo mientras miraba su billetera y contaba el dinero que Rías le había dado a escondidas, resulta que todo el dinero que Miko le prestaba lo gastaba casi en un solo día en compras inútiles y gachapones.

Sona al enterarse de esto se negó a prestarle dinero, en cambio Rías resultó que al igual que el eran unos adictos a esas máquinas quita dinero.

Apostaba el dinero suyo que conseguía haciendo trabajos rápidos y sencillos, y el dinero de Rías en los gachas solo por un motivo... ¡El súper mono azul y cabello largo rubio con alas de angel!

...

En la entrada del lugar, con el sol ya ocultándose, Issei miro su bolsa llena de esferas con figuras y ninguna era amarilla... Si cara estaba totalmente inexpresiva, gasto todo el dinero que tenía y no lo consiguió.

-Esto... Es demasiado frustante -dijo Issei, aun se mantenía inexpresivo pero una pequeña lágrima salió de su ojo- te odio, maldito gacha

-Perdone, ¿Es usted Issei? -pregunto una voz fémina con un tono extremadamente serio desde atrás de el.

-... -rapidamente se seco la lágrima y miro para atras- ¿Quien pregunta?

Detrás de el, se hayaba una monja y esto ya le empezó a sonar de algo pero esperaba que no fuera lo que pensaba.

-Mi nombre es Griselda, vine desde muy lejos para visitar a una persona... ¿Hace falta que diga su nombre?

-... Damocles, ya no se encuentra en esta ciudad, se fue lejos de aquí... Ahí lo tiene, adiós

Apesar de querer marcharse lo más rápido posible, Griselda lo detuvo colocando su mano en el hombro de Issei impidiendo que se marchara del lugar.

-¿No me dirás a dónde fue, verdad?

-Ni siquiera yo lo sé, lo último que me dijo esa paloma-

-¿Paloma? -su tono serio paso a uno con más agresivo.

-... (Hablé de mas) -dijo en su mente- Si, una rara paloma solo se acercó y me dejo una nota dejandome en claro que sigue viva y cumplió su objetivo... Y también en la nota dejo en claro algo

Issei sabía que en cualquier momento alguien de la iglesia vendría a visitar la ciudad en busca de información sobre Damocles, pero ella sabia que perfectamente esto y en vez de mandarle una nota le envío dos notas en caso de que busquen saber más.

-¿Tienes la nota a mano?

-Si

Griselda miraba en todo momento la mano de Issei, sin perderla de vista ante un posible engaño o ataque y al ver cómo si saco esa nota de la que hablaba sintió alivió. Se la entrego a la monja y está última empezó a leerla detenidamente, viendo cada pequeño e insignificante detalle.

-... -con sus manos temblando de la rabia, Griselda recupero la compostura y con una sonrisa en su rostro, rompió la hoja sin dudarlo- "He decidido exiliarme de todo lo relacionado a la iglesia, o mejor dicho, no volver a ser parte de ella jamás"... Gracias por su ayuda, Issei

Issei: La espada infinitaWhere stories live. Discover now