Capítulo 20

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Bueno, Mile podía decir con seguridad que los padres de Apo eran muy agradables. Lo acogieron como si fuera otro hijo de la familia. No fue tan incómodo como pensó a la hora de presentarse formalmente.

—Eres muy guapo, hijo—dijo la madre de Apo—Pareces un modelo. Aunque nunca dudé del buen gusto de mi bebé—

Apo casi se atora con su copa de vino. Mile solo podía sonrojarse y sonreír amablemente. Desde que llegó solo fueron palabras de cariño y aprecio hacia él a pesar de no conocerlo, a pesar de saber todo el drama que estaba viviendo Apo por culpa de él.

Mile se sintió  repentinamente avergonzado. Estaba haciendo sufrir a Apo desde que empezaron y, sin embargo, su familia lo recibió con los brazos abiertos.

—¡Mamá!—Apo abrió los ojos graciosamente—

—Gracias, señora—dijo Mile con un tono divertido—

—Bobadas, puedes decirme madre también. De todas formas llevas casi un año con mi hijo—la señora Wattanagitiphat agitó la mano—

—Sí, Mile—esta vez fue Nat quien habló—Ya te consideramos parte de la familia. Ahora eres mi hermano también—ella le sonrió—

—Muchas gracias por tan cálido recibimiento, yo...—Mile miró a todas estas personas tan maravillosas sentadas a su alrededor—No tienen idea de cuánto significa para mí—

—Las puertas de esta casa siempre estarán abiertas para ti, hijo—dijo el padre de Apo—

Apo entrelazó sus dedos con los de Mile y ambos se miraron con una sonrisa relajada. Apo no podía estar más agradecido con su familia por aceptarlo como era y siempre dar una cálida bienvenida a sus parejas, ya fuera un hombre o una mujer.

No les importaba su etnia, si eran adinerados o no, ni siquiera si sus trabajos eran menos remunerados que el de Apo. Siempre mostraron apoyo y respeto hacia ellos, Apo no quería más que eso.

—Nat, hija, deberías seguir adelante tú también. Eres joven y bonita, no es bueno solo pensar en el trabajo—Apo miró a su hermana y esta casi lo asesina con la mirada. Los padres de Apo se miraron con sospecha—¿Qué sucede?—dijo su padre, estrechando los ojos—

—No es nada, papá—Nat se metió un pedazo de pastel en la boca. ¿Por qué no acababan de servir el maldito té?—

—Apo...—la señora Wattanagitiphat miró a su hijo—

—No sé nada mamá—Apo se encogió de hombros. Mile era el más confundido, todos parecían tener un código familiar por el que se estaban comunicando y él no entendía nada—

—Natmira Wattanagitiphat, habla—su padre la miró a los ojos—

Nat se congeló a medio masticar. Estaba evitando a toda cosa cualquier tipo de contacto visual en la mesa.

—Bien, hace un tiempo estoy... saliendo con alguien—dijo Nat neutralmente—

Hubo un largo silencio.

—Cariño, eso es fantástico—su madre tomó su mano—¿Pero por qué tanto misterio?—

—Es John Travers, el socio de Chiangmai—soltó demasiado rápido y todos se congelaron—

—¿El extranjero?—su padre de rascó la barbilla, pensativo—

—Sí...—Nat se desinfló un poco al ver tanto silencio—Él me gusta en serio, vamos en serio. Ambos somos bastante mayores como para perder el tiempo en tontear—

—Amor, estamos felices por ti—su mamá la abrazó—Solo estamos sorprendidos. Nunca le diste una segunda mirada—

—¡Yo lo hice!—Nat sonaba ofendida, y Apo soltó una carcajada—

Dulce Secreto// MileApo +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora