CAPITULO 9

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Al día siguiente, Samanta despertó temprano.

Draven dormía a su lado,solo en bóxer aunque la noche anterior no había pasado nada entre ellos.

Ella, recorrió su espalda expuesta que también estaba tatuada con sus dedos.

Luego, se levantó y fue al baño, hizo lo que todas las mañanas hacía, sin en cambio, esta vez, decidió bañarse, aunque eso, lo llevaba a cabo de noche.

No quiso despertar a su jefe que seguía durmiendo, después de colocarse la ropa, por lo que, salió sin hacer ruido.

Aun era de noche, faltaban dos horas para la salida del sol, solo que ella, estaba ansiosa.

Por eso, recorrió abrazada por la oscuridad, aquella casa.

Algunas puertas estaban abiertas, por lo que aprovecho a observar, por curiosa.

Así encontró un piano en una de ellas, y la biblioteca en otra.

Al revisar nuevamente otro cuarto, descubrió una cama desordenada, libros y ropa. Claramente le pertenecía a alguien, por lo que decidió salir de allí, pero al darse vuelta se encontró a Aira detrás de ella.

-Lo siento... yo- intento decir.

-No te preocupes... sinceramente siento que el hecho de que estés aquí, es un claro cumplido del universo...

Aira, era demasiado serio.

Samanta no pudo evitar compararlo con su hermano que si bien tenía momentos de mucha seriedad, se caracterizaba por su sarcasmo y burlas.

Aira, era igual de misterioso que su hermano, pero a Samanta le traía más calma que Draven.

-¿Del universo?- susurró ingenua.

El hizo una mueca.

Su conversación se vio interrumpida por la ama de llaves.

-Aira, aquí te traje...- Ella se puso pálida al ver a Samanta allí. -¿Qué sucede aquí?.

-Nada mamá... -Aira intento agarrar el plato pero su madre, enojada lo tiro al suelo.

Samanta pegó un leve salto por el susto.

-¡Cómo se te ocurre estas a solas con una mujer asi!...

Samanta se molesto por el tono despectivo que uso.

-Señora me respeta que tampoco estábamos haciendo nada malo.

-¿Qué mujer decente está en una habitación con un hombre a solas?... conozco bien a las mujeres como tú, después dicen que son abusadas para sacar dinero y arruinar la vida de los hombres.

Aquél comentario hizo que Samanta se enojará aún más.

-¡Cuidado con lo que dice! Sus creencias estúpidas y usted se pueden ir a la mierda...

-Samanta deja de gritar ahora mismo- Draven apareció justo en aquel momento.

Ella, hizo silencio, caminando hacia él.

-Ella dijo cosas de mi- Samanta esperaba que el, le llamará la atención o algo así.

-Ven...

Samanta lo siguió pero visiblemente molesta.

Ingresaron a la habitación y él cerró la puerta.

Ella, de inmediato comenzó a contarle lo ocurrido.

-¿Qué hacías en su cuarto?- Inquirió Draven.

-Ya te lo dije, entre de curiosa pero Tu hermano no estaba, fue cuando iba a salir que llego.

-Vaya, que conveniente para ti...

-¿Qué dices?...

-Samanta - suspiró Draven- no me importa con quien te vayas a la cama, solo eres mi pasante, ni siquiera empleada... pero no voy a permitir que te rías de mi...

-Cuando tuvimos sexo, parecía otra cosa...

-Cuando estoy excitado puedo hacer o decir cualquier cosa contar de hacer lo quiero...

Samanta se quedó callada. Aquellas palabras le habían dolido.

********

A media mañana Draven bajo a la sala, sin decirle nada a Samanta quien se mantuvo en la habitación leyendo un libro.

Sucede que entre la conducta de la familia de Draven y él que la ignoraba por lo ocurrido, prefería evitarlos a todos.

Sin en cambio, ya habiendo pasado el medio día, no daba más del hambre que sentía.

Se cuestionaba sobre por qué nadie había subido a avisarle del almuerzo y no sabía si era correcto bajar o seguir esperando.

Pero luego, decidió bajar. Para sorpresa de ella, todos ya habían almorzado, aunque en la sala/comedor, no estaba toda la familia, en la mesa, habían restos de lo que había sido el postre.

La ama de llaves, la observo con mala cara, el padre de Draven igual y la madre, simplemente la ignoro, mientras hablaba con otra chica.

Draven por otro lado, también la ignoro, se veía muy agusto charlando con la misma dama.

Ella sin duda era preciosa, pero Samanta no la había visto nunca. O si, pero no fue hasta que ella volteo a saludarla y dijo su nombre que lo recordó.

-Hola... es un placer... soy Sol... - sonrió.

-Samanta...- pronunció ella.

Sol había sido novia de Draven, incluso llegaron a estar comprometidos, pero ella lo dejó por otro...

Samanta aprovecho que ya no le dieron más importancia, para ir a la cocina a buscar algo de comer.

Mientras lo hacia, observo por la ventana del lugar.

Afuera el día estaba nublado; el movimiento de los árboles le dejaba saber que corría viento...

A ella le encantaban los días así, sin embargo, había otro sentimiento que se estaba apoderando de ella una vez más: el de correr hasta desaparecer.

-¿Draven y tu pelearon?- la interrumpio Aira.

Ella reaccionó de inmediato.

-Nada grave...- respondió fingiendo.

-Por eso te ignora...- Aira hizo una mueca. -Lo vi desde las escaleras... van a salir a cenar, Draven la invito esta noche al pueblo. ¿Irás?.

-Sí, supongo que si... soy su esposa.

-Cenan en el parque de diversión, es un lindo lugar, yo trabajo allí.

-¿De verdad?, ¿Qué haces?.

-Soy uno de los que se disfrazan y asustan a la gente en la casita del terror.

-Ya veo... suena divertido...

-Lo es, sobre todo, cuando tenes la posibilidad de ser otra persona y no, el hijo extramatrimonial...

-Imagino que debe ser difícil para ti...

Aira suspiró. -Te acostumbras...

Samanta sonrió y volvió a mirar por la ventana mientras se llevaba a lo boca, una cucharada más de lo que estaba comiendo.

Fue ahí, cuando vio como Draven besaba con mucha pasión a su ex novia.

Sintió muchas cosas en ese momento, que la hicieron correr al baño de su habitación aún cuando Aira se quedó allí atónito y vómitar todo.

Había leído libros en donde después de una noche de pasión, él se enamoraba de la chica, pero en su historia parecía que ella cada vez le importaba menos a él.

-Ten...- le dijo una voz dulce, firme y misteriosa. -Limpia tus lágrimas con mi pañuelo, es de seda... suave para tu piel...

Aira la había seguido y entrado a la habitación sin que ella se diera cuenta, al final, mientras aún se abrazaba a la taza del baño, se le habían escapado varias lágrimas, aquellas que Aira vió y decidió intervenir...

ARDIENTE LUJURIA. Where stories live. Discover now