Capitulo 12: Una vida que desear

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Issei miraba asombrado todo lo que tenia enfrente suyo, un lugar que desprendía grandes colores en forma de luces, grandes cantidades de personas transitando por las calles o con miradas muertas, de alegría o totalmente borrachos y tirados en el suelo riendo o vomitando. Su primera impresión sobre el actual estado del mundo no fue precisamente la mejor, su asombro se debía a lo desagradable que se sentía el ambiente.

-Debe de perdonarlos -Grayfia hablo, sacando al castaño de su mundo- el choque debe ser muy fuerte, la humanidad ha avanzado a grandes pasos mientras usted estaba en su encierro

-Lo entiendo perfectamente Grayfia, pero aun así no entiendo como es que... todo cambio 

-... vamos, lo llevare a conocer a su nueva vivienda -tomándolo de la mano para reanudar su caminata

Habían pasado un rato caminando por las calles de una ciudad llamada Kuoh, ubicada en Japón un pais que le recordaba a su antiguo hogar. Durante esos años en el pasado su gente había sido ayudada por los japoneses y hubo bastante intercambio de cultura entre ambos, especialmente lo que el mas apreciaba era la katana y las leyendas de poderosos guerreros capaces de hacer cosas imposible... y tras conocer lo sobrenatural ya no le parecían tan imposibles.

Paso el tiempo hablando de su antiguo hogar y familia con Grayfia, ella lo escuchaba atentamente cada palabra y de vez en cuando se reía o asentía mientras lo guiaba hasta que llegaron a su destino fuera de la ciudad había unas escaleras que conducían aun templo cercano. Ambos siguieron caminando hasta llegar a puertas del templo, Issei miraba el lugar con cierta curiosidad y algo de nostalgia al ver la arquitectura le recordaba a su hogar.

Al final del día su hogar no era tan diferente al de su pais vecino Japón, este lugar se sentía como estar en casa de nuevo sin embargo sentía que la antigüedad de este templo no era tanta en comparación a los años que vivió el, dejando escapar una pequeña risa.

A pasos de llegar la entrada Grayfia se paro en seco e Issei se detuvo al verla parada y antes de poder preguntar vio al frente, una extraña criatura mórbidamente musculosa con varios brazos y piernas, su piel era roja como la sangre además de estar cubierta de esta tenia varias heridas y quemaduras. Sin embargo lo que mas destacaba era su gran boca y fauces que devoraban sin piedad aun pobre diablo que estaba tirado en el suelo, y peor aun con vida.

Los ojos del diablo miraron a los dos recién llegados y desesperado solo pudo pronunciar unas bajas y débiles palabras.

-Ayuda...

La criatura al estar mas cerca escucho el pedido de la persona a lo cual respondió con un mordisco en su cuello, y sin embargo el aun estaba vivo mirando a Grayfia e Issei con esperanza de salir de esta situación. La cosa noto la mirada de del diablo y miro en su dirección encontrándose con los recién llegados.

Issei miraba la escena aun en shock sin saber que hacer y sin embargo no tuvo que ni pensarlo, su cuerpo mismo por acto propio tomo su espada y se lanzo atacar cortando la cabeza del monstruo sin muchas complicaciones. Cayendo esta ultima muerta al suelo, dejando impresionada a la sirvienta que no esperaba tal velocidad del castaño.

Grayfia se acerco rápidamente al aun vivo demonio tirado en el suelo e intento sanar inútilmente sus partes faltantes del cuerpo, este ultimo aunque débil empezó a escribir en el suelo con un dedo las palabras "El cuervo monje". Luego de hacer eso fue por un instante en que tanto Issei como Grayfia vieron como moría definitivamente enfrente de ellos aquel diablo, sufriendo hasta el final en una muerte lenta y agónica.

-¿Quien era el? -pregunto Issei.

-El era uno de los vigilantes del territorio, específicamente de este viejo templo... -respondió Grayfia mirando a sus alrededores e intentando buscar una fuente de magia cercana, sin tener resultados- "El cuervo monje" creo que es bastante obvio a que se refería

Issei: La espada infinitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora