Capítulo 8

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Mile se sacudió ante el llamado de su nombre. Cuando su vista logró enfocarse, lo primero que vio fue el rostro impasible de su hermano mayor. Man tenía el ceño fruncido en una mueca de desaprobación.

Bueno, al parecer le había estado hablando por bastante tiempo, pero él tenía la cabeza en otro lugar. En los últimos meses su vida había vuelto a la normalidad, iba del trabajo a la casa, paseaba a su perro, Jeff lo iba a ver de vez en cuando y...eso era todo.

Debería sentirse aliviado, maldición debería estar extasiado de que todo estuviera saliendo tan bien en la empresa, pero desde que él estableció ciertos límites con Apo algo se sintió vacío en su pecho.

No es como si se hubiera enamorado del tipo o algo por el estilo. Tenían buen sexo, un montón de sexo alucinante incluso para él, la química era buena, se llevaban bien pero hasta ahí. Mile no estaba especialmente entusiasmado por meterse en una relación tan complicada que tenía un enorme cartel neon parpadeando desastre.

Apo era uno de sus socios comerciales, era el mejor amigo del novio de Jeff y para colmo estaba encaprichado con él. Mile no creía que Apo estuviera enamorado realmente, fue prácticamente imposible contando que solo había conocido a Mile por tres semanas antes de comenzar a follar.

El propio Mile meditó sobre sus acciones precipitadas y poco inteligentes. Ni siquiera sabía cómo había surgido la atracción hacia Apo. Bien,el tipo era molestamente atractivo, una cara demasiado bonita para ser hombre, se dijo Mile, pero difícilmente podría confundirse con una mujer, obviamente no tenía tetas ni un coño.

Mile pensó que si Apo fuera una mujer todo habría sido más sencillo de asimilar. No es que él fuera homofóbico, pero sentía simplemente mal estar en una relación con un hombre. Qué hipócrita de su parte fue pensar eso, más cuando tuvo su polla en uno.

Mile desvió esa línea de pensamientos, recordar ese error no lo haría sentir en paz consigo mismo. Quizás fue la actitud confiada y prepotente de Apo lo que le llamó la atención más que su propio físico. Nunca había conocido a alguien tan confiado en sí mismo como para perseguir a una persona que sabía que sería imposible conseguir. Al parecer, Apo sabía que tarde o temprano caería.

—Mile, te estoy hablando—Man chasqueó los dedos frente a su rostro—

—Lo siento—Mile sacudió la cabeza —

—Has estado muy distraído últimamente —Man comentó, y luego dio un largo trago a su cerveza —Incluso mamá y papá lo notaron —

—Es el estrés del trabajo —gruñó Mile—No es nada—

Man estrechó los ojos y se recostó en el cómodo sofá.

—¿Estás seguro de que es solo estrés?—

—¿Qué estás insinuando?—Mile lo miró con cautela —

—No te he visto salir con nadie en meses hermano, has estado deprimido y recluido en este pent house demasiado tiempo. ¿No crees que es hora de seguir adelante?—

Mile se mordió el interior de la mejilla con fuerza. Él sabía que Man tenía razón, su vida se había convertido en la mierda que era por su culpa. A pesar de que se dijo a sí mismo que estaba bien, que hizo lo correcto al romper esa relación tóxica en la que estaba, no logró salir de su depresión.

Había estado casado casi diez años, no es algo que se pueda superar tan fácilmente. Quizás...quizás debería buscar otra pareja, así sus días serían menos solitarios.

—Es verdad —admitió Mile, jugando con el papel arrugado de su propia botella —

—¿Lo es?—Man alzó las cejas sorprendido por el cambio de pensamiento de su hermano—

Dulce Secreto// MileApo +18Where stories live. Discover now