Capitulo 2: El Pilar

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[Año 1280]

Mas de 20 años pasaron tras la llegada del castaño a la isla, entrenando incansablemente hasta forjar finalmente un cuerpo perfecto y perfeccionar su técnica con la katana hasta el cansancio pero el mismo se dio cuenta que aunque el tiempo pase el sentía como si estar en esta isla fuese como estar atrapado una eternidad en este lugar. Cada vez que exploraba mas y mas los bosques de las islas mas criaturas extrañas descubría a las cuales varias se enfrentaban en un duelo a el, terminando en su cuerpo con varias cicatrices pero ganando mas poder para enfrentar a sus futuros enemigos.

A su vez se la pasaba leyendo el libro una y otra vez para desentrañar todos sus secretos hasta el mas mínimo detalle que se le escapara, esta isla antiguamente era habitada por el llamado Imperio Infinito, el cual giraba en torno a la llamado Ophis la cual según ellos era una diosa bondadosa en su tiempo pero debido a las incontables blasfemias que su pueblo osaron cometer en su contra.

Issei quería saber verdaderamente que fue lo que paso en aquel tiempo pero desde una perspectiva totalmente distinta, viéndolo desde el punto de vista de la supuesta diosa pero asumió que seria algo imposible ya que un dios no caminaría entre mortales así como si nada pensó y pensó pero por el momento lo dejaría de lado y se centraría en irse de la isla. Las mareas eran tranquilas por ese momento pero se sentía inseguro de que tal vez puedan atacarle o posibles enemigos o la misma naturaleza, por el momento solo intentaría hacer una balsa improvisada con los materiales que se encontrase para ver si al menos era rentable intentar pero tras varios intentos todo terminaba en lo mismo. Las balsas simplemente no daban para mucho y se destruían a los pocos minutos.

Por el momento tomo la decisión de dejar esto de lado y centrarse mas en su propia supervivencia, camino hacia la cueva donde estaba viviendo ya desde hace bastante tiempo pero manteniéndola siempre en un buen estado pero constantemente recibía bastantes ataques de parte de los osos los cuales parecían no parar de venir jamás, ya se había acostumbrado bastante a lidiar con todos y cada uno de ellos. Eran una amenaza a la cual siempre vigilaba para saber sus movimientos pero había algo mas que le atacaba, pero siempre se terminaba escapando de su combate solo para volver mas fuete y amenazante que antes.

Al llegar a su nuevo hogar, lo vio parado ahí mismo comiendo la cabeza de uno de esos osos que tanto molestaban. El le devolvió la mirada, era una verde y poderosa depredadora de la naturaleza. La mantis, hasta la fecha tal vez su presa mas resistente de todas.

-Ha pasado un tiempo, Mantis -saludo respetuosamente a su enemiga.

-Lo mismo pienso mi querido alimento, ya va siendo hora me dejes devorar tu exquisito cuerpo ¿no lo crees?- pregunto con un tono burlón.

-Antes prefiero el seppuku que entregar a ti -respondió con toral calma.

-Los humanos tienen un sentido del humor tan bueno -hablo burlonamente.

Hubo unos momentos de silencio antes de que Issei desenvaino rápidamente su katana para detener un ataque directo a su cara de parte de la mantis, se miraron fijamente durante unos segundos para luego ambos dar un salto hacia atrás y caminar lentamente uno alrededor del otro para esperar el inevitable primer ataque.

Rápidamente la enorme mantis para atraparlo con un fuerte agarre para luego ir a morder el cuello al chico pero este ultimo rápidamente hizo un corte desde su pecho hasta su frente, la mantis rápidamente se alejo de su enemigo pero Issei no dio perdón a los errores de su enemigo. Grata fue la sorpresa al ver como otro ataque se acercaba desde su derecha, rápidamente intento desviar el ataque pero fue levemente cortado cerca de su ojo y al parpadear mientras retrocedía vio que era otra mantis.

Issei: La espada infinitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora