CAPITULO 22

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Draven le ganaba por mucho en fuerza a Samanta.

Por lo que no le fue difícil, estirar su mano y obtener de su mesa de noche, una fina cuchilla pequeña.

Samanta sacudía su cuerpo, intentando escupir la corbata.

Draven corto su ropa y cuando le quedó parte de su cuerpo libre, fue de apoco trazando un corte que pasaba por el medio de sus pechos.

Tras lograr que fluyera sangre, le paso la lengua.

–Tu sangre es deliciosa... Sammy...

De ella, escaparon un par de lágrimas.

De donde saco fuerzas, fue un misterio. Pero nunca dejó de moverse, hasta que pudo golpear su entre pierna con la rodilla.

Draven se quejo y dejo de tenerla presa con tanta fuerza.

Este corto lapso, fue suficiente para que ella pudiera quitárselo de encima y salir de ahí.

—Vuelve aquí Sam, eres mi maldita perra. — Dijo Draven, saliendo detrás de ella de inmediato.

Samanta llego a la puerta pero esta estaba cerrada, observo rápido a su alrededor pero no vio la llave.

Resignada, se giro. Draven ya estaba detrás de ella.

Samanta, fue un segundo más rápida, logrando tomar una jarrón que ella misma había llevado días antes y lo golpeó fuerte.

Draven cayó desmayado, por lo que Samanta suspiro aliviada.

Busco una remera limpia, entre sus cosas y se paró frente a Draven.

—Podría asesinarte ahora mismo— dijo aunque el no podía escucharla, por que estaba inconsciente. —Pero no tendría sentido... te ahorrarias tanto sufrimiento...

Samanta comenzó a buscar por toda la habitación.

Hasta que encontró guardada la "maquina" con la que le había hecho la broma del tatuaje.

La probó y vio que funcionaba.

—Se que era real, por sus agujas... supongo que primero la usaste sin tinta y luego... no lo sé — suspiro. —No sé cómo mierda hiciste la broma... pero te puedo asegurar, que yo no bromeo... yo arruino vidas...

Samanta le quito la camisa, dejando su torso a su merced.

Entonces, acomodo todo, para hacer el tatuaje.

Aunque era inexperta, se las ingenio esperando que saliera bien su plan.

Después de unos treinta minutos. En el pecho de Draven, se ubicaba el nombre de Samanta.

Ella quería que la recordará cada vez que se mirará al espejo, que cada mujer que estuviera con él, leyera su nombre y se preguntará ¿quien carajo es Samanta?.

Por que si alguna de ellas, se animará a hacer la pregunta, Draven diría "fue quien arruino mi vida".

Después reviso todas sus cosas, en realidad, lo hacía para verificar que todo estuviera correcto, ya que siempre había tenido acceso a su información personal.

Luego, hizo muchas compras por Internet y también movió mucho dinero a sus cuentas.

Al principio pensó en hacerlo, a una cuenta que no estuviera a su nombre pero luego, tras mirar un poco más a Draven inconsciente, se dijo a si misma que no importaba, después de todo, era su esposa.

Luego, suspiró.

Finalmente, la salida del sol la sorprendió despierta. Ni siquiera había hecho el esfuerzo de dormir.

Fue al baño, busco agua y le hecho en la cara a Draven, quien reaccionó de inmediato.

—¡Qué carajo!. — exclamo. Ella no se inmutó.

—Ya es hora de que despiertes— Dijo Samanta. —Hoy tienes una reunión por video llamada, con un cliente. ¿Recuerdas?. Se suponía que para este tiempo ya no íbamos a estar aquí.

Draven se sentó con dificultad, se tocó su cabeza por que le dolía, así, noto que estaba herido.

Luego se miró así mismo, descubriendo el tatuaje.

Se paso la mano, pensando que no era real.

—Ese si lo es... — Dijo Samanta.

—¿Me tatuaste tu nombre realmente?— gruñó Draven.

—Agradece que solo fue eso, me has hecho mucho más daño a mi.

Draven la miro, ella actuaba fríamente. Fue entonces cuando recordó la noche anterior.

—Sammy yo... lo siento... no quería hacerte daño... de verdad...

Draven se levantó, con dificultad como hacia todos los movimientos y se acercó a ella, quiso tocarla pero Samanta lo evitó.

—Realmente lo siento... yo...

Draven cayó arrodillado frente a ella. —Por favor perdóname.

—Debes estar listo, la reunión es dentro de una hora... en caso que no quieras estar presente, solo debes cancelarla tu mismo...

Samanta, lo dejo allí, y salio de la habitación.

—Samanta...— la nombro. —¡Sam!...

Pero ella, a pesar de escucharlo, no se quedó.

Draven, suspiro. Decidió que lo mejor sería, darse un baño y dejar que todo se calme un poco.

Así lo hizo, sin en cambio, mientras se vestía, Samanta entró nuevamente.

—Abajo te espera tu amante con su familia, dice que debes poner fecha de una ceremonia... — le dijo indiferente.

Draven, quiso agarrarla de inmediato, para evitar que se fuera.

—Sam por favor, vamonos... ya no importa nada... ni el dinero, ni el poder, nada... solo quiero que volvamos a la ciudad y seamos como siempre... no quiero perderte...

Samanta lo observo. Realmente expresaba frialdad en sus gestos. —A mi ya me perdiste Draven... te escucho y no puedo evitar pensar que eres un pésimo actor.
Le promestite a esa chica, mucho más de lo que a mi... lo dijo todo... presume orgullosa que será tu amante... me sonríe de forma burlona y se revuelca en las sucias promesas que le hiciste... ¿pensaste que ibas a formar una familia feliz a costa de mi?, ¡Ja, ja! Idiota... se hombre... se un maldito hombre y  enfrenta tus actos...

—Pero me amas... lo dijiste... no puedes hacerme esto... Samanta te lo pido por favor... perdóname... te necesito...

—No puedes darme lo que quiero Draven, irme contigo, fingir que nada ocurrió, sería un acto de bondad hacia a ti, y un acto de crueldad hacia a mi...

—Sam... — murmuró Draven, mostrando lágrimas en sus ojos.

—Te esperamos abajo... Aira también va a anunciar la fecha de nuestra ceremonia...

Samanta lo volvió a dejar solo.

《Esta bien, aun puedes recuperarla. No es que te va a dejar de querer de la noche a la mañana, por más idiota que seas...》 pensó Draven. 《Volverá a ser mía... aunque tenga que matar a Aira y sacarme de encima a Sol... 》

ARDIENTE LUJURIA. Where stories live. Discover now