Capítulo 26 "Me necesitas"

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La velada de la señora Mei Astor se había convertido en el evento social de la temporada. En el término de tres semanas, el salón se había transformado en una versión en miniatura del palacio de Versailles. Como era de imaginar, la dama se vestiría de María Antonieta; incluso su marido Backhouse le había comprado un conjunto de joyas que habían pertenecido a la famosa Reina de Francia.

No obstante, Hinata no tenía muchos deseos de asistir. Sólo iría para despedirse del duque y para ver las expresiones estupefactas de los Cuatrocientos cuando anunciara el compromiso con la descastada de Karin Uzumaki.

Era casi seguro que el duque anunciaría el compromiso. En la semana pasada, Uchiha había estado todo el tiempo con Karin. Hinata los había acompañado en los paseos por la ciudad, suponía que Karin se encontraba con Uchiha durante los paseos por el parque, y no tenía dudas de que estaban tan enamorados como Menma y su ángel caído.

Menma había sorprendido a todos con la muchacha irlandesa. Ni el joven ni Tanahi admitían que fuese posible un romance entre la empleada y el patrón, aunque cualquiera que los observara se daba cuenta. Todavía Tanahi no trabajaba en la casa, y disfrutaba de toda clase de lujos. Shivhan tenía un moisés con moños de satén rosado, un ajuar de fina tela irlandesa cosido por las monjas de St. Brendan y, lo más absurdo de todo, una niñera que Menma exigió, explicando que Tanahi estaba demasiado débil después del parto para cuidar a la pequeña.

Eso no era cierto. Tanahi estaba fuerte y saludable: tenían que amarrarla a la cama para que no se levantara y comenzase a trabajar. Era obvio que estaba desesperada por compensar al hombre que las había salvado a ella y a la hijita, y muy avergonzada por los regalos y las atenciones de Menma. Hinata sospechaba que incluso Menma la asustaba. Aunque Tanahi lo veía como a un héroe, no confiaba del todo en él. Y cuanto más dudaba, Menma dejaba caer sobre la muchacha una lluvia más grande de regalos para disipar esas dudas... con lo que sólo lograba aumentarlas.

Hinata apretó los labios. No sabía cómo terminaría esa relación que parecía estar floreciendo entre Menma y Tanahi. En cualquier momento, el cuñado podría volver a su antiguo comportamiento y, sin embargo, Hinata no lograba imaginarlo. El nacimiento de Shivhan lo había cambiado. Luego de la experiencia en el ascensor, parecía mirar a las mujeres bajo una luz distinta. Había visto de cerca cuánto sufrían, y también la fuerza que tenían. Ahora contemplaba a Tanahi con un respeto que Hinata nunca le había visto demostrar por ninguna mujer.

-Señora Uzumaki, el coche está listo. - Anunció Whittaker entrando en el cuarto, e interrumpiendo los pensamientos de Hinata.

Hinata ya estaba preparada, vestida con el traje de viaje azul, el que siempre usaba cuando iba a Brooklyn. Había estado tan metida en los problemas de Menma y de Karin que olvidó los propios.

-Gracias, Whittaker. -Dijo, y si bien dudaba de que a alguien le importara, en particular al dueño de casa que la había ignorado desde que volvieron del baile, agregó-: Si alguien preguntara, volveré para la hora de la cena.

-Muy bien, señora. -Whittaker sostuvo la puerta y vio a la señora cruzar el vestíbulo, y pasar junto a la estatua de hierro fundido de Cupido, que estaba en actitud de lanzar la primera flecha. El anciano mayordomo la acompañó hasta el coche y luego volvió a entrar en la casa. Volvió a cruzar el vestíbulo, pasó ante Cupido, y se detuvo ante la puerta abierta de la biblioteca.

-Señor, salió con el traje azul: .sin duda, va a Brooklyn. Me tomé la libertad de disponer de su propio coche.

Con una expresión lúgubre, Naruto tomó el bastón de endrino, y salió hacia Brooklyn.

-Señora Uzumaki, su hermana no está bien. Le pido que regrese a Manhattan. Cuando esté en mejores condiciones de recibir visitas, le enviaremos una nota. - La enfermera Guren apretó los labios finos y miró con fijeza a Hinata.

Naruhina: Amor y Castigo Where stories live. Discover now