-12-

1.9K 176 38
                                    

12

Me separo de Iker al ver a mis padres, y voy con ellos. Mamá me estrecha entre sus brazos, muy fuerte, y papá toma mi mano. Iker se reúne con el tío Luke, que se ha quedado un poco atrás, supongo que para ponerlo al tanto de la situación, de reojo veo que le pregunta por los golpes de su cara.

—Cariño, nos perdiste permiso para ir a la fiesta, ¿Qué pasó? —pregunta mamá, dejando mimos en mi espalda.

—Estaba en la fiesta, Lae también, pero de pronto desapareció. Ella me llamó pidiéndome ayuda, y cuando le escuché gritar me asusté mucho.  Entonces busqué a Iker para que me ayudara. Él llamó a un amigo que consiguió la localización de ella. Entramos al apartamento, y yo la voy, tirada en el suelo, y con mucha sangre. —Se me escapa una lágrima. —Se lo dije, yo le advertí que Víctor era muy agresivo.

—Tranquila, Rose. —Papá cruza su brazo por mi cintura para acercarme a él.

—Yo quiero que esté bien. —Me limpio la cara. —Ella va a estar bien.

—Por supuesto que sí. —Mamá me dedica una mirada llena de ternura. — ¿Has llamado a sus padres?

—No, yo no tengo su número, siempre nos comunicamos por su móvil.

—Voy a llamar a la jefa de recursos humanos de la empresa, esa información de en estar en los archivos de los formularios de su pasantía.

Papá se aleja de donde estamos, para hablar por el móvil. Mi madre y yo tomamos asiento en el lugar en que me encontraba antes de que ellos llegaran. Teniéndoles aquí, me siento más segura, porque no pienso moverme del hospital hasta tener información. Veo el tiempo pasar, y solo me lleno de angustia. Mi padre nos dice que mi amiga solo registró su número personal, pero que ha conseguido su dirección, e irá con el tío Luke hasta su casa para traerlos. Media hora más tarde, entran los paramédicos con cuatro chicos que se accidentaron en la carretera. Después de ello, aparece más gente con casos similares. La sala de espera se convierte en un caos. El doctor sale del cuarto donde se habían metido con Laetitia, para llevarnos a su consultorio. Se presenta con mi madre como el doctor Alberto Berríos, le explica que han estado curando las heridas.

—La señorita presenta muchos golpes en su cuerpo, sus ojo derecho se encuentra inflamado, y hemos tenido que colocar puntadas en la ceja y labio. Ahora mismo le he dejado con el traumatólogo para realizar una evaluación más profunda. —Pasa la mirada de una a otra. —Nos preocupa el hecho de que la joven sigue inconsciente. Tiene un traumatismo cráneo encefálico ocasionado por un golpe muy fuerte. Le seguiremos practicando estudios, pero no es necesario que alguien nos firme las fichas para proceder, es urgente.

—Mi medio ha ido por sus padres. Si es tan urgente, yo me hago responsable de todo, de firmar, sus gastos, lo que sea. Pero ayúdenle, por favor.

El médico acepta la propuesta de mi madre, haciéndole firmar los registros de Laetitia. Tan pronto como el papeleo está listo, regresamos a la sala de espera, pero está en, nos redirigen a un área privada. Me preocupa el estado de salud de mi amiga, su imagen en el suelo se repite una y otra vez, en mi cabeza, no puedo sacarla. Me siento abrumada de estar en el mismo sitio, por lo que me decido a caminar. En unas horas tendríamos que estar en la universidad, pero estamos aquí, sin tener nada seguro con ella. Después de unos minutos, regreso a mi sitio. Mi madre me dice que el novio ha vibrado un par de veces. Le cojo y vuelvo a alejarme para revisarlo.

TAN CERCA DE MI©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora