A través de la Melodía (Wenclair)

41| ¿Te harías un tatuaje conmigo?

Merlina Addams POV

Un ligero movimiento hace que me despierte. Al principio me espanto un poco porque no estoy acostumbrada a que algo que no sea yo, se mueva en mi cama.

Pero cuando recuerdo que tengo a mi lado a la chica que me roba el corazón todos los días, esbozo una gran sonrisa al mirarla.

Verla dormir a mi lado, con su mano ligeramente abrazada a mi cintura, su pelo un poco revuelto  sobre su rostro, sus labios un poco entreabiertos y  escuchar como respira tranquilamente.

Sin duda este es el mejor despertar de toda mi vida.

Esta hermosa vista quedará grabada en mi memoria para siempre.

También la maravillosa noche que tuve con ella.

Recordar la sensación de mis manos sobre su piel, recorriendo todo su cuerpo, de mi boca explorando esas zonas que tanto anhelaba por saborear, hace que mi cuerpo sienta un ligero escalofrío.

Estaba al borde de la locura por las ganas tan fuertes que le tenía y saber que anoche todas esas ganas fueron descargadas y finalmente la hice completamente mía, hace que me sienta como una niña pequeña cuando le dan un dulce.

Es tan hermosa por dentro y por fuera, tan sexy y coqueta, tan sumisa y a la vez dominante que hace que me vuelva loca.

Es la primera vez que dejo que una chica tenga el rol de dominante y me haga suya. Nunca me ha gustado que tengan el control sobre mi cuando se trata de sexo con chicas.

Con chicos ya es otro tema aparte, pero de igual forma trato de ser lo más dominante posible.

Pero con Enid todo es diferente. Cuando se pone coqueta, controladora y dominante, todo mi ser se enciende en llamas y está dispuesto a ser todo lo que esa hermosa chica rubia quiera, hasta me arrodillo ante ella si me lo pide.

Hasta sin que te lo pida lo haces. Gobernada.

Si a todo cariño.

Con toda la tranquilidad del mundo para no despertarla, apoyo mi mano sobre su rostro y aparto esos mechones de cabello que me impide verla a la perfección y los coloco detrás de su oreja.

Se me forma una ligera sonrisa al acariciar lentamente su rostro.

–¿Qué me hiciste Enid?–. Digo en un susurro mientras sigo acariciando su rostro.

–Apenas me quería yo misma. No sabía ni quería saber nada sobre el amor. Era un alma fría y vacía. Y me dije a mi misma serlo siempre, sin dejar que nunca nadie tenga control sobre mi, solo yo podía hacerme daño. Ser vulnerable ante alguien era mi peor pesadilla...

–Pero llegaste y jugaste conmigo de una forma tan descarada–. Digo un poco divertida. –Ni siquiera pediste permiso para pasar, maleducada. Entraste como toda una diva y pusiste todo al revés en un segundo.

–¿Y sabes lo que más me sorprende?...

–Que conseguiste todo eso inconscientemente. Tu plan nunca fue enamorarme, ni cambiarme a lo que soy ahora. Lo único que querías es que fuera tu amiga... ¿Qué loco no? Mira lo que somos ahora.

Suelto una pequeña risa mientras sigo contemplando y acariciando su rostro.

De repente veo que ella sonríe de lado, aún con los ojos cerrados.

–Sigue hablando–. Me dice sin abrir los ojos todavía. Mi sonrisa se ensancha aún más al oírla.

–Así que me estabas escuchando y eso que lo estaba diciendo muy pero muy suave para no despertarte.