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Iker (Primera parte)

28:

No he dormido por la noche, en mi cabeza no deja de dar vueltas el asunto de Valentina y nuestros padres. Pese a que la solución de Rose ha sido excelente, e incluso confieso que me ha dejado anonadado su pensar tan rápido y su respuesta tan bien propuesta, no es tan fácil de llevar a cabo, vendría siendo todo un proceso, en el cual muy claramente saldría afectada mi hermana, y es lo que menos deseo.

“Con dinero, baila el perro”. Dijo Rose, y me apena mucho reconocerlo, pero sé que con mi familia el dicho va como anillo al dedo.

El sonido del móvil me saca de mis pensamientos, a como salga Valentina en el remitente, le mando hostias por mensajes. Muevo la cabeza ladeándola un poco, y me sorprende en gran magnitud que el nombre de Manuel sea el que salga en la pantalla. Lo que me lleva a sentirme un poco preocupado y el instinto protector me pone alerta.

—Buenos días, Manuel.

—Buenos días, Iker. —Tengo tan buen oído, que de lejos puedo escucharla Vale quejándose sobre alguna actividad. Ah, y poniéndole presión al muchacho para que se de prisa. —No contacto a mi hermana por su móvil, y tú eres el más cercano a ella. —Dice bastante sarcástico. Anda, ya lo pillo.

—Rose, se encuentra ocupada con cosas de la oficina. —Miento, miento. Si se vería muy raro que esté durmiendo en pleno lunes, a esta hora. — ¿Quieres que le comunique alguna cosa?

—Sí, lo suponía. Y si, por favor recuerdale que le envié mis documentos de la universidad al tío Theodore, por favor. —Murmura alguna cosa que no va para mí. —Y gracias.

No me da oportunidad a responder, pues termina la llamada antes de que pueda hacerlo. Supongo que hay una Vega llevando el control de aquel lado.

Cuando me encuentro listo para empezar el día, hago un poco de ejercicio rápido, y desde alguna parte detrás de la zona de seguridad, dónde habitamos, reconozco a los abuelos de Rose, los Grey. Y ayer, bastante en la madrugada también han llegado los Zimmerman, agradecido con el de arriba de que los recibiera Luke y no yo, a mi sí me suda la espalda, me duele el cuello y trago en seco de verlos. Muy cobarde de mi parte, pero ellos no se ven tan tranquilos como el padre de mi novia.

Si ves a un hombre muy serio, con escasez de palabra y su nieta protegida parece ser Rose, al menos aquí. Le agregamos a Rubiales muy alto, con cara de que te puede sacar los ojos con solo mirarte, pues envalentonarme solo frente a ellos no es opción. Si bien las bromas de Rose, con ellos son protagonistas, son divertidas, pero no me parecen bromas.

Repito: No me parecen bromas.

Entrada la mañana, ya cerca del mediodía, después de hacer mis cosas matutinas  y tomar el desayuno desde el cuartito de seguridad dentro de la casa, y que por obvias razones no he abandonado. Me decido a salir para ir a la cocina y conseguir un poco de agua nueva para el dispensador. Observo el panorama, y parece no haber moros en la costa. Camino a paso rápido hacia la cocina, miro de reojo al jardín, mi Iker normal iría a por un saludo de buenos días, pero yo mejor sigo mi paso y voy de lejos. Necesito una buena preparación psicológica para estar frente a los abuelos... A los abuelos de Rose, bueno, políticamente también serían míos. Sacudo la cabeza para salirme del rollo mental en que me metí solito.

Me río al entrar, Lucía parece que no aprende a llevarse bien con la tecnología.

—Permíteme y te ayudo con eso, Lucia.

—No tuve que orar, pero del cielo me cayó un ángel, uno muy guapo y fuerte. —Dice tonteando. —Yo no le entiendo a ese aparatejo, me iría muy bien si me voy a hacer las compras yo misma.

TAN CERCA DE MI©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora