CAPITULO 10

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Samanta tomó el pañuelo, avergonzada por la situación.

-Deberías irte... - le dijo tímidamente, mientras se limpia las lágrimas. Luego, estiro su mano para devolver el pañuelo.

Él lo recibió. - cualquier cosa que necesites, sabes donde esta mi habitación.

Aira se marchó, aferrado a ese pañuelo que guardo junto con una nueva prenda íntima de ella que había hurtado.

******

Las horas pasaban, era media tarde cuando Draven ingreso a la habitación.

Samanta no había salido, por ningún motivo. Sin en cambio, negada a que él la viera llorar, se había aferrado a sus libros, aquellos que debía estudiar.

-Vamos a salir... - le dijo, Draven. -Iremos al pueblo...

-No tengo ganas de ir...

-No, no... no iras tú... iremos con mis padres, hermanos y Sol...

-¿Cómo es?...- Samanta decidió enfrentarlo. -Por qué yo tengo una idea de matrimonio muy distinta a esto que estas haciendo... además, que haya dejado pasar el hecho de que me engañaste para firmar el matrimonio no quiere decir que no me moleste. Me siendo humillada y sabes que de eso no se vuelve.

-Esto es un arreglo Samanta, me pareces muy inteligente, por eso estas en mi estudio pero nada más que eso... ¿Realmente pensaste que tú y yo?... -Draven hizo una mueca de burla.

-Cuando tuvimos sexo dijiste que no me querías lastimar... y ahora...

-¿Te lastimé?... fue un error... no debí traerte aquí, voy a arreglar todo para que te vayas...

-Me parece bien... me iré ahora mismo.

-Eso no se va a poder... aquí, los medios de transporte son escasos... debes sacar los pasajes con anticipación y con suerte hay recorrido cada dos días a la ciudad. Voy a arreglar todo y te iras, mientras tanto, tendrás que seguir siendo mi esposa...

-¿Y el divorcio?...

Draven, se acercó a ella, que estaba sentada en la cama, apoyando su espalda en el espaldar.

Se acercó por la parte de los pies, y deslizo su mano por el fino cobertor hasta llegar a estos mismos.

Ella los quitó. -No me toques- le dijo molesta.

Él, entonces, atrapó sus pies con fuerza. Obligandola luego, a abrir sus piernas.

Ella tenía un vestido negro de fina tela puesto, el cual Draven subió.

-Basta - pronunció.

Pero él la ignoro.

Subió acariciando con la punta de sus dedos, su piel, encontró el clitoris y le doy "cariño"...

Aunque Samanta se negaba a tan siquiera mirarlo, no pudo evitar lograr que su cuerpo no reaccionará.

El continuó subiendo, hasta que llego a sus pechos y les hizo masajes a ambos, con sus manos bien abiertas.

Seguidamente, se montó encima de ella, besando su cuello y frotando su virilidad contra su cuerpo.

-Detente ahora mismo...- dije Samanta.

Él la observo, dejo escapar una risa burlona al ver que ella no le devolvió la mirada y se quitó.

-Ahora no quieres...- se burlo.

Él siempre había sido amable con ella, por eso se había enamorado, sin en cambio, ahora sentía mucha tristeza por como actuaba.

Se preguntó una y otra vez que había pasado, para que él cambiará de tal forma, pero a pesar de tener posibles respuestas, no pudo quedarse con ninguna.

Al final, ya entrada la noche, decidió que iba a "pelear" un poco más.

Por lo que se puso la mejor ropa que encontró, buscando lucir lo mejor posible.

Se maquillo, resaltando sus ojos con una sombra negra y luego se peino.

Bajo rápidamente, allí, apunto de salir estaba su jefe, la ex, sus padres y hermanos.

-Draven dijo que no ibas- deslizo Elena.

-Cambie de idea.

-Aira, ¿Tú no te ibas a ir antes?- cuestionó el padre ignorando a Samanta.

Ella no pudo escuchar la respuesta, por que Draven la aparto, tomándola del brazo.

-Me duele idiota- era la primera vez que Samanra lo trataba así, por lo que, se sorprendió pero luego continuó.

-¿A donde vas?.

-Al pueblo con ustedes... no pienso quedarme...

-Sí pasas esa puerta te voy a castigar...

-¡Ja,ja!, - se burlo Samanta- ¿Qué vas a hacer matarme?.

-Cogerte aunque no quieras...

-Eso es abuso...

-¿Crees que importa?.

-Sí, claro que si...

Draven sonrió perversamente. -Acá tú no importas.

-Sabes Draven... tienes razón eres un monstruo... no puedo creer como he estado tan enamorada de vos...

Sin darse cuenta había confesado su mayor secreto. Draven abrió sus ojos, sorprendido.

-Lo bueno, es que ya no más...- sentenció ella. -Tengo demasiado orgullo para andar detrás de alguien que me humilla de tal forma.

Samanta lo empujo, aquello fue claramente visto por los demás miembros de la familia.

El empujón hizo enojar a Draven quien la detuvo con violencia cuando intento irse.

Levantó su puño.

-¿Vas pegarme?, ¿Tú que defiendes víctimas?, ¿Tú?... ¿Quién carajo eres?. - lo cuestionó Samanta. -Si ese es el caso, hacelo... no me vas a doblegar con un golpe... sino que será lo peor que harás en tu vida.

-¡Ja,ja!... Draven- se burlo él padre- ¿Realmente vas a dejar que haga lo que quiera contigo?, eres débil, siempre lo fuiste... lo peor es que estas dejando mal a tus hermanos, que con tanto esfuerzo le han hecho entender a sus esposas quienes mandan aquí.

Samanta los observo a todos, no podía creer lo que estaba escuchando...

-Sí no la corriges, serás eternamente humillado. - Agregó Elena.

Samanta la observo, a ella y a cada uno de las mujeres que allí estaban. No lo entendía.

Draven, furioso, volvio a tomar impulso, Samanta se preparo para el golpe, pero fue Aira quien intervino.

-¡Alto!...- detuvo el golpe de su hermano, colocándose en el medio.

-No te metas Aira... tú ni siquiera tienes esposa- le dijo su padre.

-A Aira no le da la cabeza para tener mujeres, es un tonto...- se burlo uno de sus hermanos.

Samanta y Draven se miraron directamente en silencio, ella tenía los ojos llenos de lágrimas.

Estaba desilusionada, lo había amado por tanto tiempo que se cuestionó lo mucho que ignoro soñando un tierno romance entre ellos.

-Sal de aqui- murmuró Draven a Aira. -No te metas en donde no te llaman...

Samanta, sintiendo su corazón latir fuertemente, subió a la habitación y comenzó a preparar sus cosas para irse.

ARDIENTE LUJURIA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora