CAPITULO 33

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De pronto, la vida de ambos parecía a ver cambiado de una película de terror a una novela musical.

Eran dos compañeros de vida, con todo lo que hizo incluía.

Finalmente, paso un año.

Samanta, había logrado su título universitario, además, trabajaba junto a Aira en las empresas.

Aira por su parte, se le daban bien los números y estrategias de ventas, por lo que, su negocio se fue extendiendo, al punto de llevarle el capricho a Samanta, de crear departamentos para alquilar.

Tenían mucho dinero, pero para ellos lo más importante es que se tenían el uno al otro o al menos eso decían.

Una tarde, Samanta estaba en su casa, organizando una fiesta sorpresa para Aira que cumplía años.

Cuando empezó a sentirse mal...

—Últimamente la descomponen los olores... ¿no ha considerado hacerse una prueba de embarazo?. — deslizó Didi, mientras ella se sentaba, tras haber corrido al baño.

Samanta la miro en silencio. Luego, buscó las llaves de su auto y salió rumbo a una farmacia.

Allí compro diez cajas de pruebas de Embarazo.

Tras llegar a su casa, leyó las instrucciones e hizo todo tal cual las indicaciones.

Aira llego en la noche, ella no había salido de la habitación, y tras a que Didi, le contará que otra vez se había sentido mal, él subió preocupado.

Al entrar la vio sentada en la cama, las cajas estaban en el suelo. La puerta del baño, estaba abierta.

Ella sostenía una de las pruebas en la mano.

—Sam...– dijo Aira sentándose a su lado.

—Estoy embarazada— Dijo mientras le pasaba la prueba. —Hay nueve de estas cosas en el baño, todas dieron positiva.

Aira, abrió sus ojos, trago saliva y comenzó a temblar. —Bueno, sabíamos que podía pasar.

—No estoy sorprendida, estoy asustada, ¿y si lo hago mal?, ¿Qué es lo mejor?, ¿Qué hago?, ¿Qué hacen los padres?, ¿y si le pasa algo?, siempre pasa algo... debo estar siempre alerta... ¿como lo hago?, ¿no es demasiado pronto?.

—Shhh...— Aira, capturo su rostro entre sus manos. —También tengo miedo, pero vamos a hacer esto, como hemos hecho todo hasta acá... juntos... calma... todo está bien... ¡Un bebé!. — se emocionó. —¡Un pequeño bebé!.

Esa noche festejaron juntos la noticia, y después de acudir con un profesional, anunciaron a sus empleados, que serían padres.

Todo iba bien, pero ya en el sexto mes de Embarazo, Samanta, no podía dejar de pensar en una cosa.

Todavía seguía casada con Draven. Tras hablar con Aira, decidieron buscarlo, aunque era peligroso.

Volvieron a la cuidad.

Les tomo algo de trabajo pero al fin, Samanta pudo dar con Draven.

Aira, había tenido que ocuparse de unos asuntos, por lo que decidió ir sola.

Al llegar a la oficina, pudo apreciar lo nerviosa y asustada que estaba.

Entro, previamente había sacado una cita con otro nombre.

Su corazón latía muy fuerte. ¿Acaso todavía sentía algo por el después de tanto?.

Era feliz junto a Aira y no podía negar que lo quería. ¿Pero por qué su corazón latía tan fuerte en ese momento?.

Antes que pudiera decir alguna cosa a la secretaria, del despacho salio una mujer y detrás Draven.

Ellos se dieron un beso y Samanta sintió una puntada en su pecho.

Entonces, Draven la vió, contrajo una expresión, rígida y tensa, fácilmente palpable.

Samanta, no dejaba de temblar así que, se quedó parada hasta que el reaccionará.

Draven aprecio su abultado abdomen y su rigides aumento.

—Te veré en la casa cariño– dijo la mujer.

Draven asintió.

—Entra — le dijo luego a Samanta. Ella suspiró y lo hizo.

Draven cerró la puerta.

—¿Es de Aira?— inquirió de inmediato.

Ella asintió. —Vivimos juntos desde que...

—¿Me dejaste en la calle y te llevaste hasta el dinero de mis cuentas bancarias en el extranjero?...¡Ja!— Draven mordió su labio inferior, colocó sus manos en la cintura y movió la cabeza de un lado a otro con clara indignación. —Me lo merecía por idiota... te busque, pero no logré dar contigo. ¿Como es que ahora estas acá?.

—Quiero el divorcio... Le quiero proponer casamiento a Aira, antes del nacimiento del bebé.

—¿Es niño?.

—Aún no sabemos pero creemos que si.

Draven pensó un momento. —De acuerdo. No tiene sentido que sigamos casados cuando ambos hemos hecho vidas aparte.

Samanta asintió.

—Casi pierdo mi matricula... por suerte, no confiaba tanto en ti, como para que lo supieras todo. Digo, por si querías saber en que terminó tu "venganza"... déjame tu dirección o un número de teléfono. Haré todo y me comunico contigo.

Samanta le paso el número de Aira.

—Bien... ya me voy... estamos en contacto— se despidió Samanta.

—Yo no soy el mismo hombre Sammy...— la detuvo él. —No me abandones por favor... no otra vez...

—Estamos en contacto.

Samanta abrió la puerta y se fue.

Draven se quedó solo, caminó hasta su sillón y ahí se dejó caer. No dejaba de pensar en que ese niño podía haber sido su bebé.

Samanta por otro lado, decidió darle una sorpresa a Aira, quien salía de una reunión, aprovechando que estaba en la cuidad.

—¡Hermosa Sam!— se alegro de verla mientras salía de una de sus empresas. Samanta, lo abrazo fuerte.

—He estado con Draven — le dijo de inmediato.

Aira se tenso.

—Le he dado tu número, para que nos avise cuando este todo para el divorcio. Así que pensé... —Ella sonrió.

Con algo de dificultad por la panza, se arrodillo frente a Aira que estaba atónito.

—En proponerte matrimonio — sonrió. —¿Te quieres casar conmigo?.

Aira sonrió. —Claro que quiero amor mio.

La ayudo a pararse.

—No debiste ponerte de rodillas— le reprocho. —Te amo tanto.

Se abrazaron y besaron.

Luego, Aira la tomó de la mano y mientras caminaba a su lado, le decía a toda persona que se cruzará en su camino que se iba a casar.

—¡Me voy a casar con él amor de mi vida Freed!— le dijo al de seguridad, cuando fue por su auto.

—Felicidades señor.

—¡Sabes todos tendrán un extra de dinero para festejar!, ¡Tendrán días de descanso!, ¡Dos días!, ¡No tres días!.






ARDIENTE LUJURIA. Where stories live. Discover now